Casitas para desamparados un trampolín para volver a empezar

Encuentran seguridad, estabilidad y servicios que sirven de puente para un hogar permanente

Ricardo Flores encuentra un techo en la villa de casitas para desamparados de Echo Park.  (Araceli Martínez/La Opinión)

Ricardo Flores encuentra un techo en la villa de casitas para desamparados de Echo Park. (Araceli Martínez/La Opinión) Crédito: Araceli Martínez | Impremedia

Ricardo Flores vive desde hace casi un mes en la Alvarado Tiny Home Village, una comunidad de casas diminutas para desamparados en el barrio de Echo Park en Los Ángeles.

“Aquí tengo donde vivir y comida rica y nutritiva. Ya no tengo excusas. Este lugar me da la oportunidad de conseguir un trabajo y seguir adelante, porque no tener un techo lo arruina todo”.

Ricardo de 62 años ha sido una persona sin hogar en los últimos 10 años. “Por el alcohol, perdí a mi familia, mi casa, mis carros. Por manejar alcoholizado, la policía me agarra y me mete a la cárcel cada rato”.

Cuando vivía en el Parque MacArthur dice que lo golpearon por robarle el teléfono. 

Se encontró con la Alvarado Tiny Home Village, una semana después de salir de la cárcel del condado de Los Ángeles. Entonces dormía alrededor de Echo Park. Cuando por casualidad descubrió las casitas para personas desamparadas, se acercó para preguntar cómo le podía hacer para que le dieran albergue. “Fueron muy generosos conmigo y me permitieron quedarme”. A partir de entonces su vida ha cambiado. Se le ve otra cara.

Ricardo Flores está feliz de tener un techo. (Araceli Martínez/La Opinión)

La pequeña casita que habita Ricardo mide 64 pies cuadrados. Cuenta con dos camastros, aire acondicionado, calefacción, enchufes eléctricos, puertas y ventanas. “Es una ayuda muy grande y estar aquí me permite cargar energía. Además nos apoyan en todo lo que necesitamos. Mi sueño es volver a trabajar”.

El 10 de junio pasado se abrió la Alvarado Tiny Home Village con una capacidad para recibir a 75 personas sin hogar y poner a dos en cada cabina.

“Debido a Covid, solo estamos permitiendo a una persona por cuarto; y pueden traer a sus mascotas. De hecho, contamos con un patio para los perros. Así que tenemos todo lo que necesitan para que dejen las calles”,  dice Lena Miller, fundadora y presidenta de Urban Alchemy, la organización no lucrativa que administra la Alvarado Tiny Home Village.

Urban Alchemy opera además cuatro proyectos de casas de campaña para los sin hogar, uno en Los Ángeles y tres en San Francisco.

Las casitas de la Alvarado Tiny Home Village tienen colores vibrantes. (Araceli Martínez/La Opinión)

Ricardo Barrón, director de la Alvarado Tiny Home Village explica que a sus huéspedes, les proporcionan desayuno, comida y cena. “Tenemos también 5 baños y 5 regaderas; y un total de 24 empleados, muchos de ellos fueron desamparados o estuvieron en la cárcel”.

Miller sostiene que no tienen personal de seguridad sino que cada trabajador hace de todo para apoyar a las personas sin hogar.

“Les llamamos practicantes porque practican la amabilidad, la compasión, el amor y el servicio por la gente”.

Pero además, indica que son muy respetuosos de la privacidad de cada persona.

“Cuando les tocamos la puerta es solo para saber si están bien, pero tratamos de no tener muchas reglas porque no queremos que sientan que aquí es una cárcel”.

Por tanto, expone que mientras estén vivos y no sufran una sobredosis, es su negocio lo que hagan dentro de su cuarto. “Tampoco hacemos cateos ni revisiones en sus lugares”.

Barrón observa que la única regla es que sean respetuosos y compasivos. “Queremos crear un sentido de comunidad”.

Lenna Miller, presidenta de Urban Alchemy, Ricardo Barrón, director de Alvarado Tiny Home Village y Byron Wilson, trabajador del albergue. (Araceli Martínez/La Opinión)

Miller enfatiza que hay cero tolerancia para la violencia y el robo. “Esto se debe a que el principal problema en la calle es que la gente está muy  lastimada. Enfrentan asaltos sexuales y físicos. Les queman sus casas de campaña para robar sus cosas y queremos protegerlos”.

Y precisa que trajeron a Barrón a trabajar con ellos porque sabe cómo lidiar con la gente que está en medio de un ataque psicótico, sufriendo una enfermedad mental, usando drogas y no se pueden controlar.

Nosotros no los castigamos por estar fuera de control, solo los tranquilizamos. La idea no es echarlos fuera y crear un ciclo vicioso de entrada y salida para que vuelvan a ser desamparados otra vez sino buscamos estabilizarlos para que de aquí se vayan a un hogar permanente”.

Recalca que estas casitas miniaturas prefabricadas son temporales. “La meta es darles un hogar permanente. ¿En cuánto tiempo? Todo va a depender de que tengan el acceso”.

