Alerta en México por la combinación de diabetes y COVID-19 que propicia el hongo negro

México se mantiene en alerta ante casos de pacientes diabéticos que fueron contagiados con COVID-19 y que presentan hongo negro. De acuerdo con autoridades de salud, el hongo negro puede afectar la piel, mucosas, músculos, cartílagos y huesos.

COVID-19 en México

Pacientes con diabetes son vulnerables al COVID-19 y el hongo negro, alertan las autoridades. Crédito: Agencia Reforma

MEXICO.- Gregorio Avendaño murió semanas después de que el subsecretario de salud, Hugo López Gatell, responsable de gestionar la estrategia anticovid en México, se plantara ante la prensa para explicar que el hongo negro no deriva de la COVID-19, como se divulgaba en medios de comunicación, sino como una consecuencia de múltiples factores.

En aquella conferencia de principios de junio, López Gatell explicó que el hongo negro no era de reciente aparición sino “milenario”, que andaba dando vueltas desde muchos años atrás y que estaba en todas partes.

“Aquí mismo hay hongos de distintas especies y géneros que pueden producir mucormicosis (la infección conocida como hongo negro por oscurecer la piel), aquí en la mesa, ahí el piso, nos los estamos respirando continuamente”.

Mientras tanto, Gregorio Avendaño, quien había padecido de COVID-19 peleaba por su vida, hospitalizado en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la Ciudad de México a donde había sido trasladado desde Chalco, un municipio vecino.

El hongo negro puede afectar la piel, mucosas, músculos, cartílagos y huesos. Una vez que se instala y causa la infección, puede diseminarse a cualquier parte del cuerpo. Se trata de una micosis de rápida evolución.

“Una vez que el paciente comienza con los primeros signos y síntomas, en una semana podría tener afectación en todos esos tejidos y morir”, detalló Edith Sánchez, investigadora del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La mucormicosis puede ser rinocerebral, provoca inflamación de la cara de manera unilateral, “caída” del párpado, dolor de cabeza, congestión nasal, lesiones negruzcas en la nariz o paladar, y fiebre: pulmonar, con tos, dolor de pecho y dificultad para respirar; y gastrointestinal, con dolor abdominal, náuseas y vómito y hemorragias gastrointestinales.

Edith Sánchez resaltó que la mortalidad de la enfermedad es alta, aproximadamente 90 por ciento, sobre todo en quienes no son diagnosticados a tiempo y, por lo tanto, su tratamiento es inadecuado.

Gregorio Avendaño había empezado súbitamente con algunas marcas en la cara compatibles con una lesión y fue de mal en peor hasta convertirse en el primer caso que llamó la atención de las autoridades debido a las noticias que llegaban desde la India donde se reportaban miles de infectados por el hongo negro tras padecer COVID-19.

La micormicosis es causada por diferentes tipos de hongos que suelen encontrarse en la materia orgánica en descomposición.

La mayoría de las personas entra en contacto con estos hongos en algún momento. Sin embargo, las personas que tienen un sistema inmunitario debilitado son más propensas a contraerla.

López Gatell explicó que ataca a diabéticos, desnutridos y borrachos; gente con cáncer, sobre todo sanguíneos, linfomas, leucemias, mielomas, etcétera, porque estas enfermedades deprimen el sistema inmunológico. Si la persona tuvo COVID el cuadro se complica.

Hugo López Gatell
Hugo López Gatell, encargado de la estrategia contra la pandemia en México, explicó que el hongo negro ataca a diabéticos, desnutridos y alcohólicos (Foto: Agencia Reforma).

La combinación de diabetes y coronavirus es una alerta roja en México para el hongo negro. El país ocupa el sexto lugar mundial de pacientes con la enfermedad: alrededor de 8.6 millones de personas, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición en tanto 2.5 millones de mexicanos han padecido del COVID-19 según la Secretaría de Salud.

Gregorio Avendaño, quien vivía en el municipio de Chalco, Estado de México, tenía 34 años, diabetes y algunos días de haber superado el coronavirus cuando se le detectaron las manchas negruzcas en su cara y los dolores de cabeza.

Pese a su traslado de emergencia a un hospital del IMSS en la Ciudad de México, este paciente falleció a los pocos días.

El jueves pasado, la Secretaría de Salud de Oaxaca informó de dos pacientes de COVID-19 que “probabablemente” padecían hongo negro; de los cuales, uno de ellos murió; a la otra,  Lhyzeth Jiménez, madre de tres niños, le quitaron la vesícula para salvarle la vida y aún se debate entre la vida y la muerte.

En Tampico, Marcelina Mendo Pérez, una mujer de 59 años, lanzó una campaña de donativos para recaudar dinero porque está a punto de perder un ojo para salvar su vida frente al mucormicosis rinosinuorbital que la mantiene hospitalizada en una institución privada a falta de seguro social.

El hongo, le generó parálisis y los médicos lo ubicaron en uno de sus ojos, por lo que requieren operarla para extirparlo y con ello evitar que llegue al cerebro; además, se complica su situación, pues padece diabetes e insuficiencia renal, por lo que no pueden posponer por mucho tiempo más la cirugía.

La prensa local de diversos estados ha revelado casos anecdóticos del día a día, sin embargo,  no hay cifras oficiales. En Chihuahua Juan Díaz de León, quien perdió un ojo por la invasión del hongo negro, pidió a las autoridades sanitarias reconocer públicamente el problema.

Se cree que hay un subregistro de pacientes que desarrollaron esta micosis oportunista tras padecer coronavirus.

Edith Sánchez, investigadora de la UNAM, dice que este tipo de infecciones no son de reporte obligatorio en las instituciones públicas, por lo cual,  los médicos lo hacen cuando quieren; de esos informes voluntarios, el Departamento de Microbiología y Parasitología de la universidad detectó que en un periodo de 12 o 15 años se registraron 10,000 casos en todo el país.

Esto a pesar de que el diagnóstico es sencillo: se toman muestras de flema, fragmentos de tejido, exudados. “De ahí la importancia de hacer, desde un principio, análisis microscópico; el problema radica cuando el médico no sospecha la presencia de la mucormicosis y esto retrasa su diagnóstico y tratamiento”.

Milenario

El Departamento de Microbiología y Parasitología explica que el padecimiento es provocado por hongos microscópicos filamentosos que forman colonias de color blanco-grisáceo con una apariencia de pelusa.

Generalmente no causan daño, crecen en los alimentos como verduras, pan o carne, cuando están en proceso de descomposición. En la punta tienen estructuras de reproducción llamadas esporangios, dentro de las cuales se encuentran cientos de esporas que se dispersan en el aire y que, en un momento dado, se pueden respirar.

La principal forma de infección es a través de la vía respiratoria al inhalar las esporas. Pero la inoculación también se puede dar por la vía cutánea, cuando se pegan a una lesión de la piel (herida o quemadura); o mediante la ingesta de alimentos, es decir, por vía gastrointestinal.

No se transmite de una persona a otra.

Seguir Leyendo: Patrulla Fronteriza atropella al migrante mexicano Juan Diego y… ¡le rompe la columna!

En esta nota

Covid Diabetes hongo

Suscribite al boletín de México

Recibe gratis las noticias más importantes de Mexico diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain