La polémica muerte de Sandra Bland, una mujer afroamericana hallada sin signos vitales en una celda

La muerte de Sandra Bland en manos de la policía causó una ola de protesta nacional e internacional, con el tiempo se aprobó una ley con su nombre.

Bland fue encontrada muerta en su celda en la cárcel del condado de Waller en Hempstead, Texas, después de una controvertida parada de tráfico por parte del policía estatal de Texas, Brian Encinia, en 2015.

Bland fue encontrada muerta en su celda en la cárcel del condado de Waller en Hempstead, Texas, después de una controvertida parada de tráfico por parte del policía estatal de Texas, Brian Encinia, en 2015. Crédito: Joshua Lott | Getty Images

El 10 de julio de 2015, el policía estatal de Texas, Brian Encinia, detuvo a una afroamericana de 28 años, Sandra Bland, por no señalar un cambio de carril. Después de un encuentro acalorado, la arresta y la lleva a una cárcel cercana. Tres días después, en la mañana del 13 de julio, la encuentran muerta en su celda, aparentemente por suicidio. 

Las circunstancias que rodearon su muerte llevaron a muchos a preguntarse cómo Bland podría terminar perdiendo la vida luego de una parada de tráfico menor. 

El caso de Bland provocó la indignación internacional por el trato de los negros por parte de los policías blancos y se convirtió en un caso doloroso citado en el movimiento Black Lives Matter.

La dashcam de Encinia y el teléfono de Bland grabaron videos parciales del incidente. Bland rechazó las órdenes de Encinia de apagar su cigarrillo y salir de su auto, momento en el que blandió su Taser y le dijo: “Te encenderé”.

Encinia luego afirmó que Bland lo pateó, lo que lo llevó a luchar contra ella en el suelo. La supuesta pelea no fue capturada en video, excepto que Bland describió que la tiraron al suelo y le dijo a Encinia que tenía epilepsia. 

Varios días después, un oficial enviado para entregarle a Bland su desayuno la encontró muerta y una autopsia concluyó que se había ahorcado con una bolsa de plástico.

La familia y los amigos de Bland cuestionaron de inmediato no solo su trato, sino también el informe oficial de su suicidio. 

Según los informes, Bland estaba de buen humor en el momento de su arresto, emocionada por la perspectiva de un nuevo trabajo que debía comenzar en unos días. 

Su muerte, casi exactamente un año después del asesinato de Eric Garner a manos del Departamento de Policía de Nueva York, encaja en un patrón de violencia policial y racismo sistémico en las fuerzas del orden que se hizo cada vez más visible para el público estadounidense a lo largo de la década de 2010. 

Se descubrió que la cárcel donde murió Bland había estado ignorando los protocolos relacionados con la observación de prisioneros, y en 2017, Texas aprobó la Ley Sandra Bland, que intenta educar a los oficiales de policía sobre las enfermedades mentales y la desescalada y ordena que las cárceles desvíen a las personas con problemas de salud mental o problemas de abuso de sustancias en el tratamiento. 

El nombre de Bland se hizo conocido en todo el país poco después de su muerte y fue coreado en protestas por la justicia racial durante años.

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