La Alvarado Tiny Home Village ofrece un hogar seguro a personas desamparadas. (Araceli Martínez/La Opinión)

¿Puedes usar drogas dentro?

“Lo que hagan dentro de su unidad es su decisión. No los animamos a que lo hagan, pero si usan drogas, solo les pedimos que nos avisen para estar pendientes”, dice Bayron Wilson, un trabajador practicante de Alvarado Tiny Home Village.

Miller sin embargo, hace ver que han comprobado que cuando la gente llega a lugares como esta comunidad de casitas, el consumo de drogas disminuye. “Muchas de las veces, usan drogas cuando viven en la calle para mantenerse despiertos en la noche porque es cuando son asaltados o les roban sus cosas. Viven siempre en plan de pelear para defenderse”. 

La Alvarado Tiny Home Village ha sido diseñada como un refugio para las personas sin hogar que son del área porque el propósito es servir a esa comunidad. “Muchos han llegado a través de los programas de alcance de las organizaciones”.

Las edades de sus inquilinos va de los 26 hasta los 71 años, hombres y mujeres.

El interior de las casitas para desamparados. (Araceli Martínez/La Opinión).

Una vez que llegan a esta comunidad, empiezan por ayudarlos a obtener sus identificaciones y su seguro social. “La ayuda depende de sus necesidades. Algunos requieren empleos, otros tratamientos para las drogas, cuidado médico, servicios psicológicos. Nosotros los conectamos con los proveedores de servicios para atenderlos”, afirma Miller.

Pero la principal cosa que quieren es trabajar y empezar de nuevo, aclara Barrón.

Y comenta que ha visto a mucha gente llegar en muy mal estado, pero una vez que tienen su propio espacio, acceso a una regadera, lavandería, cajas para guardar sus cosas,  sus tres comidas y servicios, se ven totalmente diferentes.

“En cuanto se sienten seguros y estables con un techo sobre sus hombros, el siguiente paso es proveerles un hogar permanente. Esa es la meta”.

Wilson, trabajador de la Alvarado Tiny Home Village, expresidiario y exdesamparado, dice que tienen mucho en común con sus huéspedes. “A ambos nos han echado a la calle y por nuestra experiencia, sabemos que podemos levantarnos de nuevo. Estas casas son una transición. Y nosotros platicamos con ellos y escuchamos sus planes para el futuro y los apoyamos en cualquier cosa en la que puedan trabajar para ser mejores”.

La Alvarado Tiny Home Village cuenta con regaderas y baños. (Araceli Martínez/La Opinión)

El concejal Mitch O’Farrell, quien representa el distrito 13 donde se encuentra la Alvarado Tiny Home Village dice que cuando le presentaron la idea de estas casitas, le encantó porque fue creada por Pallet, una empresa social que emplea profesionales exdesamparados para diseñar y construir estas cabinas para dormir.

También porque Urban Alchemy trabaja con gente que fue desamparada, estuvo en la cárcel y tiene muchas coincidencias con los sin hogar que se hospedan en las casitas.

Explica que este proyecto vino después de otro programa similar de comunidades de casas de campaña establecido en la ciudad para las personas sin un hogar. Solo en el proyecto de casas de campaña del distrito 13 han atendido a 140 desamparados.

“El contrato en la Alvarado Tiny Home Village es por tres años”, precisa. Y detalla que estos proyectos para albergar a las personas en situación de calle se han establecido en lugares que el municipio renta.

La Tiny Home Village está ubicado en la calle Alvarado Street y avenida Scott en un estacionamiento alquilado por la Ciudad de Los Ángeles que estuvo vacante por lo menos por 23 años.

“Tenemos planes para establecer otra Tiny Home Village en la zona de Westlake y estamos pensando otras soluciones para reducir el desamparo”.

La cosa buena es que hemos reducido el número de personas en las calles. “En Hollywood hicimos un conteo que nos arrojó una reducción de 12%”.

Y además de reducir el desamparo de una manera segura a través de estos proyectos de casas miniatura, han logrado que en lugares como el lago de Echo Park, las madres regresen a pasear a sus niños en sus carreolas y a disfrutar del parque.

La gente decora sus casitas a su gusto en la Alvarado Tiny Home Village. (Araceli Martínez/La Opinión)

Sobre el costo asociado por este proyecto de casas, afirma que aproximadamente una persona que vive en la calle cuesta entre $30,000 y $50,000 al año y eventualmente mueren en la vía pública porque su periodo de vida se acorta. “Esta inversión en estas cabinas, es menos cara que dejarlos seguir viviendo desamparados”.

Agrega que el desamparo es un problema desafiante que requiere liderazgo y capacidad de decisión, pero considera que el modelo que se está usando en su distrito, puede funcionar en toda la Ciudad.

“Estamos en el camino correcto para reducir el desamparo, el crimen y salvar vidas. El crimen lo hemos reducido en 50% en Echo Park, a partir de que lo cerramos para repararlo. Ha sido una ganancia para todos, para los residentes y las personas sin hogar”.

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