No la llamemos agua de spa. Es agua fresca.


Expertos latinos comparten su devoción por el agua fresca y sus numerosos beneficios para la salud

By Giselle Medina

A principios del verano, una creadora de contenidos de TikTok llamada Gracie Norton compartió con sus casi 600,000 seguidores una receta de lo que llamó “agua de spa”, que luego amplió con videos en la aplicación. La serie no tardó en generar una avalancha de comentarios y respuestas negativas al video

¿Por qué una bebida refrescante a base de agua, pepino, jugo de limón y una pizca de azúcar generó tal reacción? Porque el “agua de spa” de Norton es en realidad “agua fresca”, una bebida tradicional mexicana que ha sido durante mucho tiempo un elemento indispensable en los hogares mexicanos y que venden mucho los vendedores ambulantes latinoamericanos.

“El agua fresca es la protagonista de la mesa mexicana”, dice Cristina Castaneda, propietaria de El Mitote, un restaurante mexicano de Nueva York. “Siempre hay agua fresca en todas las casas, es refrescante y para todos los miembros de la familia”.

Para algunas comunidades mexicanas y latinas, Norton no solo cambió el nombre de una bebida que forma parte de su cultura, sino que la presentó como una idea propia. Norton terminó borrando los videos en TikTok después de disculparse en una publicación en las redes sociales.

En un momento en el que la gente es cada vez más consciente y sensible a la apropiación cultural, el incidente presentó una oportunidad para abrir un debate sobre la importancia del asunto.

El agua fresca “no debería convertirse en una tendencia de moda que borre la iniciativa y la creatividad de las comunidades mexicanas y latinoamericanas”, afirma la doctora Zilkia Janer, profesora de estudios globales y geografía en la Universidad de Hofstra. “Eso es lo que ocurre cuando se cambia el nombre de ‘agua fresca’ por el de ‘agua de spa’. Estás borrando la conexión entre la bebida y los pueblos latinos”.

Es posible que Norton no conociera la bebida tradicional, pero es importante hablar sobre la preservación de la cultura. Janer señala que el cambio de imagen de la comida y la bebida también puede tener un impacto económico.

“A los mexicanos, en muchísimos casos, no se les ha dado crédito intelectual o monetario por la comercialización masiva de su comida”, dice Janer. “Ya sea Taco Bell, Chipotle, Old El Paso, o muchos otros, llevar al mercado masivo la comida mexicana en los Estados Unidos, en general, no es algo que han hecho los mexicanos o mexicoamericanos, ni que se ha hecho con su aporte o para su beneficio”.  

¿Qué es el agua fresca?

El agua fresca podría ser descrita como “agua de fruta fresca”. “Es muy importante desde el punto de vista cultural para la cultura alimentaria latinoamericana ya que se prepara con ingredientes de temporada y tradicionales”, dice Alice Figueroa, fundadora del servicio nutricional Alice in Foodieland. Tradicionalmente, se consume diariamente y se prepara a base de fruta fresca, granos (arroz), plantas comestibles como flores y semillas, legumbres (calabaza) y verduras.

Los sabores del agua fresca

Esta bebida es muy importante no sólo en México, sino también en otras partes de América Latina. México cuenta con un robusto conjunto de aguas frescas, que varían en frutas y verduras. La clave, según Castaneda, es mantenerse en la temporada. “Las bebidas refrescantes suelen prepararse con la fruta que esté disponible ese día o con las sobras, hechas en una gran jarra para que cada uno se sirva”, dice. Los sabores tradicionales son limón, melón, horchata (arroz), jamaica (flor de hibisco), mango, naranja, piña, tamarindo y sandía.

“El agua fresca se basa en pequeñas cantidades de trozos de fruta que se transforman en una bebida deliciosa”, dice Krista Linares, fundadora del servicio nutricional Nutrition con Sabor. Y Amy Keating, nutricionista de Consumer Reports, señala que el uso de estas sobras ayuda a evitar el desperdicio de alimentos.

Beneficios nutricionales del agua fresca

Uno de los principales beneficios es que puede aumentar la ingesta de agua y ayudarte a consumir más fruta a lo largo del día, dice Gaby Vaca-Flores, fundadora del servicio de educación en nutrición y bienestar Glow + Green. Las aguas frescas pueden ser una forma estupenda de aumentar tu consumo de agua y animarte a probar las distintas frutas tropicales que usan las culturas latinoamericanas y caribeñas. 

También son una forma de obtener fibra y vitaminas de la fruta, dice la asistente médica Dalina Soto, fundadora del servicio de asesoramiento nutricional contra la dieta Your Latina Nutritionist. “La mayoría de las frutas están cargadas de vitamina C”, dice.

Según Vaca-Flores, la vitamina C es un poderoso antioxidante que puede ayudar a combatir los radicales libres en el cuerpo, impulsar las funciones celulares del sistema inmunológico, e incluso promover la producción de colágeno en la piel.

“Debido a su alto contenido de vitamina C y otros antioxidantes”, dice Figueroa, “comer o beber frutas ricas en antioxidantes podría ayudar a conservar la salud del corazón, la del sistema circulatorio y a prevenir el cáncer”.

