‘Una generación perdida’ del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles

La mayoría de los estudiantes se gradúa con el grado D y la mitad de los graduados no califica para la universidad

El estado buscó varias formas de alargar el año escolar.

El estado buscó varias formas de alargar el año escolar. Crédito: Matthew Horwood | AFP / Getty Images

Arturo terminó la preparatoria en Los Ángeles hace más de un año y hasta ahora el único empleo que consiguió fue en un restaurante de comida rápida, pero en el horario nocturno.

“Me da mucha tristeza, porque es un trabajo que conseguiría sin estudiar”, platicó el joven. Agobiado ha empezado a pensar “si mejor me conviene meterme en el army; no le encuentro otra salida, mis papás necesitan que les ayude porque son muchos recibos” a pagar.

Arturo se graduó de la preparatoria con promedio de 2.0, que “es bueno, pero no me sirve” para continuar estudios universitarios. Considera que fue un logro, porque estudió a través de la peor etapa de la pandemia y muchas veces “yo no sentía que la iba a hacer, no pensaba que iba a terminar”.

Un primo suyo lo ha invitado a que se mude a otro estado, y eso “me da tristeza, porque o es eso o irme con el army, de todos modos dejar a mis papás”.

Es una situación poco alentadora que viven con algunas variantes decenas de miles de estudiantes angelinos, principalmente y en su mayoría latinos, que “salen pésimamente preparados de las escuelas púbicas de Los Ángeles”, dijo la activista educativa Evelyn Alemán, del grupo Nuestra Voz, que reúne y trabaja con padres de alumnos.

Alemán considera que hay “toda una generación perdida de latinos por una pésima educación en las escuelas” y con relativa facilidad muestra como el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), el segundo más grande en el país y con más estudiantes latinos “utiliza cifras infladas” maquilladas como logros.

Esa información está disponible en inglés y en español desde cualquier computadora en línea, a través del portal de datos abiertos del distrito, https://achieve.lausd.net/opendata

“Dice por ejemplo que el 86 por ciento de todos los estudiantes de preparatorias en el distrito se gradúan, pero solo la mitad califica para ir a una universidad. Eso es un problema grave, porque la mayoría de los estudiantes del distrito son latinos”, explicó.

“Mira este número, estudiantes de onceavo grado preparados en inglés para nivel universitario, el 19 por ciento; mira esta otra, de estudiantes de onceavo grado preparados en matemáticas para nivel universitario, solo el 7 por ciento”, dijo la joven con una admiración creciente conforme profundizaba en los datos abiertos a todo público.

El portal dice que el 71 por ciento de los estudiantes de inglés termina la preparatoria, pero solamente el 19 por ciento aprende ese idioma al nivel que se necesita para continuar su preparación en nivel universitario, entonces el 52 por ciento de los jóvenes graduados carece de un dominio aceptable. Si a eso le aumentamos el 29 por ciento que no se gradúa, entonces tenemos un 81% de alumnos sin un nivel adecuado para seguir su educación.

El impacto es mayor para los estudiantes latinos, que suman el 73.6 por ciento y los afroamericanos con el 8 por ciento.

Los datos del distrito escolar indican que la tasa de graduación, de los estudiantes que terminan la preparatoria, ha ido cada año en aumento.

“Sí, cada año se gradúan más estudiantes, pero la mayoría con un grado D de aprovechamiento, que es el más bajo con que pueden graduarse”, explicó Alemán.

Juan José Mangandi, ex presidente de todos los padres de familia con hijos que aprenden inglés en el distrito escolar, declaró a La Opinión que por intereses económicos, el distrito ha caído en una insensibilidad social, que ha llegado a traumatizar a los alumnos más pobres, que son ese 81.6 por ciento de latinos y afroamericanos.

“El estado de California asigna al distrito $30,000 anuales por cada estudiante”, y el distrito tiene 656,000 alumnos; “con esos $30,000 se puede dar una educación de calidad, pero ¿qué sucede? Que los mejores maestros se asignan a las escuelas de los vecindarios más ricos, no donde más se necesitan”, dijo Mangandi.

