Editorial: Urgen medidas concretas contra la violencia armada

Hay muchas armas ilegales pasando de un estado a otro

La venta online de piezas para ensamblar ‘armas fantasmas’ es común y no hay regulaciones claras.

La venta online de piezas para ensamblar ‘armas fantasmas’ es común y no hay regulaciones claras. Crédito: AFP / Getty Images

La creciente cantidad de homicidios en los grandes centros urbanos requiere acciones concretas para combatir la proliferación de armas ilegales y “pistolas fantasmas” que usan los delincuentes para sus crímenes.

El presidente Joe Biden que el jueves 3 de febrero visita la ciudad de Nueva York, prometió invertir 500 millones de dólares en refuerzo policial para los centros urbanos y en iniciativas como fomentar las actividades extraescolares para tener ocupada a la adolescencia, así como crear oportunidades económicas en los barrios más deprimidos.

La organización Gun Violence estimó que el año pasado murieron 20,794 por armas de fuego sin contar los suicidios. En Nueva York hubo cerca de 500 casos  mientras que en Los Angeles cerró con 396. Esto es un récord desde 2007, pero la cifra es mucho menor que los recordé en la década de los noventas.

Sin lugar a duda hay un componente socioeconómico en la violencia, especialmente juvenil, pero el ingrediente común es el arma de fuego vendida en estados con leyes laxas para cometer crímenes en sitios con mayor control armas. 

Una análisis de Nueva York mostró que el 74% de 46,514 armas usadas para cometer delitos provienen principalmente de Pennsylvania, Virginia, Carolina del Norte y del Sur, Georgia, Florida y Ohio. Se vende en Baltimore el arma que mató recientemente a los dos policías de Nueva York. 

El otro problema son las armas que se compran en piezas en internet. La ley permite a cualquiera comprar una sin necesidad de un control de antecedentes porque los kits sólo contienen piezas de armas parcialmente terminadas. El kit no se considera un arma de fuego ilegal hasta que se monta el arma. Estas armas no tienen numeración alguna, por eso se las llaman fantasmas.

Los expertos dicen que no hay datos nacionales claros sobre cómo pasan las armas de fuego de los fabricantes y distribuidores al mercado negro, cómo difiere el tráfico de un estado a otro o incluso el precio en la calle de las armas de fuego traficadas en diferentes mercados.

Se han propuesto medidas locales, estatales y en el Senado para hacer ilegal la transferencia ilegal de armas a través de las fronteras estatales en un delito federal y declarar ilegal las armas fantasmas. Es indignante que la Asociación Nacional del Rifle se oponga a estas medidas de sentido común bajo el argumento de defender el derecho de los aficionados dedicados a las armas.

Los estudios indican que la mayoría de las armas usadas por la delincuencia son tradicionalmente compradas de manera legal por intermediarios y robadas. Ahora se le suman las pistolas fantasmas. 

Es una fantasía la idea del honesto armado que protege a todos del criminal armado”. La seguridad pública comienza con la reducción de las armas de fuego y especialmente con el combate a las “armas fantasmas”.

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