México, el reto de dar refugio a migrantes de 90 nacionalidades

México reconoció que actualmente tiene en sus escritorios las solicitudes de asilo de casi 100,000 personas procedentes de 90 países, entre los cuales se encuentran Afganistán, China, Palestina, Turquía, Haití y Cuba, entre otros

Marcelo Ebrard recibe a grupo de mujeres afganas que solicitaron asilo en México.

En agosto, el canciller Marcelo Ebrard recibe a grupo de mujeres afganas que solicitaron asilo en México. Crédito: PEDRO PARDO | AFP / Getty Images

MEXICO.- Nadi Mohamed Ahmad Asmar llegó a México para huir de la persecución política que como palestino sufría en Israel. Un hermano de él había llegado previamente. A pesar de disfrutar “el ambiente festivo” del país poco a poco empezó a golpearle las diferencias culturales y, sobre todo, el cliché de terrorista.

No me gusta la impuntualidad de los mexicanos, que no hay cultura del ahorro y que con frecuencia me catalogan como árabe y hacen bromas sobre terrorismo. Me ha costado trabajo acostumbrarme a la falta de amor que tiene por su país la mayoría de los mexicanos, a ver la desintegración y la violencia intrafamiliar”, resumió.

También ha luchado por desarrollarse profesionalmente como astrólogo, pero su profesión, sin embargo, no es considerada tan importante como en su país y ha tenido que sobrevivir a duras penas con un pequeño restaurante que ya cerró en la capital mexicana, según narró a la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) sobre los retos de empezar de cero.

Tras la pandemia, México ha tenido dificultades para levantar su economía y a pesar de un ligero repunte en el empleo, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática reconoce que hay precarización laboral y cierre de micro empresas en un ambiente complicado al que se suman los nuevos perfiles de migrantes.

México reconoció que actualmente tiene en sus escritorios las solicitudes de asilo de casi 100,000 personas procedentes de 90 países que quieren vivir aquí sin saber que este país no esta preparado para acogerlos por el abrupto incremento: en 2013 hubo solo 1,296 solicitudes; en 2018, fueron 14, 619; para 2019 saltó hasta 70,426 y para finales de 2021 se esperan más de 100,000.

“México se enfrenta a crecientes desafíos y preocupaciones a raíz de los cambios de políticas en los Estados Unidos que llevaron a un aumento significativo en el número de personas que deciden solicitar asilo en México, ejerciendo presión adicional sobre un sistema que ya está sobrecargado”, advirtió Filippo Grande, el Alto Comisionado de la ONU, quien estuvo de visita a finales de noviembre.

Según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), las diez principales nacionalidades de personas solicitantes de asilo hasta junio de este año son Honduras, Haití, Cuba, El Salvador, Venezuela, Guatemala, Nicaragua, Chile, Brasil y Colombia sin embargo hay migrantes de casi todo el mundo hasta sumar 90 nacionalidades, desde Afganistán, Bangladesh, República Popular de China, Costa de Marfil , Palestina, Turquía, Vietnam, Zimbabue y hasta de varios países de Europa.

¿Qué pasa cuando africanos, asiáticos, sudamericanos, haitianos se enfrentan al día a día en este país? El golpe mayor es para aquellos que no hablan el idioma o son de otras razas o de culturas muy distintas que arrastran a la par sus propias historias de dolor como Nadi Mohamed Ahmad Asmar, de 44 años.

Durante su niñez, el palestino tuvo que cambiar de casa al menos 15 veces por cuestiones de racismo y guerra, tratando de vivir en paz. El momento más duro fue cuando perdió a sus dos hermanos por un misil que cayó en la casa donde vivía. 

Ese mismo año perdió a su tío y a abuelito, asesinados por terroristas y fundó una organización civil disidente que lo llevó a ser un blanco de persecución por parte de los israelíes, según su testimonio. 

“Me encarcelaron y torturaron varias veces, y se encargaron de hacerme imposible la vida. Incluso viví en arresto domiciliario durante tres años y volví a la cárcel varias veces por violarlo”, recuerda. “Estaba harto y decidí seguir los pasos de mi hermano y emigrar a México”, describió sin dar de detalles de cómo llegó primero su pariente a pedir asilo; él, consiguió primero una visa para Colombia a través de algunas amistades, reconoce. 

Llegó poco antes de que empezaran a dispararse las solicitudes y por eso se considera una persona con suerte porque pudo tener pronto una identidad de refugiado. Desde 2017, México empezó a rechazar el 70% de las solicitudes y actualmente está saturado por lo que hay quejas constantes de que simplemente no responde o da largar, como ocurre con los haitianos en su oleada masiva de los últimos años con miras a Estados Unidos. 

Mientras tanto, en el día a día, los migrantes tienen que hacer de todo. Koffi Nguessan, oriundo de Costa de Marfil de 33 años, testificó ante la ACNUR que huyó de su país donde era estudiante y futbolista después de que asesinaron a su padre, quien era militar. Estuvo viviendo en algunos países africanos, trabajando para tener el dinero que me permitiera viajar más lejos. Cuando pude, fui a Ecuador y después a México; pagué más de 1 500 dólares en este trayecto. 

“Inicialmente había pensado ir a Canadá, pero un amigo me consiguió un pasaporte con visa mexicana, por lo que mi opción inmediata fue venir a México y aquí me quedé”, recuerda.

“Al inicio, vivir en México representó un reto muy grande para mí, ya que desconocía la cultura y, lo más importante, el idioma español. Cuando empecé a hablarlo era muy difícil que la gente me entendiera y, en ocasiones, se desesperaba al escucharme, ya que confundía mucho las palabras, me decían negro y todavía”. 

Al principio, trabajó como cargador para pagarse las comidas y dormía en cualquier parte hasta que se enteró de que podía pedir refugio y a la par buscó trabajo con un entrenador de un equipo de futbol amateur en el estado de Querétaro. También se ha alquilado como extra en programas de televisión donde buscan a gente de raza negra.

“Mi proyecto más importante es ahora tener una casa y una familia propia”.

Para gente como Koffi Negossan, la ACNUR ha buscado colaboraciones con las autoridades federales y estatales en todo el país, así como con las oficinas de empleo

Hasta ahora se han aliado más de 50 compañías privadas en Saltillo, Monterrey, Guadalajara, Aguascalientes y la Ciudad de México. Entre ellas, Mabe, Kolon, Kimberly Clark, Palliser, Lennox, General Motors, Femsa, Hyatt, Home Depot, Soriana, Holiday Inn, Nissan, Exxon Mobil, Uber, Procter & Gamble que han empleado a 5,000 pero… ¡el reto es de 100,000 solo en este año!.

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