Vacuna contra COVID-19 da confianza a niños y jóvenes para convivir con amigos y familia
A diferencia de los adultos, tienen menos miedo a vacunarse
Tan pronto Julián José y Daniel Luna de 17 y 16 años supieron que se abrió la vacunación contra COVID-19 para niños y jóvenes, investigaron dónde podían ponerse la vacuna en el condado de Los Ángeles y se fueron a recibirla.
“¡Entre más pronto, mejor!, dijimos. Te da mucha paz mental estar vacunado y te sientes muy bien, donde quiera que vas. Vacunarse vale la pena, ¡totalmente!”, afirma Julián José.
A partir del 12 de mayo, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) anunciaron que los menores de 12 a 15 años de edad ya podían recibir la vacuna Pfizer contra el coronavirus.
Un día después, el condado de Los Ángeles comenzó a aplicarlas. Contrario a lo que se pudiera pensar, los jóvenes y niños están más dispuestos a vacunarse.
Julián Jose dice que a partir de que se vacunaron, han podido ver y visitar a sus abuelos con plena confianza al menos una vez a la semana.
También pudo regresar a la escuela de manera presencial. “Estoy yendo a clases los martes y jueves. En el grupo, somos como cinco alumnos que nos sentamos separados en el salón. Pero me ha gustado mucho regresar a la escuela porque puedo platicar con mi maestro. Eso es muy importante porque estoy en el grado 12 y ya me voy a graduar”.
Julián José dice que después de la vacuna, solo le dolió el brazo unas horas más tarde. “No tuve ningún otro síntoma. Esta semana regresamos mi hermano y yo para la segunda dosis”.
Daniel comenta que después de vacunarse, se siente más seguro para convivir con sus amigos e ir a lugares. “Estoy más tranquilo de pasar tiempo con mis abuelos”.
A diferencia de su hermano, Daniel aún vacunado contra el coronavirus, prefirió continuar con las clases online. “Es más cómodo estudiar desde casa. Prácticamente me levanto de la cama a la computadora. Claro que sí es más duro el aprendizaje de esta manera y hay muchas distracciones”.
Carolina, la madre de los muchachos, dice que ni ella ni su esposo han pensando en vacunarse. “No hemos visto la necesidad, y vemos la vacuna como un experimento, pero respetamos la decisión de nuestros hijos de vacunarse porque ellos se sienten así más seguros”. Agrega que Adrián, su hijo menor de 14 años, también ya quiere ponerse la vacuna.
El doctor Ilan Shapiro, director médico de Educación para la Salud y Bienestar de la Clínica AltaMed, dice que se vale que los padres tengan un poco de miedo y que pregunten mucho sobre las vacunas para sus hijos.
“Hemos sabido que la vacuna Pfizer se ha dado por millones de dosis y ha sido efectiva y segura para proteger a gente arriba de 16 años. En las últimas dos semanas, prácticamente 600,00 niños y jóvenes han sido vacunados”.
Hace ver que al vacunarnos, le cerramos la puerta al COVID para que no se siga mutando y regrese. “Hay que recordar que más del 22% de los casos nuevos son en jóvenes y niños. El COVID-19 no es una simple gripa”.
Y también recuerda que hay secuelas a largo plazo que todavía no comprendemos. “Así que una de las mejores opciones es vacunarnos y vacunar a nuestros hijos lo antes posible; y sobre todo ahora que viene el verano, cuando probablemente ya no usemos mascarilla. Qué mejor regalo que darles a los hijos, la protección de la vacuna”.
A partir del 13 de mayo, las autoridades de salud del condado de Los Ángeles comenzaron a vacunar contra COVID-19 a los adolescentes de 12 a 15 años de edad.
Para recibir la vacuna Pfizer, los menores entre 12 y 17 años deben ir acompañados de uno de sus padres, un guardián o adulto responsable. Deben llevar una identificación con foto y verificación de su edad. Para conocer la lista de lugares a lo largo del condado que ofrecen la vacuna Pfizer, visita: http://bit.ly/PfizerSites. Para solicitar una cita, visita el sitio: www.VaccinateLACounty.com pero también se acepta a las personas sin cita.
La doctora Bárbara Ferrer, directora de salud pública del condado de Los Ángeles, dijo que la vacuna contra COVID-19, es la herramienta más poderosa para reducir la transmisión y prevenir las hospitalizaciones y muertes.
“Al aumentar el número de personas vacunadas, se acelera la recuperación y nos permite participar con seguridad en las actividades del verano que todos amamos y extrañamos”.
Ilana Litwa, una niña de 12 años, se vacunó el primer día que empezaron a vacunar a los menores de 12 a 16 años en Los Ángeles.
“Me siento muy bien y muy feliz porque ya estoy protegida contra COVID, y más tranquila cuando estoy con mucha gente”.
Comenta que el brazo le dolió un poquito, pero “nada horrible”.
Sharon Rubinstein Litwak, su madre, dice que Ilana y sus otras dos hijas de 17 y 15 años ya están vacunadas. “La mayor de 17 años se vacunó desde marzo porque ella es voluntaria en un hospital, y ya tiene las dos dosis de Pfizer”.
Platica que sus hijas menores esperaban con ansias, el momento de que se ampliara la vacunación para los menores de 15 a 12 años en Los Ángeles.
“La mañana del primer día que autorizaron la vacunación de 12 años para arriba, se vacunaron. Y ya todos vacunados en la casa, siento que por fin hay una luz al final del túnel”.
Ilina ya regresó a la escuela. “Voy cuatro días a la semana, y todos usamos la mascarilla en clase, aunque ya todos mis amigos se han vacunado contra COVID”.
Al preguntarle a Ilina, si ya puede ir a México tras vacunarse. “¡Ojalá!”, respondió emocionada.