Desempleo y rentas altas llevan a angelinos a mudarse a otros estados

La familia Ayala platica a La Opinion como ha sido su mudanza de Los Ángeles a Phoenix

Francisco y Nancy Ayala se mudan con sus dos hijas de Los Ángels a Phoenix. (Cortesía Francisco Ayala)

Francisco y Nancy Ayala se mudan con sus dos hijas de Los Ángels a Phoenix. (Cortesía Francisco Ayala) Crédito: Cortesía

Después de vivir durante 26 años en la ciudad de Lynwood al sur del condado de Los Ángeles, Francisco Ayala y su esposa Nancy decidieron mudarse con sus dos hijas a Phoenix, Arizona. La mudanza ocurrió en noviembre, 8 meses después de que estallara la pandemia de COVID-19 en California.

Debido al alto costo de vida en Los Ángeles, ya habíamos pensado en mudarnos a Arizona desde antes de la pandemia. Unos primos nos decían que allá todo era más económico, pero fue la falta de trabajo que nos trajo COVID lo que precipitó nuestra partida”, dice Francisco Ayala, un inmigrante mexicano.

En diciembre, funcionarios del Departamento de Finanzas de California revelaron que por segundo año consecutivo, más gente ha dejado el estado de la que se ha mudado. El resultado es una pérdida de 135,600 personas.

En el 2020, la gente abandonó el estado en cifras similares al 2019, pero menos se mudaron a California debido a la pandemia.

Nancy Ayala con sus hijas Citlali y Yaretzi. (Cortesía Francisco Ayala)

Francisco trabajaba en la construcción cuando irrumpió la crisis de salud. “El trabajo se vino abajo y tuve que conseguir empleo en una pizzería. Pero después de que cerraron los negocios por las restricciones sanitarias de COVID, me redujeron las horas y no me alcanzaba para pagar la renta, las cuentas, la comida y atender las necesidades de mis dos niñas”

El alquiler de su vivienda de dos recámaras donde habitaba con su esposa y sus hijas menores, era de $2,000 en Lynwood. “Ese era un precio especial porque el casero era amigo. Él me decía que por esa casa, la renta era de al menos $2,400”, dice.

Al ver que la situación laboral no mejoraba, Francisco y su esposa retomaron el proyecto de mudarse a Arizona, aún cuando Nancy acababa de conseguir empleo como terapista familiar.

“Ella empezó a trabajar cuando a mi me bajaron las horas”, dice.

Pero aún así emprendieron un viaje a Arizona para ver cómo estaban los precios allá. “Nos gustó lo que vimos y tomamos la decisión de irnos. Mi esposa consiguió que le cambiaran su trabajo a Phoenix y nos mudamos, pese a que yo todavía no contaba con un empleo en Arizona”.

A tres meses del traslado, Francisco ya labora como cocinero en un restaurante en Phoenix.

Alquilamos una casa más grande de tres recámaras con dos baños y una sala grande por $1,200. Arizona nos ha encantado porque es más tranquilo y hay menos gente. En Los Ángeles, el índice de violencia ha crecido mucho, y acá nos sentimos más en paz”.

Nancy Ayala con sus hijas Citlali y Yaretzi. (Cortesía Francisco Ayala)

Dice que además viven menos estresados, sin tanto tráfico. “En Los Ángeles, me llevaba dos horas llegar a mi trabajo, y 3 horas de regreso a mi casa. Perdía 5 horas al día manejando, que bien podía dedicar a mis hijas”.

En Los Ángeles, para completar el gasto, trabajaba hasta los fines de semana como disc jockey. “Acá nos alcanza con mi trabajo y el de mi esposa, y los fines de semanas son para las hijas”.

Además, él y su esposa se organizaron para trabajar en turnos diferentes, de manera que no tienen que pagar por niñera. “Mi esposa trabaja por la mañana, y yo por la tarde. En Los Ángeles, el pago de una niñera por 4 o 5 horas sale $1,200. En eso se te va tu cheque. Ni para qué trabajar”.

Francisco asegura que en Los Ángeles y en California sí hay trabajo, pero no alcanza ni con dos empleos. “El sueldo se va en pagar la renta. Todo está muy caro. Aquí el galón de gasolina es de $2. En Los Ángeles es de casi $4. Los precios de la comida son un poco más baratos acá”.

Y no se arrepiente de haber cambiado de residencia a Phoenix. “Tengo muchos amigos que se han mudado a Nevada y Texas. Nosotros aquí ya estamos planeando comprar casa. En Los Ángeles hubiera sido imposible”.

Se necesitan más empleos en Los Ángeles. (Getty Images)

Impacto económico

El Departamento de Servicios Comunitarios, la Vejez y Desarrollo de la Fuerza de Trabajo del condado de Los Ángeles (WDACS) dio a conocer un reporte sobre el impacto económico de COVID-19, el cual reveló que en el 2020, se perdieron 437,000 empleos.

En el estudio “Caminos para la Resiliencia Económica: Condado de Los Ángeles 2021-2026”, se indica que se necesitarán crear 738,672 empleos con sueldos que alcance para vivir.

Esta pandemia ha tenido un impacto desproporcionado en las mujeres, minorías y familias de bajos ingresos. Como una ex secretaria del trabajo que trabajó para sacar a esta nación de las profundidades de la Gran Recesión, sé que la respuesta a la economía post-Covid debe darse con equidad y enfocarse en aquellos que han sufrido más”, dijo la presidenta de la Junta de Supervisores, Hilda Solís.

Solís presentó una moción en la Junta de Supervisores para poner en marcha las recomendaciones del reporte y sentar las bases para mejores empleos y una mayor calidad de vida para todos.

Entre los hallazgos encontrados por el reporte del condado de Los Ángeles, se destaca que el desempleo se dio en gran parte por los despidos en las industrias no esenciales como hoteles, comercios y cuidado personal.

El 65.3% de las solicitudes de desempleo fueron de personas de las minorías, y la tasa de las mujeres fue 6.4% más alta que la de los hombres. En tanto el 26.3% de las peticiones de ayuda para el desempleo fueron de hispanos.

El reporte revela que más de 15,000 negocios en el condado de Los Ángeles han cerrado de manera permanente a causa de la pandemia, y miles están en riesgo de cierre.

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