Corvette Stingray Coupe 2020: icónico desde su nacimiento

Desde hace varias décadas, la ilusión de un Corvette con el motor en medio habia perseguido a los aficionados de la marca. Y aunque no ha pasado ni siquiera un año desde su lanzamiento, el Corvette Stingray Coupe C8 ya es un auto icónico.

El modelo 2020 que probamos tiene motor V8 de 6.2 Litros y doble clutch que hace que sus cambios automáticos apenas se sientan al volante.

Viene en naranja sebring con un interior en negro y costuras de lujo, rines de 19 pulgadas y una cámara trasera que se aprecia en el espejo retrovisor porque su voluminoso motor no deja ver nada hacia atrás.

Su techo se remueve manualmente con algo de esfuerzo para una sola persona (también trae una opción automática) pero se almacena fácilmente en su cajuela trasera, una de las dos con que cuenta debido a que el nuevo posicionamiento del motor creó un espacio vacío por asi decirlo al frente.

El habitáculo está diseñado para dos personas pero hace gran énfasis en que el conductor se sienta como a bordo de un jet, con una larga fila de comandos pa su derecha para manejar entre otras cosas su sistema dual de clima, que lo encierra en su puesto como en una cabina de piloto.

Sin embargo, pese a su caracter super deportivo, el C8 no se sintió agresivo o difícil en el manejo, sino más suave y cómodo en especial en su opción normal, aunque trae también un modo deportivo y otro de pista que aprieta la suspensión y tensa el volante. También permite grabar el desempeño para los más aficionados a la velocidad.

Significativo que su precio de lista sea de $58,900 (más $1,095 como cargo de envío) en un segmento en el que los valores empiezan a rodar arriba de los cien mil en los modelos básicos, sobre todo si se tiene en cuenta su pedigree y el hecho de que puede ir de 0 a 60 millas por hora en menos de 3 segundos.

Si lo quieres con el paquete de conveniencia que graba el desempeño, trae la cámara trasera visible en el espejo, los asientos bucket tipo pista y los cinturones naranja que hacen juego con su color Sebring Orange, y el paquete Z51 con frenos, suspensión y exhosto de alto desempeño, entre otros, ya te tocará pagar $86,865, que sigue siendo una más que interesante propuesta.

Luego de probarlo, de ver sus generosas posibilidades y su evocadora linea, además de despertar más de un suspiro en la calle, hablamos con Vlad Kapitonov, diseñador líder de Chevrolet, quien nos ayudó a comprender por qué se trata de un modelo tan significativo para la marca y los aficionados.

Háblenos de los orígenes del diseño

VK: El mayor reto fue sin duda el reproporcionamiento del vehículo, un animal totalmente diferente del Corvette anterior. Así, el verdadero desafio fue lograr que el carro se viera americano y no como un Ferrari o un Lamborghini.

Hubo mucha expectativa con el lanzamiento…

El C8 ya estaba en proceso mientras el C7 se presentaba en 2014 y su esqueleto y dimensiones en general ya habían sido definidas pero ese no era el momento adecuado porque la tecnología todavía no era lo suficientemente efectiva, en términos de costos.

¿Qué los inspiró?

La idea era expresar velocidad y poder. Nos inspiramos en aviones y depredadores pero quedándonos con lo que nos decía Corvette. Algo que no es fácil de poner en palabras.

Un largo proceso suponemos…

Reinterpretamos muchos esbozos que fuimos puliendo hasta hacerlos más discretos para luego llevarlos a un modelo a escala; en total se pasó de 100 opciones a 6 o 7 y luego a 3, estas en tamaño real. Usamos una arcilla lo suficientemente dura y le pusimos una película que hizo las veces de pintura para exhibirlo en un patio y de ahi pasamos al prototipo. Ese fue el carro inicial.

La ubicación de la cajuela debió haber sido todo un rompecabezas…

Pusimos una cajuela trasera y otra delantera porque la gente usa los Corvettes en viajes o en campos de golf… se convirtió en un reto aún mayor no poderla poner atrás.

¿Cómo se relaciona el diseño exterior con la ingeniería del vehículo en temas como la seguridad, por ejemplo?

Las regulaciones de seguridad se tienen en cuenta desde el principio para no coartar la creatividad. Antes del prototipo mucho de esto se resuelve virtualmente a través del método de prueba y error, algo que reajustamos junto con (el departamento de ) ingeniería. Ambos debemos refinar el proceso y hacerlo converger. Empezamos desde los esbozos en el estudio con otros dos diseñadores y otro equipo independiente que se encarga del compartimiento destinado al motor, que consideramos como una joya. Y el auto como su escenario.

Las líneas frontales del auto revelan cierta agresividad, quizás enfado…

Es un frente con propósito, lo que podríamos llamar ‘seria agresividad pero sin locura, con una nariz puntuda como un jet de combate moderno, hasta donde llega una horizontal que emerge desde los guardabarros. La forma y la ubicación de las líneas sobre la ventana tenia que representar lo que significa tener un motor en medio pero en un Corvette

Se notan influencias de otros modelos…

Sí, desde la nariz, en una indentacion que llamamos Tomawauk Reverso en homenaje al clásico modelo 63 pero sin ser retro, solo una pista de ese famoso Corvette.