Miles de personas están intentando sin éxito renunciar a su ciudadanía estadounidense
Unas 30,000 personas que viven en el extranjero intentan renunciar a su ciudadanía estadounidense, pero la pandemia del covid-19 ha retrasado sus esfuerzos
Crédito: Spencer Platt | Getty Images
Alrededor de 30,000 personas que viven en el extranjero intentan renunciar a su ciudadanía estadounidense, un esfuerzo que se ha visto frenado por la pandemia del covid-19.
Marzo de 2020 fue el parteaguas y dio inicio a una pausa, pues la mayor parte de las oficinas consulares de Estados Unidos en el planeta han pausado sus servicios de expatriación, lo que ha frustrado y molestado a las personas que están buscando renunciar a su ciudadanía.
De acuerdo a lo que informa The Guardian, personas como Joshue Grant, de Alabama pero residente de Alemania, viven con frustración la falta de respuesta a solicitudes de renuncia de nacionalidad como la suya, que data de julio de 2020 y que, asegura, ya cuenta con toda la documentación requerida.
Él no puede obtener la ciudadanía alemana hasta deshacerse de la estadounidense.
“Es curioso. La gente en Alemania tiende a ver a Estados Unidos como un país liberal, en el que se instauró el estado de derecho, pero yo ni siquiera he logrado encontrar a alguien del gobierno con quién hablar”, asegura.
El medio sostiene que nueve ciudadanos estadounidenses que residen en el extranjero han demandado al Departamento de Estado ante una corte federal de Washington, pues están en una situación similar a la de Grant.
“Estados Unidos parece empeñado en impedir que sus ciudadanos ejerzan su derecho natural y fundamental a renunciar fundamentalmente a su ciudadanía”, indica la demanda que presentó a nombre de los ciudadanos la Asociación de Americanos Accidentales, cuya sede está en Francia.
Pero otra razón para deshacerse de su nacionalidad es la alta carga tributaria sobre los hombros de quienes viven fuera del país, pues en 2010 se aprobó una ley que obliga a instituciones financieras a informar al ISR sobre cualquier persona que sospechen es estadounidense, pues el IRS obliga a sus ciudadanos en el extranjero a declarar sus ingresos.
Entre 2000 y 2010, quienes renunciaron a ser estadounidenses fueron menos de 1,000 personas por año, pero esta ley hizo disparar la cifra hasta 7,000 en un solo año.
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