Comprueban que los cerebros de los adolescentes “envejecieron” durante la pandemia
Los evaluados después del confinamiento no solo tenían problemas de salud mental internalizados más graves, sino que también tenían modificaciones en la estructura de este órgano vital
Una nueva investigación de un equipo de la Universidad de Stanford en los Estados Unidos asegura que la pandemia de COVID-19 no solo ha empeorado la salud mental de los adolescentes, sino que también ha envejecido físicamente sus cerebros.
El artículo publicado el jueves en la revista Biological Psychiatry: Global Open Science, explica que la pandemia afectó gravemente la salud mental de los jóvenes de todo el mundo, principalmente por los bloqueos y cierres de escuelas que afectaron el bienestar emocional de los niños y adolescentes.
Además, estos nuevos hallazgos sugieren que los factores estresantes relacionados con la pandemia no solo han afectado la salud mental de los adolescentes, sino que también han alterado físicamente sus cerebros.
Los daños, de acuerdo a los análisis, afirman que las estructuras cerebrales de los menores parecen varios años más antiguas que las de sus pares comparables antes de la pandemia.
Estudios a través de resonancias magnéticas
El experimento consistió en comparar las resonancias magnéticas de 81 adolescentes tomadas antes de la pandemia con las de 82 adolescentes tomadas entre octubre de 2020 y marzo de 2022, durante la pandemia pero después de que se levantaron los bloqueos, en el Área de la Bahía de San Francisco, de donde eran todos los adolescentes.
Descubrieron que, en comparación con los adolescentes evaluados antes de la pandemia, los evaluados después del confinamiento no solo tenían problemas de salud mental internalizados más graves.
Lamentablemente hallaron un grosor cortical reducido, un volumen del hipocampo y la amígdala más grande y una edad cerebral más avanzada. Lo que quiere decir que sus cerebros habían envejecido prematuramente.
Hasta ahora, este tipo de cambios acelerados en la “edad del cerebro” han aparecido solo en niños que han experimentado adversidades crónicas, por ejemplo, por violencia, abandono o disfunción familiar, según los investigadores.
Explican que aún hay mucho que no sabemos sobre lo que significan estos cambios cerebrales, o qué tan permanentes podrían ser para los adolescentes evaluados en este estudio.
No obstante, los cerebros de los adolescentes todavía son elásticos y sus cerebros pueden adaptarse y cambiar con relativa facilidad. Por ello es importante acudir al médico en caso de que los padres observen cambios muy marcados en el comportamiento de sus hijos.
Próximamente prevén realizar un seguimiento de su salud mental y comparar la estructura cerebral de aquellos que estaban infectados con el virus con los que no lo estaban.
Te puede interesar:
La adicción al azúcar es real: qué debes saber para no caer en ella
Cómo el aire contaminado puede afectar nuestro cerebro, según una nueva investigación