Las escuelas elementales, medias y preparatorias de los vecindarios con mayor poder adquisitivo son las que tienen los mejores maestros, explica, “sus estudiantes tienen padres que son profesionistas o empresarios, que exigen rendimiento de cuentas a los profesores y a las escuelas”.

“En cambio nuestros estudiantes latinos y afroamericanos tienen padres pobres, tan preocupados en ganarse la vida todos los días, que no cuenta con tiempo o capacidad para ayudar a sus hijos en sus estudios”, agregó.

“Entonces, nuestros hijos están luchando todos los días con desventajas y traumas sociales, con los que pareciera que les es imposible estudiar una carrera profesional, como hacen otros menores condiciones más privilegiadas”, declaró.

Mangandi presentó como presidente de los padres de estudiantes de inglés en el distrito, entre el 2015 y el 2017, todo un plan integral de “sensibilización social”, una responsabilidad social “de ayudar más a quienes más lo necesitan para beneficio colectivo de toda la sociedad en Los Ángeles”.

Dijo que, sin embargo, en cuanto presentó sus ideas, chocaron con el sistema establecido del Distrito Escolar unificado de Los Ángeles.

“Lo que vimos fue que todo se mueve por sus intereses económicos”, esos $30,000 anuales por estudiante que podrían servir para una mejor educación, “sirven primero que nada para privilegios de funcionarios y directivos, y a quienes  contratan para servir al distrito”, acusó.

Explicó que, al presentar sus propuestas con apoyo de otros padres, encontró un antagonismo simulado, en el que el distrito informa a los sindicatos sobre sus recursos, y los sindicatos de trabajadores y de maestros protestan y hacen huelgas, pero con un entendimiento previo.

“Al final, se reparten el dinero en beneficios y privilegios” y quienes pierden son los estudiantes porque les reducen el presupuesto educativo, y los padres de familia, porque sus hijos siguen sin el nivel de educación que necesitan.

El maestro Salvador Chamba Sánchez, de ciencias políticas en el Colegio Comunitario, confirmó que “sí, se gradúan muchos estudiantes de preparatorias, pero solamente una minoría de latinos y afroamericanos está preparado para la universidad”.

El profesor Sánchez calificó como “un desastre” que el LAUSD gradúe cada vez más estudiantes pero sin elevar el aprovechamiento académico de los estudiantes.

El maestro instauró un programa para ayudar a alumnos del Colegio Comunitario para pasar a universidades. “Pero es muy difícil, porque llegan sin una preparación cuando menos elemental, básica, de pensamiento crítico”. Dijo que la falta de preparación se nota por ejemplo cuando se les pide que escriban un párrafo

“Es un problema muy grande”, dijo el maestro. “De todos los que se gradúan de preparatorias son muy poquitos los que pasan a la universidad, y esos poquitos se gradúan de Malibu High School, de Beverly Hills High School; no son los de Los Ángeles o los de Boyle Heights, por darte una idea”.

Tanto Aguilar, como Mangandi y Sánchez coincidieron en sus respectivas versiones en que para empezar a solucionar la situación, el distrito escolar debe de dar mayor poder a los padres de familia.

“Empoderar a los padres y, en mi opinión, aclaro que en mi opinión, el distrito debe permitir que los padres voten y con esto quiero decir que también voten en políticas educativas de sus hijos incluso los padres indocumentados”, dijo el maestro Sánchez.

El señor Mangandi comentó que esa participación al tomar las decisiones del distrito debe de incluir transparencia y que los padres decidan también cómo se usa el dinero que aporta el estado para la educación de sus hijos.

Alemán agregó que además de dar voz a los padres de estudiantes, “tenemos que hacer cambios que reduzcan la desigualdad, porque si los latinos somos la mayoría en las escuelas, no podemos ser los menos preparados para entrar a universidades”.

“Se debe de eliminar la desigualdad y la desconexión completa que hay ahora entre el distrito escolar y la realidad”, comentó Alemán.

El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles no respondió a dos solicitudes de La Opinión para conocer su posición. Se le informó lo que se pedía y se le explicó que, incluso en una ocasión, el diario pospuso la fecha de publicación del artículo para incluir su respuesta, pero al cierre de esta edición no habían contestado.

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