Líder comunitario del sur de Los Ángeles muere por COVID-19
Ante el desmedido aumento de las hospitalizaciones, condados como el de Orange aplazan cirugías programadas
Ever A. Linares tenía 45 años de edad cuando la pandemia de COVID-19 tomó su vida, dejando a su esposa Andrea y a sus siete hijos en la más completa tristeza.
La muerte de Ever se suma a los más de 20,000 californianos que han fallecido por coronavirus en California; y se da en momentos en que los casos de COVID-19 aumentan aceleradamente, y el número de hospitalizados por la pandemia amenaza con meter en una crisis sin precedente a las salas de emergencia de los hospitales. Algunos condados como el de Orange, toman medidas extremas y aplazan las cirugías programadas.
“Ever comenzó a sentirse mal el sábado 14 de noviembre. Le dio fiebre, tos, dolor de cuerpo y garganta”, recuerda su esposa Andrea. Su estado de salud se complicó debido a que sufría de los riñones y tenía que someterse a diálisis tres veces a la semana.
“El 21 de noviembre cuando lo llevaba a diálisis, se puso muy mal. Le empezó a faltar la respiración. En lugar de ir a la clínica de diálisis, lo llevé de emergencia al hospital”.
Al día siguiente a Ever le pegaron múltiples ataques cerebrales y le dio un paro cardiaco. “Aún así lograron revivirlo después de darle primeros auxilios durante 10 minutos. Vivió por una semana luchando por su vida hasta que el 30 de noviembre, me avisaron del hospital que le había pegado un ataque al corazón. Nos pedían que fuéramos de inmediato porque estaba muy grave”.
Adriana y una de sus hijas salieron corriendo de su casa, pero cuando llegaron ya era demasiado tarde. Ever había fallecido. “Solo pudimos verlo a través de una ventana de cristal en el hospital”.
Con la voz inundada por el dolor, dice que la partida de su esposo quien fue su compañero por 17 años, le dejó el corazón roto. “Él era mi columna vertebral, mi alma gemela”, dice entristecida.
Ever y Andrea vivían con sus hijos en el sur de Los Ángeles. Ever es hijo de padres inmigrantes salvadoreños. “Se ganaba la vida como trabajador comunitario”.
Andrea revela que a todos en su familia, incluida ella misma, les pegó el coronavirus, pero presentaron síntomas muy leves. Debido a que su esposo tenía condiciones de salud, el virus le atacó con mayor fuerza.
De acuerdo al Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles, 93% de la gente que ha muerto por COVID-19, padecía condiciones de salud preexistentes. El 52% de los fallecimientos han sido de latinos.
En el caso de Ever, a sabiendas de su situación médica, estaba un poco preocupado de que le fuera a pegar el virus. “Cuando se enfermó, me preguntaba si iba a estar bien. La última vez que hablamos fue cuando lo llevé al hospital. Lo despedí con un abrazo y un beso. Le dije, vas a estar bien”.
Mientras estuvo internado en el hospital, ella y sus hijos solo veían a Ever por Facetime.
A los angelinos que aún no creen en la pandemia, les dice que el virus es real. “Protéjanse a sí mismos, lávense las manos, usen mascarilla”.
Andrea dice que Ever fue un buen hombre y un líder en la comunidad que siempre ponía primero a los demás antes que a él mismo.
“Durante la pandemia, a pesar de sus propias adversidades de salud, repartió mascarillas y equipo de protección en la comunidad”.
A Ever le sobreviven sus hijos: Alex y Lea de 23 años, Ever de 21 años, Randy de 20 años, Heaven de 15 años, Mayla de 13 años y Cyrus de 11 años.
Debido a que era el principal proveedor de la familia, Andrea abrió una cuenta en el sitio GoFundMe para recibir donativos de la comunidad: https://www.gofundme.com/f/let039s-come-together-for-ever-linares039-family?utm_source=customer&utm_medium=email&utm_campaign=p_cp+share-sheet
“Necesitamos de su ayuda para la familia durante estos momentos dolorosamente sin precedentes. Estamos pidiendo asistencia financiera para recaudar fondos para los funerales y los gastos de la familia”.
El director y cofundador de la organización Resilient, Michael Guedel dijo que Ever también fue uno de los cofundadores de esta organización, y estaba comprometido con salvar a los jóvenes de las pandillas, hacer las comunidades más seguras y fuertes, al proveerles servicios contra la violencia a través de la unión de negocios, residentes, agencias locales de gobierno y organizaciones comunitarias.
También fue instructor del Urban Peace Institute, donde se dedicaba a promover estrategias de paz para acabar con la violencia en las ciudades afectadas por pandillas, la pobreza y la inseguridad.
Hospitalizaciones en aumento
El Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles continúa cada día experimentando un alto número de nuevas muertes y casos de coronavirus, más que en cualquier otro momento de la pandemia.
Hasta el 10 de diciembre se reportaron 3,433 personas hospitalizadas, y 23% de ellos en cuidados intensivos. Solo en los últimos dos días, el número de pacientes hospitalizados aumentó a más de 300.
“A dos semanas de Acción de Gracias, somos testigos de un impacto devastador en las acciones que la gente tomó durante los días festivos. Si un miembro de la familia o un amigo te invita a pasar tiempo juntos, por favor declina amablemente”, dice Bárbara Ferrer, directora del Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles.
“Al no seguir las reglas de seguridad, corremos un riesgo que podría tener consecuencias catastróficas, con hospitales saturados y pacientes gravemente enfermos que no pueden obtener la atención que necesitan”, señala.
Y urge a volver a lo que hicimos en la primavera, al comienzo de la pandemia, cuando pocas personas salían a la calle y tomaban en serio su responsabilidad de cuidarse unos a otros. “Esto disminuirá la propagación, protegerá a los residentes más vulnerables y evitará muertes. Nuestras acciones pueden salvar vidas”.
Aplazan cirugías programadas
En condados vecinos como el de Orange, las autoridades de salud han advertido que el sistema de salud de emergencia puede colapsar debido al aumento desmedido en el número de pacientes con COVID-19. La capacidad en el área de cuidados intensivos ha excedido el 85%.
En un memorando enviado a hospitales y proveedores de ambulancias, el doctor Carl Shultz, director de los servicios de emergencias médicas de la Agencia de Cuidado de Salud del condado de Orange, ordenó a los hospitales activar sus planes para el repunte de las hospitalizaciones, estableciendo áreas de tratamientos alternativos y aplazando las cirugías programadas.
“El sistema de cuidado de la salud del condado de Orange está ahora en crisis, como resultado del alza abrumadora en el número de pacientes infectados con COVID, las ambulancias para las emergencias esperan horas para transferir pacientes de sus vehículos a los departamentos de emergencia”, dijo el doctor Shultz en un memorando.
A menos que se pongan en marcha acciones para frenar la nueva oleada de casos de COVID-19, los servicios médicos de emergencia pueden caer. En el Centro Médico Global del condado de Orange en Santa Ana, se colocaron tiendas de campaña fuera de la sala de emergencia para lidiar con el aumento de pacientes de coronavirus.