Impeachment a Trump: ¿qué posibilidades hay de que sea hallado culpable?
El Senado de Estados Unidos inició el segundo juicio político contra Donald Trump. ¿Tendrá resultados distintos al primero?
Es un proceso inédito por varias razones.
El Senado de Estados Unidos inició este martes un juicio político en contra del expresidente Donald Trump, un procedimiento que potencialmente podría derivar no solo en una condena sino en una prohibición para que ejerza cargos públicos en el futuro.
Se trata del segundo proceso de este tipo al que es sometido Trump en un año.
Su evolución y desenlace pueden marcar los primeros 100 días del nuevo gobierno de Joe Biden, pero también puede tener un efecto sobre el futuro del Partido Republicano.
BBC Mundo responde 6 preguntas clave sobre este proceso.
1. ¿De qué se acusa a Trump?
Formalmente, Donald Trump está siendo enjuiciado por incitación a la insurrección.
Este cargo se relaciona con su actuación el pasado 6 de enero, cuando encabezó un mitin cerca de la Casa Blanca en contra de los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre, que él sin pruebas califica de fraudulentas.
Ese día, Trump dijo a sus seguidores que hicieran oír sus voces “pacífica y patrióticamente”, cuando estos se preparaban para ir a protestar en el Capitolio, donde los congresistas estaban certificando la elección de Joe Biden como nuevo presidente.
También dijo a sus seguidores que tenían que luchar con todas sus fuerzas pues de lo contrario se iban a quedar sin país.
Después del mitin, una multitud de sus partidarios rodeó el Congreso, desbordó a las fuerzas de seguridad y se abrió paso hacia el interior del Capitolio causando un caos en el que perdieron la vida cuatro manifestantes y un agente de policía.
La acusación aprobada por la Cámara de Representantes argumenta que el exmandatario repitió falsamente que los resultados de las elecciones presidenciales fueron fraudulentos y que no deberían ser aceptados por el pueblo estadounidense ni certificados por las autoridades estatales o federales.
También considera que el exmandatario incitó el ataque de la turba sobre el Congreso y que, con ello, puso en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y sus instituciones de gobierno, amenazó la integridad del sistema democrático, interfirió con el traspaso pacífico del poder y puso en peligro a una rama de gobierno equivalente.
2. ¿Por qué es un proceso histórico?
Este juicio político se inició con una decisión inédita cuando el pasado 13 de enero convirtió a Trump en el único presidente en la historia de Estados Unidos en ser objeto de dos impeachments durante su mandato.
Ese día, la Cámara de Representantes aprobó por 232 votos frente a 197 una resolución para acusarlo de “incitación a la insurrección” por el violento asalto al Congreso ejecutado por cientos de sus seguidores.
Entre finales de 2019 e inicios de 2020, Trump ya había sido sometido a un impeachment relacionado con sus supuestos intentos de presionar al gobierno de Ucrania a mediados de 2019 para que abriera una investigación en contra de Joe Biden, quien entonces ya se perfilaba como su principal rival en las filas demócratas de cara a las elecciones presidenciales.
El juicio político contra Trump también es histórico debido a es la primera vez que un presidente es sometido a un procedimiento de este tipo después de haber abandonado la Casa Blanca.
3. ¿Quiénes son los protagonistas?
El juicio político contra Trump se realiza ante la Cámara Alta del Congreso.
Los 100 senadores que la integran harán el papel de jurado y deberán decidir si condenan o no al exmandatario.
En un impeachment tradicional, las sesiones serían encabezadas por el presidente de la Corte Suprema de Justicia, el magistrado John Roberts.
Sin embargo, dado que Trump ya no ocupa la Casa Blanca, esta vez ese rol le corresponderá al presidente pro tempore de la Cámara Alta, Patrick Leahy.
La acusación estará en manos de los llamados “gerentes” del impeachment: 9 congresistas que la Cámara de Representantes designó para presentar los argumentos en contra del exmandatario.
Todos son abogados y muchos de ellos tienen experiencia como litigantes. Los encabeza el congresista demócrata Jamie Raskin.
La defensa de Trump estará a cargo de dos abogados conocidos por recientes casos controvertidos: Bruce Castor y David Schoen.
Castor fue el fiscal de distrito que en 2005 se negó a presentar una acusación en contra del comediante Bill Cosby por el asalto sexual en contra de Andrea Constand, argumentando que no había evidencias.
Poco más de una década después, sin embargo, Cosby fue sentenciado a cumplir de tres a diez años de prisión por drogar y abusar sexualmente de Constand. El fallo fue posible gracias -entre otras cosas- a una declaración reveladora que hizo el propio comediante durante el proceso.
Schoen, por su parte, ha estado relacionado con dos procesos recientes vinculados a personas cercanas a su nuevo cliente.
El abogado fungió como defensor de Roger Stone, el amigo y exasesor de Trump que, tras ser condenado a 40 meses de prisión por mentir al Congreso, fue indultado por la Casa Blanca en julio de 2020.
El otro caso notorio reciente de Schoen fue el de Jeffrey Epstein, quien le hizo consultas legales pocos días antes de que fuera hallado muerto en su celda en prisión.
Epstein, un multimillonario que fue amigo de Trump y de otras personalidades reconocidas como el príncipe Andrés de Inglaterra y el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, fue acusado de abusar sexualmente de varias adolescentes.
Aunque sus víctimas tenían entre 14 y 16 años de edad cuando ocurrieron los hechos, él siempre sostuvo que pensaba que las chicas eran mayores de edad y que eran relaciones consentidas.
En una primera acusación en 2008, Epstein logró librarse de los cargos federales de tráfico sexual con un controvertido acuerdo con la fiscalía en el que aceptaba 13 meses de cárcel y ser inscrito en el registro federal de delincuentes sexuales.
