¡We Will Ride!: la Pandilla de los 19

La protesta fueron la bandera para demostrar las barreras que crean los edificios inaccesibles y los autobuses para las personas con discapacidades.

ADAPT continúa organizándose por la accesibilidad y la atención médica hasta el día de hoy.

ADAPT continúa organizándose por la accesibilidad y la atención médica hasta el día de hoy. Crédito: Atsushi Tomura / Tokyo 2020 | Getty Images

El 5 de julio de 1978, un autobús del Distrito Regional de Transporte (RTD) se detuvo en la intersección de Colfax Avenue y Broadway en Denver, Colorado. Al subir los pasajeros, un grupo de personas en sillas de ruedas se posicionan frente al bus impidiendo que salga de la parada

Al llegar un segundo autobús detrás de él, más personas en sillas de ruedas se colocaron detrás de ese autobús y se negaron a irse, atrapando los autobuses entre ellos. 

Durante las siguientes 24 horas, 19 activistas discapacitados conocidos como la “Pandilla de los 19” mantienen los autobuses donde están, haciendo una poderosa declaración sobre la accesibilidad del transporte en la ciudad y en todo Estados Unidos.

Denver había actualizado su flota de autobuses, pero solo unos pocos de sus vehículos podían acomodar a personas en sillas de ruedas. El costo de un viaje era prohibitivamente costoso para muchas personas con discapacidades, y la minúscula cantidad de autobuses accesibles significaba que un simple viaje podía llevar a los pasajeros discapacitados la mayor parte del día.

En 1977, un grupo conocido como Atlantis Community demandó a la ciudad exigiendo vehículos más accesibles, argumentando que “Ponemos gente en la luna, así que probablemente podamos poner ascensores en los autobuses”. 

Atlantis, un grupo dedicado a brindar atención gratuita e individualizada a quienes lo necesitan, reconoció la importancia de desafiar el statu quo y lo hizo a través de una rama, ADAPT (American Disabled for Attendant Programs Today), dirigidos por el cofundador de Atlantis y ministro presbiteriano Wade Blank, fueron los miembros de ADAPT quienes organizaron la protesta un año después, interrumpiendo el tráfico del centro durante la hora pico y negándose a ceder hasta que RTD accedió a instalar ascensores en al menos un tercio de su flota.

Los manifestantes corearon “¡Cabalgaremos!”, a medida que los medios de comunicación, locales y nacionales, se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo en la intersección. 

Los policías que llegaron al lugar “no sabían qué hacer”, según el activista Barry Rosenberg, quien participó en la acción. 

Al día siguiente, los funcionarios de RTD se reunieron con los manifestantes e indicaron su disposición a discutir la instalación de ascensores. Eventualmente, RTD y Atlantis resolvieron su demanda y la autoridad de transporte accedió a la demanda de que un tercio de los autobuses de Denver sean accesibles para sillas de ruedas. 

“Ese fue el comienzo de algo grande para las personas con discapacidades”, dijo Rosenberg más tarde.

La protesta fue solo el comienzo para ADAPT y para el movimiento por los derechos de las personas con discapacidad, continuaron organizándose por la accesibilidad y la atención médica hasta el día de hoy: sus miembros salieron con fuerza en 2017 para presionar a sus legisladores para que defendieran la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio contra una propuesta republicana para “revocarla y reemplazarla”. 

A medida que el activismo se extendió por todo el país a raíz de las acciones de la Pandilla de los 19, se generó impulso para una ley federal de accesibilidad, que culminó con la histórica Ley de Estadounidenses con Discapacidades de 1990.

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