“No deberían de usar a los niños de esa manera”: madres de estudiantes reaccionan ante huelga en el Distrito Escolar de Los Ángeles

La huelga en el LAUSD impacta desproporcionalmente a las madres indocumentadas, las más vulnerables

Salones vacíos en el LAUSD. / Foto de archivo.

Salones vacíos en el LAUSD. / Foto de archivo. Crédito: Archivo | Impremedia

La señora Lourdes López platicó que se siente tan estresada que no ha podido dormir más que por ratos las últimas noches, pero la madrugada del martes fue aun peor.

“Soy mamá de tres niños, los dos menores están en educación especial”, dijo la inmigrante oaxaqueña. “Aquí estamos, encerrados por la lluvia, pero porque ellos no tuvieron clases, por la huelga en las escuelas”.

Doña Lourdes vende suplementos y vitaminas para ayudar con los gastos familiares a su esposo, un trabajador de confección, pero ahora tendrá que permanecer tres días con sus hijos, sin poder salir  hacer ventas o entregas.

Lourdes López con una de sus tres hijas.
Crédito: Cortesía | Cortesía

“No se imagina lo que eso nos va a perjudicar; con lo caro que está todo, vamos a tener menos” para hacer pagos y comprar comida, explica la madre de familia.

Pero lo que le causa más estrés es saber que sus hijos perderán clases, pues “los tres están aprendiendo inglés y, como le decía, dos necesitan sus clases de educación especial, ellos, si no van a clases, se atrasan mucho”.

Cuando platicó con La Opinión, doña Lourdes trataba de ayudar en las tareas a dos de sus hijos, pero esos deberes estaban en inglés y ella solo habla español.

“Esto es muy difícil”, explica.

 “Yo soy la mamá, yo sé cómo se me atrasan mis hijos si pierden tres días de escuela; va a ser muy difícil que luego se pongan al corriente, sobre todo mis hijos en educación especial”.

Doña Lourdes dijo sentir que los niños quedaron en medio de un conflicto en el que nada tenían que ver; explicó en otras palabras que las clases y la alimentación que reciben sus hijos en la escuela quedaron como peones en las demandas del sindicato que llevó a la huelga.

“No deberían de usar a los niños de esa manera”, declaró. “Estoy de acuerdo que hagan sus huelgas pero no en horario escolar. Los niños se atrasaron mucho durante toda la pandemia y ahora apenas se van recuperando. La huelga ahorita son tres días, pero ni ellos (los trabajadores) saben si van a continuar”.

Según estadísticas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), 70,000 de sus alumnos toman clases de educación especial. Es una comunidad que esta vez quedó fuera de las escuelas por la huelga.

Pero la señora María Nieto dijo a La Opinión que la huelga impacta desproporcionalmente a las madres de familia indocumentadas.

“Trabajo recogiendo niños en Panorama City para llevarlos a la escuela y luego cuando terminan las clases”, explicó la señora Nieto, madre de tres menores, uno de ellos también en educación especial.

Con frecuencia, después de recoger alumnos, los cuida a su lado mientras los padres de los estudiantes llegan a recogerlos y esta vez, por la huelga, va a perder el dinero que pagaría por sus servicios y eso ya le impacta, porque pos su condición migratoria carece de asistencia de gobierno.

Sin embargo, lo que más le preocupa y también la ha tenido estresada estos días “es que hicieron la huelga en las escuelas en los días en que los estudiantes tienen sus exámenes estatales”.

“Yo he estado ayudando a mis hijos a prepararse para estos exámenes porque son importantes”, dijo. Doña Mara, pero siente que la huelga “interrumpe todo el trabajo que veníamos haciendo”.

Así que después de la huelga “vamos a tener que ir a informarnos cuándo van a hacer esas pruebas y a hacer otra vez todo el trabajo” de preparación, dijo.

La señora Nieto explicó que le habría gustado que antes de decidir ir a huelga “que a las madres y a los padres de familia nos hubieran preguntado qué opinábamos”.

El presidente del sindicato que representa en Los Ángeles a los 30 mil conductores de autobuses escolares, asistentes de maestros, trabajadores de cafeterías y custodios de escuelas, entre otros puestos, Max Arias, dijo que el sindicato SEIU Local 99 reconoce que la suspensión de labores de tres días impacta a los padres de estudiantes.

“Estamos muy conscientes de los impactos que nuestra huelga tiene en las familias trabajadoras”, pero dijo que muchos trabajadores en la huelga son padres de estudiantes del mismo distrito escolar y “son padres que ya vivían una situación insostenible”.

Explicó que trabajadores de las escuelas y padres cuyos ingresos para sus familias están por debajo del límite de pobreza, lo que “impacta a los padres” en el sindicato, “y también a los estudiantes que son sus hijos”.

Pero Evelyn Alemán, coordinadora de un grupo de padres de familia organizados por una educación de calidad de sus hijos, Nuestra Voz, dijo a La Opinión que lo que el dirigente sindical debe comprender “es que la huelga impacta de una manera desproporcionada a los padres de familia más vulnerables en nuestra sociedad”.

Alemán explicó que en su organización “casi todas las voluntarias son indocumentadas, y casi todas excepto dos, con hijos en educación especial, y todas con hijos que están aprendiendo inglés, para que tengan esa ventaja del idioma que no tuvieron sus padres”.

El viernes, cuando se había anunciado pero todavía no iniciaba la huelga, Alemán convocó a su grupo para una reunión virtual para hablar sobre lo que podían hacer como madres en torno a la huelga, “y tres de las primeras doce que entraron lo hicieron llorando, otras lloraron después”.

Alemán dijo que cuando llamaron a la huelga “desconocieron el impacto emocional que tendría sobre las madres más vulnerables”.

Una madre de familia en Nuestra Voz escribió que “nosotras somos el sindicato que defiende a nuestros hijos, sin ayuda de nadie, ni poder exigir aumento, que por nuestra condición migratoria nos toca lo peor de la huelga”.

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