Las aguas frescas también pueden hacerse con plantas comestibles (flores), granos como el arroz, hojas de hibisco y semillas de calabaza. Figueroa prefiere las que tienen una mezcla de frutas, legumbres y cereales integrales porque “aportan antioxidantes y vitaminas que se encuentran en las frutas, además de la fibra, las proteínas y las grasas saludables para el corazón que se encuentran en las legumbres y los cereales integrales”.

Colar o no colar la fruta

Los beneficios para la salud del agua fresca cambian un poco dependiendo de si conservas la pulpa o te deshaces de ella. Desde el punto de vista nutricional, Keating dice que es mejor no colar la pulpa de la fruta. “Si no la cuelas”, dice, “utilizas la fruta entera y conservas la fibra saludable que se perdería de otra manera”.

Las aguas frescas con pulpa son más ricas en fibra que las que tienen sabor a fruta en infusión o no contienen la pulpa, dice Figueroa. La fibra “puede promover niveles de azúcar en la sangre más equilibrados, una mejor digestión y sensación de saciedad”, dice. “Las dietas con alto contenido en fibra son saludables para el corazón y están relacionadas con la mejora de los niveles de colesterol”. 

Las frutas vienen naturalmente endulzadas, así que ten en cuenta la cantidad de azúcar que agregas a tu agua fresca. “No es necesario añadir todo el azúcar que pide la receta, y es posible que el dulzor natural sea suficiente”, dice Keating. La mayoría de las recetas tendrán menos azúcar que un refresco típico, lo que las convierte en una opción más saludable en general.

Cómo hacer tu propia agua fresca

Aquí tienes tres recetas de nuestros expertos.

Agua fresca de limón 

Cortesía de Cristina Castaneda

Ingredientes

2 litros de agua potable

Azúcar o jarabe de agave al gusto

Jugo de 10 o 12 limones mexicanos (u otro tipo)

Photo: Giselle Medina/Consumer Reports

Instrucciones

En una jarra, añade 2 litros de agua potable. Agrega el azúcar o el sirope de agave al gusto y revuelve. Exprime los limones y agrega el jugo al agua azucarada. 

“Añadir el azúcar o el sirope de agave al agua primero es un paso importante”, dice Castaneda, un truco que aprendió de sus abuelas. “Cambia el sabor” al poner el cítrico en último lugar. “En cierto modo realza el sabor del limón. Si añades el azúcar después, se potencia el sabor dulce y azucarado”. Es un sabor sutil pero perceptible. 

Ten en cuenta que la cantidad de limones es a tu gusto. Para darle un toque extra, a Castaneda le gusta agregarle un poco de ralladura de limón. Refrigera o añade cubitos de hielo para mantenerla fresca.

Agua fresca de sandía

Cortesía de Amy Keating

Ingredientes

3½ tazas de sandía en cubos

3½ tazas de agua

2 cucharadas de azúcar

Limón

Instrucciones

Coloca los cubos de sandía, ½ taza de agua, 2 cucharadas de azúcar y el jugo de medio limón en una licuadora y licúa bien hasta que quede homogéneo. Keating señala que usar menos agua en el primer paso ayuda a que la sandía quede bien licuada y no sea necesario colarla. 

Añade el resto del agua a la licuadora y licúa hasta que todo esté mezclado. Rinde unas 6 tazas.

Agua de horchata (agua de arroz)

Cortesía de Alice Figueroa

Figueroa y su hermano, Issac Figueroa, crearon esta receta después de pasar un tiempo explorando mercados de agricultores en América Latina. Está inspirada en la horchata guatemalteca.   

Ingredientes

½ taza de arroz blanco

1 rama de canela

2 cucharaditas de canela molida

1 cucharadita de extracto de vainilla

7 tazas de agua

¼ de taza de azúcar, miel o jarabe de maple

Instrucciones

Coloca el arroz, la rama de canela y la canela molida en una sartén mediana. Asa el arroz a fuego medio-alto hasta que esté dorado y la canela desprenda su aroma, por unos 3 o 4 minutos. Retirar del fuego.

Pasa la mezcla de arroz tostado a un recipiente mediano y cúbrelo con 1 taza de agua. Déjalo en remojo durante al menos 30 minutos o una hora (o toda la noche en el refrigerador). 

Pon la mezcla de arroz en una licuadora de alta velocidad, asegurándote de retirar primero la rama de canela. (Algunas licuadoras de alta velocidad pueden triturar muy bien las ramas de canela, pero otras no).

Añade 8 tazas de agua y uno de los endulzantes. Licúa hasta que esté homogéneo. Si tu licuadora no trituró completamente el arroz, pasa el líquido de la horchata por un colador fino, una bolsa de leche de nuez o una gasa. Sírvela inmediatamente con cubitos de hielo o enfríala en el refrigerador, donde puede conservarse hasta cinco días. Rinde unas 6 tazas.

Consejo de Figueroa: No te preocupes si la horchata se separa, dejando el polvo de arroz en el fondo. Simplemente revuélvela antes de servirla, o cuela la bebida si no te gusta la textura granulada. 

El agua fresca es algo más que una bebida para disfrutar en los meses de verano. “Por un lado, el agua fresca es una bebida económica y de fácil acceso a la que la gente puede recurrir”, dice Vaca-Flores. “Por otro lado, el agua fresca es reconfortante. Está muy relacionada con las reuniones familiares y comunitarias, tanto si se trata de un vendedor ambulante que ofrece agua fresca después de la iglesia como si se sirve agua fresca casera en una reunión familiar”.

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