Niña de 11 años sobrevivió tiroteo en Texas al untarse con sangre de su amiga, mientras Salvador Ramos seguía disparando
Miah Cerrillo, de 11 años, vio a su amiga llena de sangre y se la untó para simular que estaba muerta, señaló su tía Blanca Rivera; la niña tenía fragmentos de bala en la espalda, pero ya fue dada de alta del hospital
Gente deja flores en un monumento improvisado afuera de la Escuela Primaria Robb el 26 de mayo de 2022. Crédito: ALLISON DINNER | AFP / Getty Images
Una alumna de cuarto grado afirmó que sobrevivió al tiroteo en la escuela de Texas untándose sangre de su amiga para fingir estar muerta.
Miah Cerrillo, de 11 años, fue testigo de cómo el pistolero Salvador Ramos, de 18 años, mató a tiros a sus maestras y compañeros de clase en la primaria Robb en Uvalde el martes.
Su tía Blanca Rivera le dijo a Click 2 Houston que Miah “vio a su amiga llena de sangre, y ella se puso sangre y se la untó”.
Según los informes, Miah resultó herida y tenía fragmentos de bala en la espalda, pero fue dada de alta del hospital.
Sin embargo, su tía dice que Miah está luchando para sobrellevar la tragedia y ha tenido ataques de pánico.
Otro alumno de cuarto grado también compartió cómo sobrevivió al tiroteo en la escuela de Texas, escondiéndose cuando el pistolero irrumpió y dijo: “Es hora de morir”.
El estudiante dijo que él y varios de sus amigos escaparon corriendo debajo de una mesa cubierta con un mantel.
“Cuando escuché los disparos a través de la puerta, le dije a mi amigo que se escondiera debajo de algo para que no nos encontrara”, dijo el niño a la estación KENS 5.
“Me estaba escondiendo mucho. Y le estaba diciendo a mi amigo que no hable porque nos va a escuchar”.
El niño también compartió que cuando los policías aparecieron y les pidieron a los que necesitaban ayuda que gritaran, un estudiante obedeció y Ramos le disparó.
“Una de las personas de mi clase dijo ‘ayuda’. El tipo escuchó y le disparó”, dijo.
Una vez que cesaron los disparos, salió de debajo de la mesa.
“Simplemente extendí la mano”, agregó. “Salí con mi amigo. Sabía que era la policía. Vi la armadura y el escudo.
El niño dijo que sus maestras, Irma García y Eva Mireles, intentaron salvar a sus alumnos.
“Eran buenos maestras”, compartió. “Fueron frente a mis compañeros de clase para ayudar. Para salvarnos”.
Su compañero sobreviviente Chance Aguirre, de nueve años, le dijo a NBC News que él y otros estudiantes se escondieron en la cafetería cuando comenzaron los disparos.
“Todos estábamos escondidos detrás de la barra en la cafetería cuando sucedió”, dijo el estudiante de tercer grado.
“Todo el mundo estaba asustado. Todos estábamos en pánico porque no sabíamos lo que realmente estaba pasando”.
Joevonni Gómez, otro sobreviviente, dijo que no sabía qué estaba pasando cuando la escuela anunció en el sistema de intercomunicación que había un tirador activo en el campus.
Joevonni dijo que sus maestros se pararon junto a la puerta del salón de clases para bloquear las balas.
“El maestro bloqueará las balas con su cuerpo, para que podamos correr y salvar nuestras vidas”, dijo.
Entre los fallecidos se encontraba Amerie Jo Garza, de diez años, quien valientemente trató de llamar al 911 cuando su clase fue confrontada por el pistolero Salvador Ramos.
La policía confirmó más tarde que todas las víctimas estaban en el salón de clases de Amerie cuando fueron asesinados a tiros con una pistola y un rifle que supuestamente estaba en posesión de Ramos.
En total, según los informes, el joven de 18 años mató a tiros a 21 personas, incluidos dos maestras.
Supuestamente también le disparó a su abuela antes de ingresar a la escuela, dijo el gobernador Greg Abbott, a través de ABC 13.
En este momento, el motivo detrás del tiroteo en la escuela no está claro, al igual que los detalles que rodean la vida personal de Ramos.
Sin embargo, las autoridades creen que el pistolero actuó solo. El asalto del martes en la ciudad mayoritariamente latina de Uvalde fue el tiroteo más mortífero en una escuela de EE. UU. desde que un hombre armado mató a 20 niños y seis adultos en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012.
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