Alguacil latina le cambia la vida a mujer de 86 años que vivía en el olvido y en condiciones insalubres

Al saber de la situación de la abuelita, la agente Anayancy Acosta junto a un grupo de alguaciles voluntarios le cambiaron la vida a la inmigrante

La agente Anayancy Acosta platica con Margarita Pérez, de 86 años.

La agente Anayancy Acosta platica con Margarita Pérez, de 86 años.  Crédito: Jorge Macías | Impremedia

Con 86 años, enferma y con la necesidad de un bastón para caminar, Margarita Pérez necesita ayuda en su hogar, el cual parecía abandonado, pero la agente Anayancy Acosta del Departamento del Sheriff de Los Ángeles (LASD) supo de su situación y su vida cambió.

Anayancy recibió una llamada de servicio sobre un posible caso de abuso de ancianos en La Mirada, al suroeste de Los Ángeles. Una vez allí, descubrió que Margarita, era la única mujer que vivía en la casa y había estado sola durante muchos años.

El hogar de la anciana nacida en Buenos Aires Argentina estaba en desorden, sucio, inseguro y en su interior había infinidad de cajas apiladas que en algunos lugares no se podía ni caminar.

 Margarita sufre de diabetes y otras enfermedades.

Anayancy determinó que en aquella llamada no había ningún delito que perseguir, pero sí hacer una labor humanitaria por Margarita, tal como le enseñaron sus padres, Benjamín y Martha, originarios de Jalisco, México.

Acosta, de 32 años y con cuatro de servicio en LASD y dos en la Estación Norwalk, informó a su capitán James Tatreau e invitó a varios de sus compañeros para organizar un equipo de limpieza.

Condiciones del hogar de Margarita López (Cortesía)

El domingo 24 de octubre, los agentes del orden pasaron varias horas llenando decenas de bolsas de basura y un enorme contenedor; podaron el césped de la propiedad, compraron una cama y cobijas nuevas para Margarita, arreglaron la sala y limpiaron la cocina y el baño.

Margarita no podía hacer sola esas labores. No había nadie que la ayudara. Sus vecinos ni enterados estaban de su situación.

“Margarita puede ser la madre o la abuelita de cada uno de nosotros”, dijo Acosta a La Opinión. “Todos algún día llegaremos a ser mayores y no solamente debemos preguntar por ellos como están, sino movilizarnos para ayudarles en lo que necesiten…, algún día todos llegaremos a ser Doña Margarita”.

Agentes voluntarias limpian la casa de la abuelita Margarita Pérez (Cortesía)

“Si tuviera una hija como ella”

Con los ojos al borde del llanto y con su voz débil, Margarita Pérez, una mujer educada que obtuvo una maestría en Ciencias de los Alimentos y Nutrición Humana en la Universidad de Florida, y que en su natal Argentina era una Ingeniera Agrónoma, se mostró visiblemente conmovida cuando fue visitada de nuevo por todos los agentes del LASD.

“Estoy muy sorprendida, pero muy agradecida de que la policía haya golpeado a m i puerta, no para cosas de delitos, sino para ayudarme”, dijo. “No quería sentirme abandonada y vivía así [entre el amontonamiento de cajas] porque yo sola no podía sacarlas. No pedía ayuda porque la gente está ocupada con sus familias, sus amigos, y nos es justo que se ocupen de darme una mano a mí, pero lo que hizo esta muchacha [Anayancy Acosta] tiene mucho valor…, si tuviera una hija, quisiera que fuera como ella”.

Equivo de agentes voluntarios que participaron en la limpieza del hogar de Margarita López. (Cortesía)

Junto a ella, su hijo Carlos Calvo, quien vive en Nevada, dijo que la última visita que había hecho a su madre fue en febrero, pero que no sabía de las condiciones insalubres en las que Margarita Pérez estaba viviendo.

“Mi madre es una persona muy privada; solamente me di cuenta de las condiciones reales hasta que la agente Acosta me mostró las fotografías, y de inmediato tomé el primer avión a Los Ángeles  para venir a verla”, explicó.

‘Una abuelita para todos’

James Tatreau, capitán de la Estación Norwalk del LASD, se encontraba visiblemente emocionado por haberle devuelto la sonrisa a Doña Margarita con la ayuda que le proporcionaron sus agentes

“Mostrar este tipo de humanidad a la gente nunca ha sido más importante, especialmente en el momento en el que estamos ahora con la pandemia [de coronavirus]”, declaró Tatreau a La Opinión.

