Ante ola de muertes por fentanilo, Canadá y EE.UU. discuten medidas contra el tráfico de drogas
En 2021, Estados Unidos registró 71,238 muertes causadas por opiáceos sintéticos como el fentanilo, mientras en Canadá se estima que en el último lustro murieron 30,843 personas
Canadá y Estados Unidos continúan enfrentando una crisis constante de muertes por sobredosis de opioides, impulsada por una oferta de drogas ilegales tóxicas.
En 2021, Estados Unidos registró 71,238 muertes causadas por opiáceos sintéticos como el fentanilo. En Canadá, las última cifras públicas revelan que entre enero de 2016 y marzo de 2022, 30,843 personas murieron a consecuencia de sobredosis de opiáceos.
Según la Declaración Conjunta del Comité Directivo del Plan de Acción Conjunto Canadá-Estados Unidos sobre Opioides, esta crisis es devastadora y ha cobrado un precio trágico en las familias, seres queridos y comunidades de todos los perdidos.
Por ello, ambas naciones discutieron en Ottawa medidas para interrumpir el tráfico de opiáceos, incluido el fentanilo, que solo en 2021 causó el fallecimiento de decenas de miles de personas en los dos país.
Durante la reunión del comité directivo del Plan de Acción contra Opiáceos Canadá-Estados Unidos, altos funcionarios de los dos países también hablaron de mejorar el acceso a estrategias de sanidad pública para los usuarios de opiáceos.
Ambos gobiernos también establecieron prioridades para el próximo año para interrumpir y desmantelar el tráfico de opioides, incluido el fentanilo ilegal, y ampliar el acceso a las estrategias de salud pública.
Entre las medidas, se anunció el reforzamiento de la seguridad fronteriza, con un mejor intercambio de información y colaboración entre la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá y las Investigaciones de Seguridad Nacional del Departamento de Seguridad Nacional para abordar el tráfico de precursores químicos utilizados en la producción de opioides sintéticos letales como el fentanilo ilegal.
En junio de 2019, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el entonces presidente de EE.UU., Donald Trump, acordaron incrementar su cooperación para buscar soluciones a la “crisis de opiáceos” que se vive en los dos países y la creación de un Plan de Acción contra Opiáceos cuyo comité directivo se reunió por primera vez en enero de 2020.
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