Años después, en julio de 2019, el financiero fue detenido nuevamente y murió en prisión mientras estaba a la espera de juicio. Se determinó suicidio como causa de la muerte.
4. ¿Cuánto puede durar el proceso?
La duración del proceso no está definida de antemano.
El primer juicio por impeachment contra Trump duró unas tres semanas.
Esta vez, en principio, los expertos esperan que el procedimiento sea corto pues el Partido Demócrata, que controla el Senado, no tiene interés en un proceso largo que pueda dificultar las primeras semanas de Biden en la Casa Blanca, ocupando a la Cámara Alta en asuntos distintos a la confirmación de los altos funcionarios del nuevo gobierno.
El proceso comenzó este martes con la votación en el Senado de una resolución sobre la estructura y las reglas del juicio, que fue aprobada con el voto en contra de 11 legisladores republicanos.
Luego se inició un debate de cuatro horas sobre la constitucionalidad del juicio.
Entonces, el senador Jamie Raskin -quien encabeza la acusación- mostró un video con una selección de escenas sobre los sucesos del 6 de enero y aseguró que Trump debía rendir cuentas por sus actos.
“Nos arriesgamos a que el 6 de enero se convierta en nuestro futuro”, advirtió.
En su intervención, Bruce Castor, uno de los defensores de Trump, abogó por la desestimación del proceso y afirmó que la verdadera motivación del juicio reside en que el Partido Demócrata no quiere enfrentarse a Trump nuevamente en una elección.
Tras el debate está prevista una votación de procedimiento sobre la continuación del juicio. Si se aprueba, cada parte podrá presentar sus argumentos durante lo que resta de semana sin excederse de un máximo de 16 horas.
Si esta etapa no ha concluido el sábado, el Senado -de forma excepcional- también sesionará el domingo.
La semana próxima, los senadores dispondrán al menos de un día para hacer preguntas a la defensa y a la acusación.
A partir de ahí, lo que ocurra dependerá de si la acusación quiere presentar una moción para convocar a testigos y de que esta posibilidad sea aprobada por la mayoría de los senadores.
De ser solicitada y aprobada la presentación de testigos, el juicio podría alargarse un poco más.
En todo caso, una vez resuelto este asunto -tanto si comparecen los testigos como si no- las partes presentarán sus argumentos finales y el Senado procederá a la votación sobre si condena o no a Trump.
5. ¿Comparecerá Trump durante el juicio?
A inicios de febrero, los “gerentes” del impeachment -responsables de la acusación- enviaron a Trump una carta invitándole a rendir testimonio en el proceso.
Sin embargo, el equipo legal del exmandatario pronto desechó esta posibilidad, descalificando la invitación como una “maniobra de relaciones públicas” y reiterando sus argumentos en contra del juicio por considerarlo inconstitucional.
El exmandatario, por su parte, siempre ha negado haber actuado mal y ha calificado estos procesos en su contra como una “caza de brujas”.
6. ¿Qué debe ocurrir para que se produzca una condena?
Para lograr una condena en contra de Trump hace falta el voto favorable de dos tercios de los senadores.
Esto quiere decir que 67 de los 100 senadores deben respaldar esta decisión.
En la actualidad, la Cámara Alta está dividida en dos bloques iguales de 50 senadores por cada partido, lo que exigiría que 17 miembros de la bancada republicana votaran junto a todos los demócratas en contra de Trump.
Aunque no es imposible, esa suma parece improbable en la actual coyuntura política.
A finales de enero, la Cámara Alta votó sobre una propuesta presentada por el senador Rand Paul para que, antes del inicio del juicio político, se celebrara un debate sobre la constitucionalidad del proceso.
Aunque la iniciativa fue derrotada, obtuvo el voto favorable de 45 de los 50 senadores republicanos.
Este resultado arrojó sombras sobre la posibilidad de que durante el juicio se logren sumar los 17 votos conservadores que hacen falta para una condena.
“Mi voto se basa en el hecho de que el impeachment fue diseñado para remover del cargo a un funcionario. La Constitución no da al Congreso el poder para hacer un impeachment a un ciudadano particular“, dijo la senadora Shelley Moore Capito en una declaración en la que justificaba su rechazo al proceso.
Desde las filas demócratas se señala que numerosos juristas han avalado la constitucionalidad del proceso y que, aunque no existe un precedente de este tipo para un juicio contra un exmandatario, sí hay un antecedente en el siglo XIX, cuando un miembro del gabinete fue sometido a un procedimiento similar bajo la acusación de corrupción después de hubiera abandonado su cargo.
En el caso de que Trump resulte condenado, el Senado podría acordar hacer una segunda votación para prohibirle ocupar cargos públicos en el futuro, algo que pondría fin a sus opciones de volver a competir por la presidencia en 2024 como esperan algunos de sus partidarios.
Sin embargo, hay que recordar que se trata de una posibilidad remota pues aunque muchos congresistas republicanos condenaron el asalto al Congreso de los seguidores de Trump, el exmandatario sigue siendo una figura muy influyente entre las bases conservadoras y muchos temen que su condena pueda propiciar una división de las filas republicanas.
Estas consideraciones podrían tener mucho peso en las votaciones.
A fin de cuentas, como señala Jon Sopel, editor para América del Norte de la BBC, “aunque el lenguaje de la acusación está repleto de terminología cuasi-jurídica, los jurados son los 100 senadores demócratas y republicanos. Esto es político“.
“¿Cuántos de los que valorarán la evidencia presentada a favor y en contra de Donald Trump se dejarán influir por la misma? Me cuesta imaginar que haya uno solo”, concluye Sopel
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