Naomi Uemura: la primera persona en llegar sola al Polo Norte
El legendario aventurero japonés Uemura Naomi era todavía joven, solo tenía 43 años, cuando desapareció en 1984 intentando un ascenso invernal en solitario de Denali (anteriormente Monte McKinley) en Alaska. Siempre empujando los límites de lo que era posible, abordó los picos más altos y atravesó los paisajes más duros, a menudo solo, acumulando una lista incomparable de logros en su corta vida.
Naomi Uemura fue particularmente conocido por hacer solo lo que antes solo se había logrado con grandes equipos. Crédito: DANIEL SANNUM LAUTEN | AFP / Getty Images
Naomi Uemura nació en 1941 en la aldea agrícola de Kokufu (ahora Toyooka) en la región de Tajima en el norte de la prefectura de Hyōgo. El menor de siete hijos, creció rodeado de abundante naturaleza en Tajima, un área también conocida por sus duros inviernos.
Comenzó su carrera de escalador en la universidad y se unió al club alpino de la Universidad Meiji. Un novato en montañismo, durante su primera salida con el grupo al monte Shirouma en la prefectura de Nagano, luchó por mantener el ritmo de los otros escaladores.
Después de graduarse de la universidad, Uemura evitó el camino de sus compañeros que buscaban trabajo y partió para viajar por el mundo, abordando un barco a Los Ángeles con solo $ 110 en el bolsillo. Durante los siguientes cuatro años y medio daría la vuelta al mundo en busca de nuevos desafíos.
Casi de inmediato comenzó a acumular récords: se unió al guía Pemba Tenzing para hacer el primer ascenso exitoso de la montaña Ngojumba Kang (Tenzing Peak) del Himalaya de 7916 metros, una hazaña realizada como parte de una expedición del club alpino de la Universidad Meiji, y completó el primer viaje en balsa en solitario por el río Amazonas, un viaje de unos 6, 000 kilómetros.
Con un apetito insaciable por la aventura, Uemura atravesó las Siete Cumbres del mundo, conquistando picos como el Mont Blanc (entonces considerado el más alto de Europa), el Kilimanjaro de África y el Aconcagua de América del Sur, y realizó repetidas incursiones en las regiones polares.
En mayo de 1970, se unió a la expedición del Club Alpino Japonés al Monte Everest y fue el primer japonés, y solo la vigésima cuarta persona, en pararse en la cima del pico más alto del mundo.
Cuanto más consideraba sus objetivos, más creía que los esfuerzos en solitario, que no habían sido su enfoque principal hasta ese momento, coincidían mejor con lo que esperaba lograr.
La decisión abrió nuevas perspectivas y reavivó en Uemura una ambición de larga data de hacer una travesía en solitario de la Antártida. Cambiando su enfoque del montañismo a la exploración polar, puso sus ojos en los premios más extremos.
En abril de 1973, puso a prueba sus nacientes habilidades, partiendo en un trineo tirado por perros en un viaje de ida y vuelta a lo largo de la costa noroeste de la isla, cubriendo una distancia de unos 3.000 kilómetros por su cuenta.
Su siguiente salida, una travesía en solitario de 12.000 kilómetros a través del Ártico desde Groenlandia hasta Alaska a través de la costa norte de Canadá, puso a prueba sus habilidades de supervivencia polar hasta el límite.
Uemura emprendió el agotador viaje en diciembre de 1974 y pasó el siguiente año y medio navegando por la helada y escarpada extensión. Su llegada a Alaska en mayo de 1976 fue un gran triunfo, su éxito contra viento y marea solidificó su reputación como un explorador de clase mundial.
En 1984 regresó a Denali con el objetivo de hacer un ascenso invernal de la montaña en solitario, lo que logró el 12 de febrero, su cuadragésimo tercer cumpleaños. Pero al día siguiente, en medio de las inclemencias del tiempo, desapareció cuando bajaba de la cima.
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