Cómo funcionan los misiles termobáricos utilizados en Ucrania

La guerra entre Rusia y Ucrania ha permitido ver el uso de armamento que hasta ahora solo se lo conocía sobre el papel, un ejemplo de ello son los misiles termobáricos empleados por las fuerzas rusas.

Este tipo de misiles, conocidos como bombas de vacío o armas volumétricas, son una de los equipos del ejército ruso con mayor capacidad de destrucción, solamente superado por las bombas nucleares.

Una de las principales características que convierten a esta arma en uno de los ases de Rusia es el hecho de que garantiza que el objetivo al cual sea disparado quede completamente destruido debido a que por la forma en la que están diseñados son capaces de concentrar un alto grado de destrucción en un punto específico. Esto lo logran al crear un aumento significativo en la temperatura y la presión en el sitio de impacto.

¿Cómo funcionan?

Las ojivas termobáricas operan creando una explosión repentina de calor al encender combustible en el aire, esto a su vez genera un vacío cuya onda de acción es capaz de destruir todo a su alrededor.

Los miles cargados con este tipo de cabezas explosivas tienen un funcionamiento relativamente sencillo que está compuesto por dos fases una vez que el misil es disparado. La primera de ellas consiste en hacer estallar una pequeña carga explosiva que permite que el misil disperse el combustible en el aire para que este se mezcle con el oxigeno. En algunos casos el combustible utilizado puede estar acompañado de explosivos pulverizados para causar un mayor grado de destrucción.

Una vez se ha esparcido el combustible viene la segunda etapa en la que se produce una segunda explosión, la cual es la responsable de encender el carburante causando una reacción que puede describirse como una explosión del aire.

Tal es la potencia de esta clase de armas que su onda expansiva es capaz de viajar a una velocidad de 3 kilómetros por segundo causando daños internos y asfixia a cualquier persona que se encuentre en las cercanías de la zona de impacto.

Un aspecto importante de este tipo de ojivas es el hecho de que tienen un costo de fabricación relativamente bajo lo que las convierte en una opción sumamente viable para países como Rusia para incorporarlas a su arsenal militar.

De acuerdo con organizaciones internacionales de Derechos Humanos Rusia ha empleado este tipo de armas en contra de la población civil, lo que en caso de ser confirmado constituye un crímen de guerra.

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