Por qué el “superpeso” mexicano es la moneda más líquida de América Latina y qué tiene que ver esto en su fortaleza frente al dólar

Hace pocos días, el peso mexicano llegó a su nivel más alto frente al dólar en los últimos siete años y su liquidez es una señal de que la divisa genera confianza entre los inversores

El peso mexicano subió frente al dólar a niveles no vistos desde hace siete años.

El peso mexicano subió frente al dólar a niveles no vistos desde hace siete años. Crédito: Getty Images

En lo que va del año, el peso mexicano se ha disparado frente al dólar con una subida cercana al 11%, llegando a niveles no vistos desde hace siete años.

Esta rápida escalada se suma al aumento acumulado que trae el “superpeso” desde el año pasado, impulsado por un mayor flujo de dólares al país que llega no solo por un crecimiento en las exportaciones, las remesas y la inversión extranjera, sino también porque las altas tasas de interés funcionan como un imán para los inversores.

El peso está dentro del grupo de monedas de economías emergentes que han pasado por un buen ciclo, como por ejemplo el yuan chino o la rupia india, mientras el dólar ha mostrado signos de debilidad en comparación con una canasta de monedas fuertes.

Aunque hay muchas monedas emergentes que pueden resultar atractivas para los inversores en el mercado de divisas, el peso mexicano tiene una gran ventaja.

“Es la moneda más líquida de América Latina”, dice Gabriela Siller, directora de Análisis Económico del Banco Base, en diálogo con BBC Mundo.

Una moneda líquida es aquella que se puede comprar y vender fácilmente en los mercados cambiarios, le da confianza a los inversionistas y se negocia en grandes volúmenes.

La moneda más líquida del mundo es el dólar estadounidense. Tiene el mayor volumen de compra y venta en los mercados internacionales, una característica que le ha permitido mantener su posición dominante.

Las monedas líquidas son las más negociadas en los mercados internacionales.

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Las monedas líquidas son las más negociadas en los mercados internacionales.

En el otro extremo, las monedas menos líquidas son aquellas menos apetecidas, como por ejemplo las que vienen de países con alta inflación, donde el papel cada día vale menos y la mayor parte de las personas quiere deshacerse de ellas.

En Latinoamérica se pueden mencionar los bolívares venezolanos o los pesos argentinos.

Por lo tanto, que el peso mexicano tenga mucha liquidez es una buena señal. Una moneda líquida tiene más posibilidades de apreciarse que la que se transa poco en los mercados porque no es apetecida.

En ese contexto, el peso mexicano es actualmente la moneda más líquida de Latinoamérica porque se compra y se vende más que el resto de las divisas de la región,según los datos del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), un organización internacional que agrupa a los bancos centrales de distintos países.

El organismo señala que el volumen de las transacciones con pesos mexicanos a nivel global aumentó 3% en los últimos tres años y que la divisa ocupa el lugar 16 en la lista de monedas más negociadas del planeta.

Una moneda en el agua

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El volumen de las transacciones con pesos mexicanos a nivel global aumentó 3% en los últimos tres años.

Esa buena posición se explica por varias razones. La primera es que en México la moneda puede subir y bajar libremente (lo que se conoce como un régimen de libre flotación) y prácticamente no hay intervenciones por parte de la autoridad monetaria.

La segunda es que el peso mexicano se puede transar las 24 horas del día, mientras que otras divisas, como el real brasileño, tienen restricciones de horario.

Y la tercera se relaciona con la confianza. “A los inversores les da certidumbre la estabilidad macroeconómica del país y la reputación del Banco de México que es autónomo del gobierno”, dice Siller.

¿A qué se debe la subida del peso frente al dólar?

La carrera alcista del “superpeso” frente al dólar ha sido empujada por muchas causas. Aquí te contamos algunas de ellas:

  1. Mayor ingreso de dólares a México. Esta entrada se debe, principalmente, a que aumentaron las exportaciones hacia Estados Unidos, aunque también se explica por un fuerte aumento de la inversión extranjera directa y por una subida en las remesas que envían los mexicanos que viven en EE.UU. a sus familias al otro lado de la frontera.
  2. Gran diferencia en las tasas de interés. La diferencia entre la tasa de interés de México (actualmente en 11.25%) y la de Estados Unidos (5.25%) son seis puntos porcentuales que atraen a los inversores para conseguir una mayor rentabilidad en el mercado mexicano.
  3. Una redistribución de los flujos de dinero tras el inicio de la guerra en Ucrania. Quienes invierten en bonos, es decir, compran deuda, tienen menos preferencia por comprar deuda en Asia.
  4. Y el atractivo que tiene la liquidez del peso mexicano para los inversores. Esa liquidez les permite entrar al mercado rápidamente a comprar pesos y les da la expectativa de que pueden salir rápidamente en caso que prefieran otras oportunidades.

¿Seguirá subiendo?

Algunos analistas sostienen que como las tasas de interés en México llegaron a un altísimo nivel, lo más probable es que el Banco Central no las siga subiendo.

Eso puede propiciar que algunos inversores se vayan a otros mercados en busca de mayores retornos.

El futuro del peso está relacionado con la desaceleración de la economía de EE.UU.

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El futuro del peso está relacionado con la desaceleración de la economía de EE.UU.

Desde otra perspectiva, las estimaciones apuntan a una bajada en el ritmo de crecimiento de la economía estadounidense en los próximos meses.

“Viene una desaceleración económica en Estados Unidos”, señala Carlos Alberto González, director de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil del grupo financiero Monex.

Si disminuye el crecimiento en la primera economía del mundo, esa contracción afecta directamente a México y “puede generar una cierta depreciación del peso mexicano”, agrega, probablemente a partir del segundo semestre de este año.

“No sería una depreciación significativa, pero ya no seguirá subiendo”, apunta.

Otros expertos como Siller proyectan que si se mantienen las condiciones actuales “el peso aún tiene espacio de apreciación”, pero todo depende de cómo sea el frenazo económico estadounidense.

Si la desaceleración es más profunda de lo esperada, entonces podrían llegar menos dólares a México. Y al haber menos dólares en el mercado, sube su precio.

Por lo general, las malas noticias económicas en Estados Unidos aumentan la aversión al riesgo por parte de los inversores y los invitan a buscar refugio hasta que pase la tormenta.

Así, cuando el cielo se llena de nubes, los grandes capitales prefieren salir de los mercados emergentes y protegerse en las monedas más sólidas.

Ya veremos qué pasa.


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