Cenar al aire libre podría convertirse en una opción permanente en Los Ángeles
El reto de hacer permanente el programa deberá asegurar que no se obstruya el espacio público
El programa L.A. Al Fresco que fue lanzado en mayo por la ciudad de Los Ángeles como una forma para permitir que los restaurantes operaran al aire libre en las aceras y en los estacionamientos durante la pandemia de coronavirus, podría formar parte de la nueva normalidad de la metrópoli.
El Comité de Transporte del ayuntamiento votó a favor de un informe sobre el programa de cenas al aire libre, enviándolo al pleno del ayuntamiento para su discusión. Fue el concejal David Ryu quien presentó la moción para hacer que el programa sea permanente.
“Con alrededor de dos mil restaurantes que participan actualmente en Al Fresco, su popularidad es innegable”, dijo Ryu. “Los Ángeles tiene la oportunidad de reimaginar las formas en que usamos las calles de nuestra ciudad y apoyamos nuestros negocios locales. Ahora es el momento de pensar en cómo queremos que nuestra ciudad salga de esta pandemia y esta es una forma en la que podemos salir mejor que antes”, dijo el concejal.
Hasta ahora las autoridades de la ciudad han mencionado que el programa L.A. Al Fresco ha recibido comentarios positivos por parte de los restauranteros y de los vecindarios.
Pero hacerlo permanente implicaría realizar una serie de permisos que racionalicen y aseguren que los asientos en el espacio público no obstruyan las aceras y el espacio destinado para las personas discapacitadas.
Varias ciudades del sur de California también han recurrido a los comedores al aire libre para ayudar a que los restaurantes permanezcan abiertos durante la pandemia, y en algunos casos incluso han cerrado las calles públicas para brindar una mayor cantidad de asientos.
En junio, un informe publicado por la plataforma Yelp reveló que cerca de 16,000 restaurantes en Estados Unidos tuvieron que cerrar de manera permanente durante la pandemia de coronavirus.
Los propietarios de restaurantes en todo el país se vieron obligados a realizar de manera rápida estrategias de venta de las que se incluyeron cambios en los modelos de entrega, en los menús y hasta clausurar mesas y diseñar los espacios para garantizar que las medidas de distanciamiento social se cumplieran en los establecimientos.
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