Vacaciones entre prudencia y euforia por la cifras bajas de COVID en México

Miles de mexicanos y extranjeros aprovechan las vacaciones de Semana Santa para salir de paseo a pesar de estar conscientes de que aún pueden contagiarse de COVID-19 en México

Vacaciones entre prudencia y euforia por la cifras bajas de covid en México

Angela Mesa en un paseo por la colonia Condesa de la CDMX. Crédito: Angela Mesa | Cortesía

MEXICO.- Diana Castañeda se irá a la playa en Semana Santa, la mejor época para vacacionar en el centro de México, cuando la temperatura y el sol están al máximo. Pero tomará precauciones.
“Será en plan familiar con los papás de mi mejor amiga que tienen una casa en Acapulco pero en una zona de poca fiesta”, precisa la estudiante de 20 años.

Sabe que puede aún contagiarse y cree que los datos de las autoridades no son totalmente de fiar. El año pasado, cuando el gobierno anunciaba cifras de COVID a la baja y desocupación hospitalaria, su mamá testificaba como médico que no había ni una sola cama vacía de pacientes contagiados.
“Nada que ver lo que dicen con la realidad”, precisa.

México fue uno de los países más afectados durante la pandemia. Ocupó los primeros lugares del mundo por el número de muertes en 2020 con 648 muertes por cada millón de habitantes.

A principios de 2022, la variante Omicron volvió a golpear con máximos históricos de contagios, pero no fueron casos mortales por el avance de vacunación. En las últimas semanas se revirtieron las estadísticas para mejorar.

En consecuencia, las encuestas sobre la confianza del turismo incrementó. Aunque aún están divididas.
De acuerdo con la encuesta de la consultora Kantar México, este periodo vacacional (del 11 al 22 de abril) el 54% de los mexicanos contemplan salir de vacaciones esta Semana Santa. Sea para reuniones familiares, amigos o para pasear. El resto, prefiere no moverse de sus ciudades y pueblos.

“Este año más familias quieren salir, aunque sea algún lugar cercano, después de estar un largo tiempo en confinamiento. Existe la necesidad de escaparse de la rutina”, explicó Stephanie Del Razo, gerente la consultora.

“Probablemente porque hay un ambiente más seguro debido a que ya bajo el número de contagios y la gran mayoría de la población ya cuenta con la tercera vacuna”.

Durante la pandemia, Diana Castañeda solo había salido en dos ocasiones fuera de la ciudad. Una vez (el año pasado) para acompañar a su mamá a un congreso de medicina en Mérida, Yucatán. Salieron del hotel solo para comer en un restaurante pequeño, sin mucha gente y nada más.

En cambio este año ha tenido más confianza tras el regreso a clases en la Universidad Iberoamericana, donde es alumna en la licenciatura de comunicación. En las últimas semanas se animó a pasar un fin de semana con compañeros de la escuela en Tepoztlán, un sitio arqueológico ubicado a 90 kilómetros de la capital mexicana.

“Pensábamos que después del fin de semana regresaríamos a casa contagiados, pero ninguno resultó enfermo”.

Ahora el plan de viajar cuatro horas a Acapulco (380 kilómetros) resulta más natural para ella, como para los poco más de dos millones de paseantes que la Secretaría de Turismo tiene contemplados durante este periodo y que dejarán una derrama económica de alrededor de 100 millones de dólares.

La apertura y el riesgo

Cuando la Riviera Maya anunció la llegada de más de un millón de turistas tanto nacionales como internacionales en Semana Santa (la mitad del total nacional), la colombiana Angela Mesa, de 31 años, aterrizó en la capital mexicana para conocer museos y toda la oferta cultural.

“Hay tanto que ver”, comenta durante un paseo por la colonia Condesa, una de las zonas de paseo de la ciudad.

Decidió mudarse a la Ciudad de México por la oferta en trabajo de producción cinematográfica que iniciará la próxima semana, pero quiso llegar antes para “turistear”. Atrás quedó la Riviera Maya.
“Yo he viajado por México y no me he contagiado”, detalla.

En tiempos recientes conoció el estado de Quintana Roo y sus balnearios más famosos: Playa del Carmen, Tulum, Cancún… y otras entidades como Campeche, Oaxaca, Chiapas y Guerrero. En la CDMX, mientras busca un departamento para vivir, se queda en el departamento de otras amigas colombianas y… ¡pasea!

La apuesta del turismo en México está en gente que ha perdido el miedo. La ocupación hotelera en los lugares de mayor afluencia para el mes de abril se calcula entre el 80% y el 40%.

Algunos estados están menos cautos que otros, según cada experiencia en la pandemia y tras la advertencia de la Organización Panamericana de la Salud que recomendó al país no relajar los protocolos sanitarios a pesar de que ya se tienen 10 semanas continuas de reducción de contagios.

Mientras la CDMX se declaró libre de cubrebocas en sitios exteriores, Baja California anunció que tendrá una nueva campaña masiva de vacunación contra el covid-19. En Jalisco, autoridades reforzaron sus campañas de vacunación con 200,000 dosis extra después de dos años de mantener cerradas sus playas a causa de la pandemia.

En una postura más radical, el alcalde de Culiacán, Jesús Estrada, reiteró que durante la Semana Santa, se solicitará a la ciudadanía el certificado de vacunación contra covid-19.

El munícipe reconoció que le hubiera gustado poner la medida en las playas, pero “sería casi imposible” debido a que estas son espacios libres de acceso, por eso solo se exigirá en lugares cerrados como restaurantes, balnearios o discotecas.

Desde otra perspectiva, Guillermo Cárdenas, economista Senior de BBVA Research, considera que más allá del miedo a la enfermedad, lo que detiene al turismo nacional es la economía.

“Aunado al impacto negativo que la pandemia por COVID-19 haya generado en la salud financiera de los mexicanos en 2020; en 2021, se añade un nuevo efecto negativo internacional causado por una tasa de inflación anual de 7.36%, niveles que no se veían desde hace 20 años”.

En el caso de México, para la primera quincena de marzo, la tasa anual de inflación general fue de 7.29%, mientras que las expectativas de crecimiento del país, realizado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, pasó de 4.1% a 3.4 por ciento.

“Llevo más de un año con trabajos esporádicos como ingeniero civil, la verdad es que lo último que puedo hacer ahora es salir de vacaciones y mejor me quedo en la ciudad, aunque tampoco podré salir de bares o restaurantes”, reconoce Juan Manuel Mojica. “No sé cuánto tiempo tardaré en volver a vacacionar”.

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