La avalancha humana durante las eliminatorias mundialistas que le quitó la vida a más de 80 personas y al menos 200 quedaron heridas

Hace 26 años, el 16 de octubre de 1996, sucedió la tragedia del estadio "Mateo" Flores antes del duelo Guatemala-Costa Rica, cuando fallecieron 84 personas y hubo 200 espectadores heridos.

Con la venta de los boletos se recaudó un millón 445 mil quetzales, que más tarde fueron utilizados para indemnizar a los familiares de las 84 víctimas.

Con la venta de los boletos se recaudó un millón 445 mil quetzales, que más tarde fueron utilizados para indemnizar a los familiares de las 84 víctimas. Crédito: Eliot J. Schechter /Allsport | Getty Images

Una estampida de aficionados previa a disputarse un encuentro eliminatorio de la ronda semifinal de la Concacaf al Mundial de Fútbol en Francia 1998, en la ciudad de Guatemala, mató a 84 personas y lesionó gravemente a más de 100 el 16 de octubre de 1996.

La selección de Guatemala estaba lista para enfrentarse a Costa Rica el miércoles por la noche en el estadio entonces llamado Doroteo “Mateo” Flores.

Aproximadamente 60.000 aficionados, la mayoría vestidos de azul y blanco, los colores tradicionales del país, acudieron al estadio, que tiene una capacidad de solo 45.000. Al parecer, se habían vendido miles de entradas falsas para el evento.

Según las investigaciones, el sobrecupo en el estadio fue una de las causas de la avalancha humana propiciada por aficionados con boleto que, en una reacción violenta, pretendieron entrar y derribaron la puerta del estadio

Aunque el estadio ya estaba lleno a capacidad aproximadamente una hora antes de que comenzara el partido, los fanáticos continuaron abriéndose camino hacia el lugar a través de un pasaje estrecho. 

Un entrenador de la selección nacional de fútbol de Costa Rica deposita una ofrenda floral durante una ceremonia el 16 de abril, cerca del sitio donde unas 80 personas murieron en una estampida antes de un partido de fútbol el 16 de octubre de 1996 en el estadio Mateo Flores de la ciudad de Guatemala. Crédito: TOMAS STARGARDTER | AFP / Getty Images

Como los que estaban frente a ellos no tenían adónde ir, la gente comenzó a ser aplastada y asfixiada. Las peleas a puñetazos que estallaron entre la multitud exacerbaron la situación, que terminó en una estampida de pánico.

El presidente de Guatemala para ese momento, Álvara Arzú, y el mandatario de Costa Rica, José María Figueres, presenciaron el caos desde un palco. Arzú mandó a cancelar el partido, sin embargo, ya era demasiado tarde para 83 personas, incluidos muchos niños.

Los cuerpos de las víctimas, algunos con la ropa arrancada, se alinearon en los terrenos del estadio después de que decenas de heridos recibieran tratamiento médico.

El Papa Juan Pablo II envió un mensaje de condolencia a los familiares de las víctimas. El presidente Arzu declaró tres días de luto nacional. “¿Qué importa el fútbol ahora?” dijo el entrenador en jefe de Guatemala, Horacio Cordero.

La estampida de la ciudad de Guatemala no fue única; hubo al menos cuatro estampidas en partidos de fútbol que mataron a más de 40 personas en las décadas de 1980 y 1990.

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