Blanca Rubio: ‘la deportación marcó nuestras vidas’
La asambleísta mexicana explica que hasta les lleva mole a sus adversarios políticos en el Capitolio para que prueben el sabor de su cultura.
La asambleísta Blanca Rubio recuerda perfectamente los años que tuvo que vivir junto a su familia entre las sombras, como los millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, sin embargo, reconoce que fueron esas dolorosas experiencias las que la hicieron más fuerte y la llevaron hasta el Capitolio de California, donde representa al distrito 48.
Rubio tenía 6 años cuando ella y su familia fueron deportadas en el estado Texas, pero meses después llegaron a Los Ángeles, donde hicieron su vida a “escondidas” hasta que pudieron obtener la residencia siete años más tarde.
“Nos marcó (la deportación), vivíamos con miedo, no queríamos hacer nada para no llamar la atención, siempre estábamos preocupadas de que nos iban a agarrar, cuando uno está bajo opresión vive uno con miedo…, yo me cohibía cuando estaba chiquita, entonces muchas veces cuando tenía oportunidades no las hacia porque me daba miedo”, explicó en entrevista con La Opinión.
La discriminación por ser mujer, y latina, fue otra lamentable situación que tuvo que enfrentar Rubio cuando era apenas un joven llena de sueños y aspiraciones.
“Me dediqué a estudiar, batallamos en la preparatoria porque nos dijeron que no aspiráramos a ir a la universidad, porque de todos modos solo nos íbamos a casar y a tener niños, querían quitarnos la intención de seguir adelante, porque en la mente de los consejeros éramos mujeres latinas que no íbamos a hacer nada”, dijo en referencia a ella y sus dos hermanas Susan, senadora por California y Sylvia, candidata a asambleísta por el distrito 57.
Sin embargo, la desigualdad de género es algo con lo que aún sigue luchando esta mexicana de 51 años: “No quiero usar la palabra discriminación, pero en realidad así es, en la vida política por ser mujer nos tratan diferente, pero yo tengo que ser fuerte y demostrar que todos conseguimos estas posiciones de la misma forma, tenemos el mismo poder”.
Rubio, quien fue maestra por mucho tiempo, lleva ya 23 años dentro de la política, un ámbito al que llegó motivada por ayudar a su comunidad en Baldwin Park y con la que se comprometió a luchar desde Sacramento, donde aún le quedan 8 años de trabajo.
“Para mí poder ser un ejemplo para la comunidad latina es un orgullo, especialmente para las muchachas que quieren sobresalir, pero no se les está ayudando, yo quiero ser un ejemplo para ellas para que vean que una persona como yo, que vino de México indocumentada y sin hablar inglés, puede tener una posición como la que tengo hoy”.
“Si nosotros que fuimos deportados, indocumentados, pudimos lograr esto [llegar a la asamblea], todo se puede lograr, pero tiene que poner uno esfuerzo y esa es la realidad de la comunidad latina, tenemos que trabajar lo doble o lo triple para alcanzar nuestras metas”, explicó la oriunda de Ciudad Juárez, México.
La mexicana reconoce la satisfacción que siente de poder hacer sentir orgullosos a sus padres por sus logros: “Le doy muchas gracias a mi mamá y a mi papá porque ellos se sacrificaron para traernos aquí, entonces mi agradecimiento se los puedo dar con palabras o se los puedo demostrar teniendo una oficina en el capitolio”
Orgullosa de ser mexicana
En el Mes de la Herencia Hispana, Rubio confiesa que llegar hasta donde está no ha sido fácil, pero que lo ha hecho orgullosa de sus raíces mexicanas, mismas que comparte con todos sus colegas con sus tradicionales platillos y el calor de la cultura latina.
“Yo soy muy orgullosa de ser mexicana, en el Capitolio también, hace unos dos o tres años les dije a todos mis colegas que fui deportada y fui indocumentada; ellos no sabían, especialmente esos colegas aliados del presidente no tenían idea de eso; yo me siento con ellos y les llevo mole, trato de dar una prueba de mi cultura”, afirmó la madre de dos niños.
Rubio aprovecha cada oportunidad que tiene para compartir las tradiciones mexicanas y confiesa que cada Navidad organiza un tradicional festejo mexicano.
“Siempre invito a las personas para compartir de mi cultura, porque de amigos, somos amigos, pero ya que están en mi casa los trato como buena mexicana, y siempre se van de mi casa sonriendo y con su paquetito de tamales”.
La asambleísta aprovecha la oportunidad para mandar un mensaje a los jóvenes y a los latinos en general.
“Este momento [administración Trump] para mí ha sido la peor experiencia que estamos viviendo juntos, a los jóvenes les digo que sigan con su educación y segundo, que salgan a votar, porque nada va a cambiar si nosotros no hacemos ese cambio”, concluyó.