Nieto de Zapata quiere ser alcalde porque los campesinos tienen la tierra, falta la libertad… ¡financiera!

Tiburcio Zapata, uno de los nietos del revolucionario Emiliano Zapata, buscará en las próximas elecciones del 6 de junio en México, una alcaldía en el Estado de Morelos por el Partido del Trabajo.

Tiburcio Zapata

Tiburcio Zapata (de blanco, al centro) en campaña por las calles del municipio de Ayala. Crédito: Equipo de Tiburcio Zapata | Cortesía

ANENECUILCO, México.- A la mayoría de los descendientes de Emiliano Zapata no les ha gustado la política. En parte por las lecciones del revolucionario quien se levantó en armas para exigir la propiedad de la tierra y no el poder y se negó, a diferencia de Pancho Villa, a sentarse en la silla presidencial cuando tuvo la oportunidad.

Pero hoy son tiempos distintos y uno de sus nietos quiere ser alcalde. Cuando se le pregunta a Tiburcio Zapata (Anenecuilco, 1965) el porqué responde apresurado: “Para rescatar al campo del abandono”.

El “general Zapata”, como lo llama su equipo de trabajo, recibe a este diario en la misma casa donde nació su abuelo y donde ahora él vive con su esposa —quien es también parte activa de la campaña política—, y donde preserva la copia original del Plan de Ayala que recibió su abuelo, donde se plasmó su proyecto de defensa de la tierra para quien la trabaja.

No la ha querido donar ni a museos ni al archivo, dice.  La atesora como a la tierra, como escrituras agrarias de un campesino de cepa que ahora se revela contra el olvido de las nuevas generaciones de políticos locales a la actividad agrícola, lo cual, dice, ha propiciado que las nuevas generaciones se desinteresen por la agricultura en un país que concentra uno de los mejores suelos del mundo.

Tiburcio Zapata muestra la copia original del Plan de Ayala que le correspondió a su abuelo
Tiburcio Zapata muestra la copia original del Plan de Ayala que le correspondió a su abuelo (Foto cortesía Gardenia Mendoza).

Me lo pensé mucho porque pasan y pasan presidentes municipales y no miran al campo” cuenta debajo de una mata de mango que lo guarece del sol que cae denso sobre el territorio del estado de Morelos, donde se encuentra Anenecuilco, una comunidad del municipio de Ayala, donde inició la Revolución Mexicana que ideó el concepto de tierras comunitarias: el ejido.

Actualmente los ejidos siguen en pie con fértiles cosechas de caña de azúcar, cebolla, alfalfa, maíz, frijol porque tienen tierras de riego. Sin embargo, la mayoría de los campesinos locales viven en pobreza.

En su medición de la pobreza 2008-2018, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló que el número de pobres en Morelos aumentó de 843,500 a 1.13 millones de personas, es decir, más de la mitad de la población total, dado de que el porcentaje pasó de 45.5% a 50.8%.

Nos falta tecnología, sistemas de riego, créditos porque a los ejidos no les quieren dar créditos”, advierte frente a unos pasos de la modesta cocina y el comedor instalados en el corredor de la casa. “Faltan mercados para la exportación porque a veces aquí en la Central de Abastos se satura y hay coyotes que pagan muy poco a los campesinos para luego ellos revenderlos muy caro y quedarse con las ganancias”.

Con esas condiciones, las nuevas generaciones han optado por dedicarse a otra cosa o a la agricultura, pero lejos de Ayala: en Estados Unidos, donde les pagan un mejor salario como jornaleros, aún lejos del sueño de Emiliano Zapata de que la tierra sea para el que la trabaja.

El mismo Tiburcio Zapata batalla ahora porque ninguno de sus cuatro hijos se dedica al campo: uno vive en Nueva York y hace otra cosa; otro en Puebla  y es electricista; los dos más chicos son ahora la esperanza porque viven en Ayala, pero no los acaba de convencer aunque él no se da por vencido.

Tiburcio Zapata con sus nietos en la casa donde nació su abuelo
Tiburcio Zapata con sus nietos en la casa donde nació su abuelo (Foto cortesía Gardenia Mendoza).

Por ahora persuadió a otros jóvenes para que se sumaron a la campaña. Lo acompañan casa por casa para hacer propaganda de su proyecto, pese a la inseguridad, Miguel Ángel Suárez, coordinador general interno de la campaña, dice que para evitar riesgos tuvieron que reunirse con la comisionada de la Guardia Nacional, Guillermina Alvarado, y pedirle ayuda para la seguridad.

En el contexto de las elecciones del próximo 6 de junio, aspirantes de 14 partidos a 36 cargos de elección popular en Morelos renunciaron a sus candidaturas por la situación de inseguridad que incluye amenazas de muerte, intimidaciones, peleas internas. En el vecino municipio de Cuautla, por citar un ejemplo, recientemente mataron al hermano de la candidata a la presidencia municipal de Cuautla por el partido Bienestar Ciudadano, Any Orea.

Tiburcio Zapata comenta: “Sí hay riesgo, pero hay que seguir adelante. Miguel Ángel Suárez complementa: “El apellido también pesa y de alguna manera pensamos que no se van a meter con el nieto de Emiliano Zapata, pero siempre hay que ser cuidadosos.

Miguel Ángel Suárez es un ex migrante que fundó la empresa de exportaciones “Rumec” para mejorar las condiciones de venta de los productores y reducir el “coyotaje”, para que no haya intermediarios. A través de su compañía pretende que si Tiburcio Zapata gana la alcaldía, el municipio de Ayala pueda crecer en exportaciones a países de todo el mundo, incluyendo el Medio Oriente.

Ese proyecto más internacional atrajo a otros entusiastas como Suní Estrada, de 36 años, quien es candidata a síndico en la misma planilla por el PT, y habla de los planes de equipo: de mejorar la producción a través de una cooperativa de capacitación con ayuda de universidades; de la construcción de un nuevo ingenio que haga competencia a los que ya existen y paga muy poco a los productores de caña, de tecnología para captar agua del sereno…

“Creo que la reputación del apellido ayudará a que el general Tiburcio no quede mal, que tenga que responderle bien a la gente y si su abuelo estuvo dispuesto a morir por su pueblo, el general tiene la responsabilidad de hacer algo bien y honrar su apellido y tiene esas ganas e intensiones y la voluntad de realizarlo”.

Tiburcio Zapata es hijo del primogénito de Emiliano Zapata: Nicolás, quien murió cuando el primero tenía 13 años. Así el candidato a la alcaldía se quedó huérfano muy joven. Estudió hasta primero de preparatoria y se amancebó con una muchacha. Por eso ya no siguió los estudios: “le daba pena” porque ya tenía en casa una mujer (ideas que se hace uno).

Como opción quedó el campo, el maíz, la caña, el arroz… A eso se ha dedicado toda su vida excepto cuando le dio por criar toros de juego para los rodeos, pero fue por una temporada corta; el resto es su vida fue tributo al abuelo. El reto ahora es otro porque tienen la tierra, sólo les falta la libertad que da la solvencia económica.

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