“Los agentes bajo mi mando nunca han cambiado. Siempre han sido muy compasivos con las personas en el servicio; no siempre tienen la oportunidad de tomar un respiro y tomarse el tiempo para extender la mano a los demás”, agregó.

Condiciones en que se le encontró el hogar a Margarita López. (Jorge Macías)

“La oficial Acosta ha dado un muy buen ejemplo a los demás de que, si te tomas tu tiempo y tienes un momento libre, quizás busques esas oportunidades de ayudar con más frecuencia.

Doña Margarita dijo en broma que quiere adoptar a todos los que la ayudaron, ¿Cómo van a  responder ustedes?”, se le preguntó a Acosta.

“Sí. Así es, todos tenemos una nueva abuela, todos. Y la veremos durante las vacaciones. Estoy segura”.

El capitán del LASD expresó que se asegurarán de que Margarita Pérez no esté sola en la próxima cena de Acción de Gracias y Navidad.

La buena acción de la oficial Acosta también fue reconocida por su compañero de trabajo, el agente Simón Vargas, cuyos familiares provienen de Durango, México.

“Se siente bien ayudar a alguien; para eso estamos, para proteger y servir”, dijo Vargas. “Además, la señora Margarita es una abuelita excepcional”.

Atención y caridad

La psicóloga Leticia Lagar manifestó que el caso de Margarita Pérez es típico entre los ancianos latinos porque crecieron en una época donde generalmente fueron independientes en la toma de sus decisiones.

“Si ellos no tenían algo, no pedían nada a nadie, aunque fuera para comer”, dijo. “Ellos siempre querían resolver todos sus problemas sin la ayuda de nadie”.

La psicóloga expresó que, “desafortunadamente” para muchas personas mayores lo que llamaban el sueño americano se convirtió en una pesadilla, “sobre todo porque las nuevas generaciones no tienen el mismo valor del concepto de unidad familiar”.

“Nuestros viejitos no piden ir a restaurantes porque ya casi no pueden comer o están enfermos; tampoco quieren ir de viaje porque se cansan pronto y tienen que cargar con su bastón o silla de ruedas”, añadió.

“Lo que ellos quieren de sus familiares es que les presten atención, que les tengan un poco de compasión y misericordia, pero muchos no se quieren dar cuenta que tarde o temprano estaremos todos en la misma situación… Ellos solamente quieren que les alegremos sus últimos años de vida, cuidándoles con amor”.

Miles de personas mayores abusadas

La Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles proclamó el mes de junio de 2020 como el “Mes de concientización sobre el abuso de adultos mayores y dependientes”.

Según la ley de California, el “abuso de ancianos” implica abuso físico o emocional, negligencia o explotación financiera de personas de 65 años o más

En abril de 2019, Crosstown reportó que el LASD presentó 6,008 informes de abuso de ancianos en todo el condado de Los Ángeles; para el año 2018, un aumento del 11% con respecto a los 5,406 incidentes de 2017.

Los datos del Departamento de Policía de Los Ángeles muestran que, en 2018, se reportaron 191 incidentes de abuso de ancianos en la ciudad de Los Ángeles, un aumento del 18% con respecto al año anterior.

¿Dónde reportar el abuso?

Si usted sospecha abuso de personas mayores, estos son algunos de los lugares a los que puede contactar:

 • Línea directa de abuso de ancianos: llame al 1-877-477-3646 o al 800-992-1660 para denunciar las acusaciones de abuso cuando no esté seguro de dónde llamar.

• Servicios de protección para adultos, condado de Los Ángeles: 1-888-202-4248.

• Si se encuentra fuera del condado de Los Ángeles llame al 213-351-5401

• Ombudsman de atención a largo plazo, en WISE & Healthy Aging: Llame al 800-334-9473 para informar sobre sospechas de abuso que ocurran en hogares de cuidados y pensiones, hogares de ancianos e instalaciones de vida asistida en el condado de Los Ángeles.

• Ombudsman estatal fuera del horario de atención a la línea de crisis: 1-800-231-4024.

• Oficina del Procurador General de California de Fraude y Abuso de Ancianos de Medi-Cal: Presente una queja en www.oag.ca.gov/bmfea/  o llame al 800-722-0432.

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