La empatía te mantiene más joven y atractivo para los demás, según estudio

Desarrollar una conexión profunda, sin importar quiénes sean o de dónde sean las personas es clave para empatizar con otros y desarrollar compasión.

Un grupo de científicos descubrió que la compasión, al igual que la amabilidad, también puede retrasar el proceso de envejecimiento. Además, mostrar bondad a los demás, a su vez, nos hace sentir mejor debido al impacto que hemos tenido en la vida de alguien.

Los estudios han demostrado que tener acciones relacionadas con el altruismo o ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, estimula los centros de recompensa en nuestro cerebro.

Por ejemplo, esas hormonas que nos hacen sentir bien como la oxitocina, la dopamina y la serotonina, se acumulan en nuestro sistema, al igual que sucede cuando hacemos ejercicio.

Explican que a este tipo de respuestas le llaman el “subidón del ayudante”, que puedes experimentar al hacer cosas como el voluntariado. Mostrar amabilidad y dar nuestro tiempo a las personas menos afortunadas puede reducir la depresión y los niveles de estrés.

Por otra parte, realizar donaciones puede reducir la presión arterial y mejorar los marcadores de enfermedades del corazón. Esto fue determinado a través de un estudio en el que se le pidió a un grupo de personas con presión arterial alta que gastaran $40 en ellos mismos y a otro grupo que gastara dinero en los demás.

Descubrieron que aquellos que regalaron su dinero tenían una presión arterial más baja al final del estudio de seis semanas.

Marcadores de envejecimiento

Por lo general, se espera que nuestros telómeros (o marcadores de ADN del envejecimiento) se acorten a lo largo de nuestras vidas. A través de factores como la longitud y la velocidad a la que se reduce esa longitud, los científicos pueden tener una indicación muy precisa de la edad que tiene una persona, así como de la rapidez con la que envejece.

En 2019, científicos y psicólogos de la Universidad de Carolina del Norte compararon la longitud de los telómeros en personas que practicaban “meditaciones de compasión y bondad amorosa” con aquellas que no lo hacían.

Mientras que la longitud de los telómeros se redujo para los no meditadores, no se acortó en el grupo de meditación de bondad amorosa. Además, explican que las meditaciones centradas en la compasión pueden mejorar el optimismo y la positividad.

Otro de los aspectos que se logra con esta medicación, es aumentar la inmunidad al estrés, aumentar la activación en las regiones del cerebro asociadas con la vinculación.

Finalmente, estos estudios han demostrado que las personas califican a los demás como más deseables o atractivos si muestran rasgos compasivos, es decir, amabilidad, desinterés, atención plena, empatía.

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