El “Domingo sangriento” que marcó la historia de Estados Unidos

"Domingo sangriento" es una fecha terrible que dejó una huella la historia de los estadounidenses al visibilizar la violencia y el racismo contra los afroamericanos.

El activista por los derechos civiles Dr. Martin Luther King con su esposa Coretta Scott King, en una marcha por el derecho al voto negro desde Selma, Alabama, hasta la capital del estado en Montgomery, marzo de 1965.

El activista por los derechos civiles Dr. Martin Luther King con su esposa Coretta Scott King, en una marcha por el derecho al voto negro desde Selma, Alabama, hasta la capital del estado en Montgomery, marzo de 1965. Crédito: William Lovelace | Getty Images

El activista John Lewis, entonces con 25 años, encabezó la icónica y más sangrienta protesta con más de 600 personas por todo el puente Edmund Pettus en Selma, Alabama, en la cual hubo brutales ataques por parte de la policía estatal.

Las imagines de este hecho marcaron no solamente al país, sino también promovieron y visibilizaron la lucha contra la injusticia racial.

Quizás en ningún sitio como en el condado de Dallas, Alabama, los afroamericanos eran más de la mitad de la población, pero representaba solo el 2% de los votantes registrados, pese a la aprobación histórica de la Ley de Derechos Civiles de 1964 meses antes.

El Comité Coordinador Estudiantil No Violento (SNCC, por sus siglas en inglés) se esforzó durante meses registrar votantes negros en la sede del condado de Selma, pero los intentos fueron frustrados.

En enero de 1965, Martin Luther King, Jr. estuvo en la ciudad para brindar al Consejo de Liderazgo Cristiano del Sur (SCLC, por sus siglas en inglés).

En Selma, las manifestaciones pacíficas resultaron en miles de arrestos, incluida la propia detención de King.

En Marion, un pueblo cercano, las tensiones racionales llegaron a la violencia el 18 de febrero de 1965, cuando la policía estatal le disparó a los manifestantes y mató a Jimmie Lee Jackson, de 26 años, quien intentaba salvar a su madre de los golpes de los uniformados.

Los líderes de los derechos civiles respondieron a este terrible hecho convocando a una marcha directamente desde Selma hasta la capital del estado, Montgomery.

El gobernador de Alabama, George Wallace, ordenó en ese momento a la policía estatal utilizar “las medidas necesarias” para que la misma no se dieran.

El domingo 7 de marzo al menos 600 defensores del derecho al voto partieron desde la iglesia Brown Chapel Ame por el centro de Selma.

La violencia comenzó cuando las personas comenzaron a cruzar el puente del río Alabama, quienes marchaban vieron el nombre del gran dragón del Ku Klux Klan, Edmund Pettus, mirándolos fijamente.

Al ver la cima del punto, detallaron otro problema, un muro de policías estatales con garrotes en las manos los esperaban del otro lado. Detrás de ellos estaban los ayudantes del alguacil del condado Jim Clark, algunos a caballo, y espectadores blancos que ondeaban banderas confederadas.

Los soldados derribaron a los manifestantes al suelo, los golpearon con palos, las nubes por los gases lacrimógenos se mezclaron con los gritos aterrorizantes de los manifestantes.

La policía a caballo persiguió a niños, mujeres y hombres por todo el puente mientras los golpeabas con garrotes, látigos y tubos de goma envueltos en alambre de púas.

Los manifestantes retrocedieron, pero no se defendieron.

Luego de esto, Lewis testificó ante el tribunal que lo tiraron al suelo y que un policía estatal lo golpeó en la cabeza con una porra. Además, que el policía volvió a golpearlo cuando intentaba levantarse. 

Las cámaras de televisión captaron toda la violencia de este hecho y transformaron la protesta local en una manifestación nacional por los derechos civiles.

Varias horas tardó la película en volar desde Alabama hasta Nueva York, pero cuando fue transmitida esa misma noche, los estadounidenses quedaron horrorizados de las imágenes y los sonidos del “Domingo sangriento”.

Tras esto se organizaron sentadas, bloqueos de tráfico y manifestaciones en solidaridad. Algunos viajaron a Selma, donde King intentó dos días después realizar otra marcha, pero para molestia de algunos, se dio la vuelta cuando la policía volvió a bloquearles el paso en el puente Edmund Pettus.

Una orden de un tribunal federal permitió la protesta, lo que les permitió a los manifestantes partir desde Selma el 21 de marzo con la protección de las tropas de la Guardia Nacional. Cuatro días después, llegaron a Montgomery.

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