Dolor y fatiga: familias hablan de los efectos en la salud después del COVID-19
Lograron sobrepasar la enfermedad en LA, una ciudad que acaba de pasar el millón de contagios por el virus
El condado de Los Ángeles sobrepasó este sábado el millón de casos de COVID-19 y la pandemia que también está fuera de control, aumenta cada día su estela de muerte.
Una persona que se contagió y sobrevivió a la enfermedad fue América Alpízar, de 45 años, quien presume que adquirió el virus de su esposo, Adán Reyes.
“El comenzó con diarrea, fiebre y dolor de espalda, y yo lo cuidé”, narró la mujer de Guerrero, México. “Después [me dio] a mí, a mi hijastra, a mis dos hijos y a mi papá… Lo más difícil fueron los dolores en la espalda, sentía que me desgarraba”, recordó.
Su padre, don Gustavo Alfonso Alpízar de 74 años, visitó a su hija durante la cena de Acción de Gracias de 2020 en Mid-City Los Ángeles, y cuando retornó a México ya iba contagiado de coronavirus.
“Mi papá estuvo a punto de morir tres veces. Quedó en silla de ruedas y apenas está recuperando la sensibilidad en sus pies para poder volver a caminar”, dijo América, quien ya regresó a su empleo como vendedora de productos cosméticos y limpieza de casas en Los Ángeles.
Otros casos de contagios
Melisa Ascencio, originaria de Ayotlán, Jalisco, contó a La Opinión que aparentemente un familiar estaba contagiado cuando invitó a su hija Naomi a un viaje a Bakersfield, en noviembre pasado.
“Cuando mi cuñada cayó enferma, me recomendaron hacerle la prueba a mi niña y resultó positiva igual que su hermana Mabel, porque duermen en la misma habitación”, afirmó. “Por la gracia de Dios los síntomas en ellas fueron leves”.
Desde ese tiempo, la señora Melisa desinfecta todo en su casa.
“Yo trabajo limpiando casas y nunca pudiera estar tranquila si por algún descuido de mi parte yo infectara a alguien si no uso la mascarilla o no mantengo una distancia. No quiero imaginar que por una irresponsabilidad mía alguien se contamine y yo sea culpable de quitarle la vida”.
Por su parte, Xóchitl Ortega, de 42 años nacida en Los Ángeles y residente de Pico Rivera, comentó que ella y su mamá, María García, se contagiaron a finales de 2020, aunque oficialmente no fue declarada caso positivo de coronavirus, porque cuatro veces le cancelaron la cita para hacerse una prueba.
“Yo no podía respirar; al caminar me agitaba mucho y así estuve por varias semanas… Sentía un fuerte ardor en el centro superior de la espalda”, declaró esta mujer que trabaja en el departamento de contabilidad de una compañía del centro de Los Ángeles.
“Noté que hasta con el más mínimo airecito no podía respirar y hasta se me fue el olfato y el gusto. Todavía no puedo respirar bien al 100 por ciento y tampoco he recuperado del todo el sentido del olfato”, confiesa.
La pandemia sin control
Con los nuevos 14,669 casos de COVID-19 y 238 muertes, reportados este sábado por el Departamento de Salud Pública del condado de Los Angeles, el total de contagios llegó a 1,003,923 positivos y a 13,471 por la enfermedad.
De las 238 muertes reportadas el sábado —excluyendo las de Long Beach y Pasadena, que tiene sus propios departamentos de salud— 81 tenían más de 80 años; 92 tenían entre 65 y 79 años; 49 tenían entre 50 y 64 años; 12 personas tenían entre 30 y 49 años, y cuatro personas tenían entre 18 y 29 años.
La cifra de pacientes con coronavirus en los hospitales del condado angelino se mantuvo en 7,597, con un 22% en las Unidades de Cuidados Intensivos (ICU).
El Departamento de Salud también confirmó ayer el primer caso en Los Ángeles de B.1.1.7, la variante del coronavirus descubierta en Reino Unido. Se trata de un hombre que hace poco estuvo en esta ciudad y que viajó a Oregón, donde actualmente se encuentra aislado.
Se indicó que la variante de la cepa del COVID-19, confirmada por Quest Laboratories en Washington, se propaga más fácil y rápidamente que otras variantes de coronavirus, pero no hay evidencia de que sea más dañina, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
“La presencia de la variante en Los Ángeles es preocupante, nuestro sistema de salud ya está severamente afectado con miles de personas en el hospital”, indicó la directora de salud pública de Los Ángeles, Barbara Ferrer.