VIDEO: Mujer destroza sección de bebidas alcohólicas de supermercado en arrebato racista en solo 5 minutos

Una mujer destruyó bebidas alcohólicas por valor de $13,500 dólares en solo cinco minutos, durante un arrebato racista en supermercado Aldi de Inglaterra.

Barbara Stange-Álvarez, de 36 años, fue vista usando su brazo para barrer y derribar cientos de botellas de los estantes y tirarlas al piso en el supermercado ubicado en Stevenage, Reino Unido.

Minutos después de caminar por el pasillo, el piso había desaparecido bajo una alfombra de vidrios rotos y enormes charcos de licor.

En un momento, Stange-Alvarez resbaló y cayó sobre el vidrio, cortándose la mano.

Los compradores en la tienda observaron con horror, grabando las devastadoras escenas en imágenes que pronto se volvieron virales.

Stange-Alvarez, de Swingate en Stevenage, compareció en el Tribunal de Magistrados de St Albans el lunes, donde se declaró culpable de daños criminales, asalto común con agravantes raciales y un delito de orden público con agravantes raciales en el que profirió insultos a un guardia de seguridad en el hospital. donde había sido llevada para el tratamiento de su mano.

La jueza de distrito Margaret Dodd, quien escuchaba el caso, le ordenó pagar una compensación a Aldi equivalente $6,750 dólares (5,000 libras esterlinas).

La fiscal Clinton Hadgill le dijo al tribunal cómo en la tarde del 25 de noviembre de 2020, Stange-Alvarez había entrado en la tienda del supermercado en Fairlands Way, Stevenage.

“Se dirigió directamente al pasillo donde está el alcohol y procedió a sacar cientos de botellas de alcohol del estante”, dijo.

En las imágenes de video que capturan el terror, se la puede ver moviéndose lentamente por el pasillo cerca del área de caja usando su brazo izquierdo para barrer las botellas del estante y luego estrellarlas contra el suelo.

Hadgill dijo que, al llegar al final del pasillo, volvió al principio y repitió el ejercicio.

Nueve segundos después de su juerga de demolición, la acusada cayó sobre el vidrio roto y se cortó la mano derecha, dijo el fiscal.

Al llegar de nuevo al final del pasillo, se quedó allí agarrando botellas individuales y arrojándolas al suelo.

El fiscal dijo que un guardia de seguridad de otra tienda llegó al establecimiento y pudo detener a Stange-Álvarez hasta que llegó la policía.

Hadgill dijo que los oficiales llevaron a la mujer al Hospital Lister en Stevenage, donde pateó a un guardia de seguridad en la espinilla y lanzó insultos raciales: “Ustedes, indios. Pago mis impuestos para que estés en este país. Vuelve a tu propio país, odio a los indios”.

Más tarde, mientras estaba bajo custodia policial, le dijo a un oficial: “No dije mierda india, dije mierda de Cachemira”.

En una entrevista, dijo que sentía que sufría problemas de salud mental provocados por no poder trabajar, depresión, una relación abusiva y dijo que no estaba recibiendo el tratamiento que pensaba que debería haber recibido.

Ese día dijo que había visitado una clínica de salud mental local en busca de ayuda para sanar su estado mental, pero no estaba contenta con la respuesta que recibió y “perdió la cabeza”.

Stange-Álvarez, quien se representó a sí misma en la corte, dijo que no había podido trabajar durante 2020 y agregó: “Luché porque estaba desempleada”.

La jueza de distrito Margaret Dodd le dijo que “mucha gente” había estado en una situación similar durante el año.

Stange-Álvarez continuó: “Muchas cosas me afectaron y no pude recibir el tratamiento”.

Ella le dijo al juez: “No volverá a suceder” y dijo que la medicación que tomaba ahora la había “estabilizado”.

Al dictar sentencia, la jueza de distrito Dodd dijo que podía darle crédito por su declaración de culpabilidad y señaló que no había estado en problemas antes.

El juez le dijo que “no estabas bien en ese momento”, pero ella dijo que muchas otras personas también habían estado sin trabajo y suspendidas en ese momento y no se habían comportado de esa manera.

Ella le dijo a Stange-Álvarez que su comportamiento hacia el guardia de seguridad del hospital había sido “perturbador e hiriente”.

Simplemente estaba tratando de hacer su trabajo, solo para encontrarse insultado y agredido, dijo la juez.

Le dictaron una sentencia de cárcel de 12 semanas que fue suspendida por 18 meses.

También fue objeto de un requisito de tratamiento de salud mental y de un requisito de actividad de rehabilitación, durante el cual trabajará con el personal en sus habilidades de pensamiento.

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