Padres de la víctima: ‘¿por qué le dispararon tantos balazos?’
Vicente y María Herrera aún no comprenden el asesinato de su hijo quien llamó a la policía y mintió sobre un incidente de violencia doméstica en su casa, luego fue acribillado en menos de 10 segundos
Vicente Herrera no para de derramar lágrimas y su esposa María se pierde en el silencio que hay en su hogar. Ambos no comprenden los motivos por los cuales su hijo Luis llamó a la policía dos veces y les mintió tranquilamente sobre un supuesto incidente de violencia doméstica, cuyo resultado final le costó la vida.
Supuestamente, el 17 de septiembre Vicente, de 55 años de edad, había golpeado a su esposa y a su hijo que la quiso defender. Luis llamó al 911, pidió la presencia de la policía y les avisó que la puerta de su casa estaría abierta para cuando llegaran.
Y en una segunda llamada, afirmó falsamente por teléfono que él mismo estaba todo “ensangrentado” y que él estaba defendiendo a su madre.
Todo era mentira, y aquella tarde, en menos de 10 segundos murió acribillado. Era la 1:20 de la tarde.
En un video dado a conocer por el LAPD que es parte de las cámaras de la casa donde ocurrió la tragedia, y de las cámaras corporales de los dos primeros oficiales que arribaron a la escena, puede verificarse cuando el muchacho abre la puerta del porche de su casa blandiendo un arma similar a una ametralladora.
Tan pronto como muestra el arma, los policías se cubren y lo hieren de muerte; el chico cae al piso, se retuerce de dolor, es esposado después de quedar inmóvil en un charco de sangre y muere.
Al final los policías se dieron cuenta que el “arma” de Luis era un rifle de aire comprimido que dispara perdigones de plástico y no son letales.
Los mismos padres del joven imploraron a la policía que no lo mataran. Gritaban desesperados que aquella arma era de juguete.
Norma Eisenmann, portavoz del LAPD, no pudo especificar si los dos policías han sido suspendidos, si se encuentran fuera de servicio bajo licencia administrativo o si han vuelto a las calles.
Teorías del comportamiento de Luis Herrera
“Nadie tiene el derecho de quitarle la vida a nadie”, dijo un afligido Vicente Herrera, inmigrante mexicano del estado de Morelos.
Sentado junto a su esposa en un sofá de su casa ubicada entre la Avenida Grand y la calle 102, el señor Herrera contó a La Opinión que horas antes de que su hijo fuera acribillado, Luis y él se enfrascaron en una pelea.
Dijo que su hijo lo “odiaba” porque su perrito “Chino” había muerto porque, a raíz de una fuga de agua y los arreglos que hizo en la casa, descubrió la presencia de roedores.
“Les puse veneno y el perrito se tragó el veneno; él siempre me reclamaba eso, y cuando ya se había calmado el asunto del pleito esa mañana, estábamos en la parte de atrás de la casa arreglando unas cosas; fue cuando oímos que había llegado la policía y se escucharon los balazos, dijo Vicente.
El mismo Luis le había dicho a su madre que había llamado a la policía. Ella esperaba que se arreglaran las cosas entre el joven y su padre.
“Yo solamente escuche tá-tá-tá-tá varias veces; corrimos a donde estaba mi hijo, pero no nos dejaron acercarnos a él; solo los vimos morir ahí, en el piso”, expresó María, con relación al lugar donde cayó abatido su hijo, quien hubiera cumplido 20 años el lunes pasado, es decir, apenas dos días después de ser asesinado.
“Lloraba porque su perrito Chihuahua había muerto; le decía a mi esposo que él no era un buen padre porque había matado a su mascota” añadió.
Mientras tanto, Vicente Herrera añadió: “Si tanto enojo tuviera contra mí, él sabía que en la cocina hay cuchillos si hubiera querido hacerme daño, por eso, no comprendemos que pudo haber habido en su mente y nunca lo sabremos cuando decidió llamar a la policía [y salir por la puerta frontal de la casa blandiendo el arma de juguete”.
Negaron que su hijo tuviera problemas mentales o que haya mostrado previamente conductas relacionadas al suicidio.
“Nada de eso. Es más, yo tenía que llevarlo todos los días al trabajo; no quería manejar porque decía que sentía temor de provocar un accidente y herir o matar a alguien”, comentó María Herrera. Su hijo era afanador en un hotel, igual que ella.
Otra teoría que manejan los afligidos padres es que una posible novia de su hijo haya decidido terminar su relación con él.
De hecho, en un altar improvisado que tiene la familia Herrera en la parte trasera de su casa, junto a una guitarra eléctrica está la fotografía de una chica desconocida que la familia encontró en el cuarto de Luis.
En ese altar adornado con rosas blancas colocaron una taza de chocolate, una bolsa de Cheetos, y vasos de refresco, ya que a Luis le encantaban las sodas frías de la tienda 7/11 cercana a su casa, además de fotografías con sus hermanos Cristo Rey, Gerardo y Daniel.
“Antes de que lo mataran había ido a la tienda por una bolsa de papas y una de Cheetos, se comió solamente la bolsa de papitas y la de Cheteos que había guardado para el domingo, ahora está en esta mesa [del altar]”, manifestó María Herrera
“Ellos no se meten en problemas’
“¿Por qué le dispararon tantas veces?” “¿Por qué la policía mata solamente a los latinos y afroamericanos”, preguntó el señor Vicente al detective de la policía de Los Ángeles asignado al caso donde su hijo murió acribillado a la entrada de su casa, el 17 de septiembre?
La respuesta del detective: “Porque ellos [los blancos] no se meten en problemas”.
“¿Y qué me dices de los que han provocado matanzas?, replicó Vicente.
El detective del LAPD que acudió a la escena de la balacera se quedó callado. No supo cómo rebatir el afligido padre.
La familia Herrera informó a La Opinión que el médico forense del condado de Los Ángeles les ha dicho que les entregarán el cuerpo de Luis el próximo 14 de octubre. En esa fecha tendrán un rosario de cuerpo presente y al siguiente día le darán cristiana sepultura en el cementerio Inglewood Park.
“No obedeció los comandos”: Reporte del LAPD
La oficina de comunicación del Departamento de Policía de Los Ángeles identificó al Oficial II Luis Navarrete, de la División Sureste, como uno de los dos involucrados inicialmente en la muerte de Luis Herrera.
En la información preliminar señala que la División de Investigación del Uso de la Fuerza del LAPD está investigando el tiroteo donde se indica que, “cuando los oficiales llegaron a la residencia, se acercaron al área de la entrada delantera y vieron al sospechoso salir sosteniendo lo que parecía ser un rifle de asalto negro. Ese sospechoso fue identificado más tarde como Luis Herrera”.
“Los oficiales se reposicionaron y le dieron órdenes verbales para que soltara el rifle. Sin embargo, no cumplió con las órdenes de los oficiales, se echó el rifle al hombro y lo apuntó directamente a los oficiales, lo que provocó que un oficial disparara. Herrera fue alcanzado por los disparos, cayó al suelo y fue detenido. Una parte de este incidente fue captada por un video de vigilancia de los residentes [la familia Herrera]”.
Este incidente también es investigado por la oficina del Procurador de California, Rob Bonta.