Activistas a favor del aborto organizan protesta masiva para el 8 de marzo
Aseguran que tener un bebé no deseado puede truncar sus sueños y causar problemas a largo plazo
A sus 71 años, Araceli Herrera no puede evitar el llanto al imaginar lo diferente que hubiera sido su vida si después de haber sido violada en su juventud hubiera tenido acceso al aborto.
La mujer, originaria de la Ciudad de México y quien es la mayor de siete hermanos, contó que se esforzó mucho para poder entrar a la universidad. En su hogar la familia era muy pobre y su madre sufría de violencia doméstica por parte de su padre, quien era alcohólico.
Ella era la esperanza de la familia. Su sueño era ser bióloga y sacar a sus seres queridos adelante. Sin embargo, un ataque cambió su destino.
Contó que un día, su compañero de clase le dijo que fueran a la casa de otro compañero para hacer un trabajo en equipo. En el lugar, habían más jóvenes y dos de ellos la violaron.
Herrera, quien en ese entonces tenía 21 años, carecía de información sobre cómo proceder y por la vergüenza calló su brutal ataque. Tres meses, después se enteró en la enfermería de la escuela que estaba embarazada. “Yo les dije que quería abortar y la enfermera me dijo que no podía porque no había leyes que lo permitieran”, contó.
Desde entonces su vida se tornó en una lucha constante.
Tuvo que dejar la escuela, su familia no se enteró que estaba embarazada hasta que nació el bebé. En el vecindario, enfrentaba burlas por parte de los vecinos quienes decían que el bebé era su título universitario, y cuando su hijo le preguntaba quién era su padre, ella buscaba excusas para no decirle la verdad.
La mexicana aseveró que no se cansa de pedirle perdón a su hijo pero también le ha dicho que si en aquel momento ella hubiera tenido acceso al aborto, lo hubiera hecho.
“Me casé pero nunca tuve más hijos, quedé traumada. He tomado mucha terapia”, confesó Herrera.
Lo que más le duele es que tuvo que cambiar forzosamente su carrera de bióloga para dedicarse a la limpieza desde hace 31 años que emigró a Estados Unidos.
“Ahora pienso ¿por qué una mujer tiene que pasar por esa humillación? En lugar de poder decir: ‘Estoy estudiando, quiero abortar’”, expresó Herrera quien actualmente reside en el estado de Texas.
Fue este mismo estado, y sus leyes anti-aborto, que le dieron la fuerza para que desde hace cinco años, comenzara a contar públicamente su historia.
Dijo que cada vez que la cuenta siente que se libera un poco más.
Esta semana viajó a Nueva York donde se reunió con la activista Michelle Xai, representante de Revolution Club Los Ángeles, donde el domingo comenzaron a abogar a favor del aborto.
Xai, de 29 años, indicó que hace unos años comenzó a involucrarse en este movimiento después de entender de primera mano la importancia de permitirle a una mujer que elija qué hacer con su cuerpo.
Contó que en su caso, creció en un hogar muy católico donde hablar del aborto era pecado. Por ello, ya de adolescente impidió que una amiga se realizara un aborto, algo de lo que hoy se arrepiente.
Con el tiempo, su mentalidad cambió, e incluso hace cinco años ella acudió a realizarse un aborto cuando se dio cuenta que un bebé no planeado cambiaría completamente el curso de su vida.
Planeando el siguiente movimiento
Xai dijo que están planeando protestas en todo el país, incluído Los Ángeles, que se llevarán a cabo el próximo martes 8 de marzo, durante el Día Internacional de la Mujer.
Se manifestarán ese día en particular para demostrar el poder de la mujer y recalcarle a los políticos y la corte suprema que si las mujeres no tienen el derecho básico al aborto, enfrentan no solo una violencia física sino también emocional, social y psíquica.
“Negar el derecho al aborto obliga a las mujeres a tener hijos en contra de su voluntad”, dijo Xai.
Añadió que privarlas de este derecho también golpea a las mujeres pobres, y especialmente a las de color, con graves consecuencias y estrecha las cadenas tanto de la supremacía blanca como de la subyugación de las mujeres.
“Estamos llamando a protestas masivas, a salir de la escuela, del trabajo, a salir a las calles y decir: ‘No más’. Nos negamos a permitir que la Corte Suprema de los Estados Unidos niegue la humanidad de las mujeres y diezme sus derechos”, indicó Xai.
Su esperanza es que las protestas lleguen a ser tan grandes que se cree un cambio como ocurrió hace poco en Colombia, país que acaba de despenalizar el aborto.
“Eso fue principalmente por la gente que salió a las calles. Ese es el tipo de movimiento que necesitamos aquí en este país en torno a esta cuestión”, expresó la activista.
En Los Ángeles la protesta tendrá ligar frente al Ayuntamiento de la ciudad a partir de las 2:00 p.m.