A 2 años del mortífero atentado en El Paso el odio y extremismo persisten contra latinos e inmigrantes

El 3 de agosto de 2019, el supremacista blanco Patrick Crusius asesinó a 23 personas e hirió a otras 23 en un Walmart en El Paso, Texas, en el ataque más letal contra latinos en la historia moderna de Estados Unidos. Dos años más tarde, la animosidad contra los latino-americanos y los inmigrantes se mantiene en niveles peligrosos.

Patrick Crusius está acusado por la masacre de El Paso.

Patrick Crusius está acusado por la masacre de El Paso. Crédito: Combo-Fotos de EFE y Getty Images | Impremedia

El 3 de agosto de 2019, el supremacista blanco Patrick Crusius asesinó a 23 personas e hirió a otras 23 en un Walmart en El Paso, Texas, en el ataque más letal contra latinos en la historia moderna de Estados Unidos. Dos años más tarde, la animosidad contra los latino-americanos y los inmigrantes se mantiene en niveles peligrosos.

Crusius viajó unas 10 horas para llegar al Walmart de El Paso, y publicó un manifiesto en el que destacaba su premeditado e intencionado ataque contra los latinos, escribiendo que el ataque era una “respuesta a la invasión hispana de Texas” con lo cual él solo estaba defendiendo al país del “reemplazo cultural y étnico provocado por una invasión”. Hoy, las palabras de Crusius siguen teniendo eco y siendo amplificadas tanto por los supremacistas blancos como por las figuras de la corriente convencional. 

Un elemento central del ataque de Crusius fue “El Gran Reemplazo” y la creencia de que los estadounidenses “blancos” están siendo reemplazados por inmigrantes no blancos, con lo cual el resultado será la extinción de la raza blanca y de Estados Unidos. “Los hispanos tomarán el control del gobierno local y estatal de mi querido Texas, modificando la política para que se adapte mejor a sus necesidades”, escribió Crusius en su manifiesto. “Convertirán a Texas en un instrumento de un golpe político que acelerará la destrucción de nuestro país”. 

Esta teoría de la supremacía blanca persiste en la retórica extremista de hoy en día y recientemente se ha abierto camino en la política y los medios de comunicación convencionales.

La senadora del estado de Arizona, Wendy Rogers, ha utilizado con frecuencia un lenguaje incendiario para describir a los inmigrantes, refiriéndose a ellos como “invasores” que “pululan” en la frontera, trayendo consigo enfermedades y delincuencia. 

En julio, Rogers hizo alusión a destacados temas del Gran Reemplazo, trinando: “Estamos siendo reemplazados e invadidos”. Cuando se le pidió que aclarara sus comentarios, Rogers dijo: “No me retractaré de esta declaración. Los comunistas y nuestros enemigos están utilizando la inmigración masiva, la educación, las grandes tecnologías, las grandes corporaciones y otras estrategias para conseguirlo. Los grupos que están haciendo esto socavan nuestras familias, nuestra historia, nuestra fe y nuestros derechos”. En marzo, Rogers trinó: “Tenemos un estado de emergencia por el virus en nuestra frontera. El virus está entrando con la avalancha de ilegales. Es hora de una moratoria de la inmigración”.

Ese mismo mes, el representante de Arizona Paul Gosar escribió en un correo electrónico de recaudación de fondos: “[Los inmigrantes] se niegan a asimilarse y, en cambio, traen aquí sus idiomas y culturas extranjeras. Estamos importando el Tercer Mundo, y eso es lo que obtendremos. Pronto, Estados Unidos será irreconocible, a menos que pongamos fin a esta locura”.

En la CPAC 2021 (Conferencia de Acción Política Conservadora) en Dallas, también en julio, el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, inauguró la conferencia con un discurso sobre la inmigración, diciendo: “Lo que está ocurriendo en la frontera hoy no es un accidente. Es intencionado. Es un plan diseñado. ¿Por qué permiten [los demócratas] que millones de personas crucen la frontera? Porque quieren convertirlos en ciudadanos, convertirlos en votantes y apoderarse de este país… Si fallamos, Estados Unidos cae”. 

Aunque la retórica antiinmigrante en la corriente dominante se ha intensificado en los últimos años, el veneno de los supremacistas blancos contra la población latina de Estados Unidos también continuó tras el ataque de El Paso y muchos temas centrales del manifiesto de Crusius siguen teniendo eco en la retórica antiinmigrante extremista. 

