La energía solar domiciliaria puede prosperar en California sin perjudicar a los latinos de bajos ingresos
Para finales de 2021, se espera una decisión importante en la Comisión de Servicios Públicos del estado dorado
Nuestra organización está comprometida con el empoderamiento de los jóvenes desfavorecidos del Valle de San Gabriel y con el apoyo a las iniciativas que promueven la conversación ambiental y el desarrollo de la comunidad. Como parte de esta misión, debemos oponernos a los programas que encarecen la consecución de un futuro energético limpio y que sobrecargan injustamente a los californianos de ingresos bajos y medios con una parte desproporcionada del costo.
Para finales de 2021, se espera una decisión importante en la Comisión de Servicios Públicos de California (CPUC, en inglés) sobre el programa de subvenciones a la energía solar domiciliaria del estado. Este programa afecta a los bolsillos de millones de californianos vulnerables, muchos de los cuales son latinos, inquilinos, de bajos ingresos y personas mayores. Lo único que todos tenemos en común es que no tenemos energía solar en nuestros techos.
La cuestión es si California debe reformar el programa de Medición de Energía Neta (NEM, en inglés) para dejar de hacer que los clientes de ingresos medios y bajos subvencionen los sistemas solares domiciliarios de los clientes excesivamente ricos.
La reforma del NEM no impedirá que California haga realidad su futuro de energía limpia. Por el contrario, la reforma es fundamental para asegurar que no estamos pagando en exceso por la energía solar y que todos los consumidores de electricidad paguen su parte correspondiente de la infraestructura de servicios públicos y los programas de política pública obligatoria como la eficiencia energética y la asistencia a las personas de bajos ingresos.
Desde que se estableció el NEM en 1995, el monto que reciben los propietarios de viviendas con sistemas solares en sus techos por vender el exceso de electricidad a la red ha aumentado cada año, a pesar de que el costo de las energías renovables ha disminuido. El costo de los sistemas solares domiciliarios también ha bajado un 70% desde que se estableció el NEM. No tiene sentido pedir a los californianos de ingresos medios y bajos que no tienen sistemas solares que paguen altos precios por un producto con costos decrecientes.
De hecho, el importe de la subvención concedida a los propietarios de viviendas con sistemas solares domiciliarios es ahora tan generoso que estos clientes, que suelen ser más pudientes, solo pagan facturas eléctricas nominales. Eso significa que los costos que solían aportar a la red eléctrica, de la que siguen dependiendo cada hora de cada día, se han trasladado a los consumidores de electricidad sin sistemas solares, californianos con muchos menores ingresos, inquilinos y personas mayores con ingresos fijos.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Berkeley y la Universidad de Tufts evaluó las disparidades étnicas en la distribución de sistemas de energía solar domiciliarios. Según los últimos datos, el 58% de los jefes de familia negros y el 54 % de los hispanos son inquilinos, frente a solo el 28% de los hogares blancos.
En la actualidad, la carga que supone la subvención del NEM para los clientes sin sistemas solares es de más de 3,400 millones de dólares en todo el estado o de unos 245 dólares por cliente al año en algunas partes del estado. Los expertos calculan que, si no se reforma el programa, el costo adicional anual pagado por los clientes sin sistemas solares será de más de $10.700 millones anuales o unos $555 por cliente al año.
Severin Borenstein, experto en energía del Instituto de Energía de la Universidad de Berkeley, señaló que “cuando un cliente instala energía solar, su parte de los costos fijos se traslada a otros contribuyentes, que son más pobres por término medio”. También calificó al NEM de “transferencia regresiva de costos”.
Del mismo modo, The Utility Reform Network calificó el programa NEM actual como un “fenómeno de Robin Hood inverso en el que los clientes de bajos ingresos están pagando por los sistemas solares de los clientes de mayores ingresos.”
Entre las diversas organizaciones que abogan por la reforma del programa NEM se encuentran Hispanics in Energy, California Latino Leadership Institute, National Diversity Coalition, California Hispanic Chambers of Commerce y Latin Business Association. Decenas de otras organizaciones que representan los intereses de los consumidores, el medio ambiente, personas de bajos ingresos, la fe y la tercera edad, junto con los grupos empresariales y las empresas de servicios públicos del estado también están esbozando la necesidad de la reforma.
No es de extrañar que las empresas de energía solar que fabrican, venden e instalan paneles solares se opongan incluso a las modestas reformas del NEM. Ellas y sus accionistas quieren mantener las generosas subvenciones para que más gente compre paneles solares domiciliarios. Estas subvenciones también permiten a las empresas solares mantener mayores márgenes para aumentar los beneficios y el precio de las acciones.
Es hora de devolver la equidad al programa estatal de energía solar domiciliario y reformar el NEM para eliminar esta injusta subvención.
(*) Norma J. Quiñones, Directora Ejecutiva, San Gabriel Valley Conservation Corps