A quién acudir cuando las redes sociales empeoran los problemas de la imagen corporal

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Si te sientes inadecuado, molesto o deprimido cuando miras a personas en las redes sociales que parecen tener cuerpos y vidas perfectas, no estás solo.

El efecto de las redes sociales en la imagen corporal de los adolescentes y adultos jóvenes es bien conocido entre los profesionales de la salud mental. Y un artículo del Wall Street Journal de septiembre reveló que Facebook sabía que Instagram, que es de su propiedad, en realidad hacía que las adolescentes se sintieran mal con su cuerpo.

La propia investigación de Consumer Reports ha descubierto que el uso de las redes sociales puede tener efectos emocionales negativos. Nuestra encuesta representativa a nivel nacional (PDF) de 2,263 adultos estadounidenses realizada en agosto de 2021 encontró que alrededor 1 de cada 4 (26%) personas que alguna vez tuvo una cuenta en las redes sociales dijo haberse sentido celosa o mal consigo misma después de mirar las publicaciones de otra persona en las redes sociales. Entre las personas que han borrado o dejado de usar cualquier plataforma de redes sociales, el 11% dijo que una de las razones por las que lo hizo fue porque les causaba ansiedad.

Ya sea que estés viendo Instagram, Facebook, TikTok o cualquier otra plataforma de redes sociales, es natural sentir envidia de la vida de otras personas. Pero la envidia puede volverse rápidamente destructiva, dañando tus sentimientos de autoestima, deformando la imagen de ti mismo y perturbando tu vida. Por eso es importante saber que hay maneras de obtener ayuda.

A continuación, explicamos cómo puedes detectar problemas de imagen corporal, indagamos sus causas fundamentales y hablamos sobre la dismorfia corporal, una condición más extrema que implica una obsesión no saludable con el cuerpo o con una parte del cuerpo en particular. Si estás buscando recursos que puedan ayudarte ahora, puedes consultar la lista que hemos recopilado.

Te sientes mal con tu cuerpo

Las redes sociales pueden alimentar la ansiedad sobre la imagen corporal y desinflar la autoestima de una persona en sí. Las imágenes de celebridades, personas influyentes e incluso amigos que presumen de sus abdominales o de las fotos en bikini de sus últimas vacaciones pueden llevar a la duda, haciendo que la gente se cuestione: ¿Soy lo suficientemente bueno? ¿Cómo puedo deshacerme de la grasa abdominal? ¿Estoy comiendo demasiados carbohidratos? ¿Debo seguir una dieta extrema o hacer un ayuno?

Esas preocupaciones no siempre conducen a problemas más serios, dice Caroline Fenkel, trabajadora social clínica certificada y directora clínica de Charlie Health, una organización que se especializa en la salud mental de adolescentes y adultos jóvenes. “Hay muchas personas que tienen problemas de imagen corporal y siguen comiendo de manera saludable, comen lo que quieren”.

Pero cuando uno está obsesionado con su imagen corporal o siente ansieda por una parte específica de su cuerpo, y luego siente una compulsión por actuar en base a esa obsesión, eso es dismorfia corporal, un trastorno obsesivo compulsivo que tiene sus raíces en la ansiedad, dice el doctor Arpan Parikh, psiquiatra privado que trabaja con pacientes en New York y California, incluyendo aquellos que tienen problemas de imagen corporal y dismorfia corporal. “Puede implicar el intento compulsivo de arreglar esa parte del cuerpo, ya sea, por ejemplo, a través de cirugía plástica o del ejercicio”, dice.

En algunos casos, el aislamiento durante la pandemia ha empeorado las cosas, ya que muchas personas han tenido un contacto personal limitado con amigos y familiares y dependen de las redes sociales mucho más que antes.

Los niños de 4 a 15 años pasaron un 76% más de tiempo en las aplicaciones de redes sociales en 2020 que en 2019, según un informe de la compañía de software de control parental Qustodio. Antes de la pandemia, las aplicaciones de las redes sociales se utilizaban sobre todo después del horario escolar.  Durante la pandemia, los niños utilizaron las aplicaciones de las redes sociales durante todo el día, dice Qustodio.

Para muchos jóvenes, los problemas de imagen corporal pueden surgir casi tan pronto como tengan acceso a las redes sociales, dice Fenkel. La preocupación por verse delgado puede comenzar de inmediato. Y puede intensificarse rápidamente, afectando los hábitos de alimentación y de ejercicio.