En los dos años transcurridos desde El Paso, los extremistas de derecha no han llevado a cabo ningún tiroteo masivo, pero la comunidad sigue siendo el blanco de la propaganda antiinmigración, la retórica en línea y los ataques intolerantes. 

La propaganda de la supremacía blanca ha seguido centrándose en la inmigración; grupos como Patriot Front, New Jersey European Heritage Association (NJEHA, por sus siglas en inglés) y Hundred Handers siguen distribuyendo panfletos antiinmigración y antilatinos por todo el país. Desde el atentado de El Paso, NJEHA ha difundido propaganda de odio más de 250 veces, en muchos casos explícitamente antiinmigrantes, como por ejemplo “Acaben con la inmigración ahora antes de que el primer mundo se convierta en el tercero” y “La inmigración masiva es un ataque a la clase trabajadora”. 

En abril de 2021, el neonazi Movimiento Nacional Socialista (NSM, por sus siglas en inglés) celebró su conferencia nacional anual en Phoenix, Arizona, que incluyó una manifestación pública a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México donde el capitán del NSM, Harry Hughes, dijo que podían “ser testigos de la inmigración ilegal”. En marzo, Hughes publicó una foto de sí mismo “patrullando” el desierto de Sonora en Arizona.

En 2020, una publicación en un canal de Telegram de los supremacistas blancos incluyó una imagen glorificando al tirador de Christchurch, Nueva Zelanda, Brenton Tarrant, junto a las palabras “Fuerza de extirpación de parásitos” y una cita del manifiesto de Tarrant: “Debemos aplastar la inmigración y deportar a los invasores que ya viven en nuestro suelo”. Crusius escribió que admiraba a Tarrant, quien asesinó a 51 personas en su tiroteo de 2019.

Nuestro Centro sobre Extremismo (COE) de la Liga Antidifamación (ADL) ha hecho una selección de incidentes de odio y ataques contra latinos denunciados desde el atentado de El Paso: 

  • En julio de 2021, John Kantz, de Cary, Carolina del Norte, colocó pegatinas de “Yo (corazón) ser blanco” en restaurantes mexicanos y sus alrededores.
  • En junio de 2021, los propietarios de una vivienda en Toledo, Ohio, afirmaron que un vecino pintó con spray grafitis antiinmigrantes en su casa en un barrio de mayoría hispana. Los mensajes incluían “Deporten a los ilegales”, “Construyan el muro” y “Apoyen al ICE”. 
  • En junio de 2021, se lanzaron tortillas contra un equipo de baloncesto de un instituto de mayoría latina en Sacramento, California.
  • En abril de 2021, Mack Jackson presuntamente atacó a un vendedor de helados en National City, California, con un candado metálico de volante, diciendo: “Odio a los mexicanos y si te vuelvo a ver, te voy a matar”.
  • En abril de 2021, Ernesto Francisco de Inglewood, California, fue atacado por unas mujeres que supuestamente le gritaron insultos racistas antes de empujar al vendedor de flores al suelo. 
  • En febrero de 2021, Jeremy Michael Anderson fue acusado de intimidación étnica tras intentar quemar una casa en Mount Joy, Pensilvania. Anderson supuestamente creía que la casa estaba ocupada por inmigrantes mexicanos y dijo a los investigadores en múltiples ocasiones que lanzó los cócteles molotov “para tomar represalias y vengarse” de “los mexicanos”.  
  • En febrero de 2021, la doctora Jennifer Susan Wright presuntamente agredió a un hombre latino frente a un supermercado en Florida. Wright agredió al hombre y apuñaló “el vehículo de la víctima con sus llaves mientras le decía que tenía que regresar a su país”. 
  • En febrero de 2020, una madre y su hija fueron agredidas físicamente en Boston Massachusetts, por dos mujeres tras hablar en español. Una de las agresoras supuestamente declaró: “Estamos en Estados Unidos, aquí no hablamos español, ¡hablen inglés!”.
  • En diciembre de 2019, Nicole Marie Poole Franklin, de Des Moines, Iowa, golpeó a dos niños con su Jeep porque creía que uno de ellos era de ascendencia del Medio Oriente o africana y el otro era “un mexicano”. 

Jonathan Greenblatt es el Director general y nacional de la Liga Antidifamación (ADL)

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