¿Por qué? Incluso una simple búsqueda de recetas saludables en las redes sociales puede llevarte a una madriguera, dirigiéndote a la “inspiración por la delgadez”, o a imágenes y contenidos que alienten a las personas a mantener un peso corporal muy bajo, dice Fenkel.

Aunque los debates sobre los problemas de la imagen corporal tienden a centrarse en las mujeres y las niñas, éstas no son las únicas con este problema.

“Los niños y los hombres tienen realmente un alto índice de problemas de imagen corporal”, dice Fenkel, pero puede sonar diferente cuando hablan de ello. “Pueden hablar de aumentar de volumen o de ir al gimnasio o algo parecido. Por lo general, no hablan de sentirse mal con ellos mismos o con su cuerpo”.

Las personas transgénero y no binarias también pueden tener problemas de imagen corporal. Algunas investigaciones han sugerido que las personas trans y no binarias sometidas a acoso y discriminación pueden tener más problemas con la imagen corporal y una menor autoestima.

Cómo buscar ayuda

Aunque los problemas de imagen corporal pueden parecer insuperables, hay varias formas de contrarrestar los sentimientos negativos sobre tu cuerpo.

Sé escéptico de lo que ves en las redes sociales

A menudo, la fuente social que ha creado alguien a quien sigues está cuidadosamente confeccionada. Recuerda que lo que ves en las redes sociales es solo un lado de la persona, el lado que ellos quieren que los demás vean, dice Fenkel. Lo que no puedes ver son los defectos.

“Es muy importante ayudar a los adolescentes y los adultos jóvenes a reconocer que éste es solo un aspecto de la vida de esta persona que te están mostrando”, dice Fenkel. También sugiere reducir el uso de las redes sociales y dejar de seguir las cuentas que te hacen sentir mal contigo mismo.

Encuentra personas con las que puedas relacionarte

Busca personas que comprendan por lo que estás pasando. Incluso saber que no eres el único que se ha sentido mal o celoso después de revisar tus cuentas en las redes sociales “puede ser algo realmente terapéutico y curativo para los adolescentes y los adultos jóvenes que están luchando con esto”, dice Fenkel.

El apoyo entre iguales puede ser más formal, como en una terapia de grupo o simplemente con tu grupo de amigos.

“Rodéate de personas que afirmen tu valor y no te pidan que cambies para ser digno de su afecto, en la medida en la que seas capaz”, dice Rachel Fox, académica de estudios sobre la gordura y candidata al doctorado en la UC de San Diego, quien orgullosamente se llama a sí misma gorda. “Mira todos los tipos de cuerpos que puedas” para recordarte que los delgados no son los únicos, dice Fox, quien también es autora principal de un artículo titulado Working Toward Eradicating Weight Stigma by Combating Pathologization (Trabajar para erradicar el estigma del peso combatiendo la patologización), que se publicó el año pasado en el Journal of Applied Social Psychology.

Haz una evaluación

Para ayudarte a determinar la gravedad de tus problemas de imagen corporal, puedes realizar un cuestionario o una autoevaluación, como la que publica Bodywise, un programa ofrecido por el Center for Eating Disorders (Centro de Trastornos Alimentarios), una organización sin fines de lucro, con sede en Ann Arbor, Michigan. Incluso si no tienes un trastorno alimentario o dismorfia corporal propiamente dicha, una evaluación en línea podría ayudarte a entender tus sentimientos y a saber si podrías beneficiarte de la ayuda profesional. Evaluarás cómo te hace sentir tu apariencia, cómo te queda la ropa, con qué frecuencia te miras en el espejo y cómo te sientes acerca de la comida.

También puedes consultar a tu compañía de seguros llamando al número que figura en el reverso de tu tarjeta de seguro para ver si ofrecen o cubren las evaluaciones de salud mental.

Comunícate con una línea de ayuda

Si tú o alguien que te importa necesita ayuda urgentemente, aquí te decimos cómo obtenerla rápidamente:  

Línea de texto para crisis: Incluso si no consideras que la situación es una “crisis”, puedes comunicarte con un asesor de crisis capacitado enviando un mensaje de texto con la palabra HOME al 741741. Los consejeros de la Línea de texto para crisis son voluntarios que trabajan para el grupo sin fines de lucro y pueden proporcionar apoyo confidencial gratuito las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Línea de ayuda de la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales: NAMI, una organización sin fines de lucro, tiene una línea de ayuda a la que puedes comunicarte llamando al 800-950-6264, de lunes a viernes, de 10 a.m. a 10 p.m., hora del este. También puedes enviar un correo electrónico a la organización en info@nami.org. Al otro lado de la línea o del mensaje, te comunicarás con un miembro del personal capacitado, un pasante o un voluntario capacitado con una condición de salud mental o que cuida de alguien con un problema de salud mental, por lo que pueden relacionarse con el problema. La organización puede ofrecer apoyo y referencias a recursos de salud mental.

Línea de ayuda de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias: La línea de ayuda nacional de la SAMHSA está disponible en el número 800-662-4357. Y no solo para personas con problemas de abuso de sustancias. Es una línea telefónica gratuita y confidencial proporcionada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos que puede remitirte a lugares donde puedes obtener información tanto para el abuso de sustancias como para los problemas de salud mental. También puedes encontrar un proveedor de salud mental utilizando el localizador de servicios de tratamiento de SAMSHA.

Considera la posibilidad de consultar a un profesional

Un profesional de la salud mental, como un trabajador social, un psicólogo, un psiquiatra u otro consejero, empezará haciéndote preguntas para formarse un panorama general de lo que te preocupa.

El profesional querrá saber cuáles son los problemas que te preocupan, cómo los afrontas y cómo tus relaciones afectan tu vida, dice Parikh, psiquiatra que también es director principal de experiencia clínica en Ro Mind, una plataforma que crea planes virtuales de tratamiento de salud mental para personas con ansiedad y depresión. Te preguntará sobre tu entorno, las personas de las que te rodeas y las inseguridades que puedas tener.

A medida que respondas a las preguntas, aprenderás más sobre ti y comprenderás mejor de dónde vienes, cómo te sientes, cuánto tiempo llevas sintiéndote así y qué te hizo buscar ayuda. Luego trabajarán juntos en un plan de tratamiento que puede incluir terapia, medicamentos o ambas cosas.

Además de acudir a las líneas de atención telefónica mencionadas anteriormente para encontrar un proveedor de salud mental, puedes pedirle a tu médico de cabecera que te atienda, utilizar la herramienta de localización de la Asociación Americana de Psicología para encontrar un terapeuta o utilizar la herramienta de localización de la Asociación Americana de Psiquiatría para encontrar un psiquiatra que pueda recetar medicamentos. También puedes consultar a tu proveedor de seguros en su sitio web, aplicación móvil o llamando al número que figura en el reverso de tu tarjeta del seguro.

Estudiantes: Tu escuela podría tener recursos para ti

Debido a los efectos de la pandemia sobre la salud mental, el Departamento de Educación dispone de nuevos fondos para que las escuelas contraten trabajadores sociales, consejeros, especialistas en salud mental y comportamiento y psicólogos escolares. Así que, si te sientes cómodo, consulta con tu orientador o la oficina principal de tu escuela para averiguar qué está disponible para ti. 

Considera las Comunidades de Color

El estigma relacionado con las enfermedades mentales y con la terapia y los medicamentos utilizados para tratarlas, está empezando a disminuir. Pero el estigma sigue existiendo, especialmente en algunas comunidades de color, debido a la desconfianza general en el sistema de salud y en los medicamentos que afectan al cerebro, dice Parikh.

Una encuesta realizada a principios de este año por Harris Poll en nombre de la National Alliance on Mental Illness (Alianza Nacional de Enfermedades Mentales) reveló que las personas de color con trastornos del estado de ánimo, un tipo de enfermedad mental, informaron tener más dificultades para abrirse a los demás sobre su condición en comparación con las personas caucásicas.

Con eso en mente, Parikh dice que se esfuerza por ser sincero con los pacientes sobre los medicamentos, cómo funcionan, cómo deberían ayudar y cuáles podrían ser algunos de los efectos secundarios.

“Creo que a veces parte de la desconfianza se debe a que las personas no saben qué esperar y no se les informa sobre los efectos secundarios o los posibles riesgos”, dice Parikh.

Pero a medida que nos sentimos más cómodos hablando abiertamente de la salud mental, de la terapia y de los medicamentos, “poco a poco estamos viendo que parte de esa barrera llamada estigma empieza a desaparecer”, dice Parikh.

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