Quemaduras con cigarro y amenazas sexuales: Una investigación revela 181 casos de tortura en cárceles de Cuba
El estudio "La tortura en Cuba" de la ONG Prisoners Defenders, documentó casos de agresiones físicas, traslado a localizaciones desconocidas, privación de agua, alimentos y del sueño, situaciones de pánico y humillación, entre otras cosas
Hace casi dos años que estallaron protestas contra el régimen político de Cuba, las cuales fueron rápidamente controladas por la dictadura, pero aún en el presente siguen haciendo eco y no precisamente en la sociedad, sino en aquellos quienes las protagonizaron y cayeron en prisión, considerados ahora como presos políticos. De acuerdo con un reporte, al menos 181 de ellos ha sufrido tortura dentro de las cárceles de la isla.
La organización no gubernamental Prisoners Defenders documentó, a través del estudio integral “La tortura en Cuba”, los maltratos físicos y psicológicos sufridos por presos políticos cubanos a manos del régimen de La Habana, informó el medio Ciber Cuba.
El informe fue presentado este 30 de mayo en Madrid, España, y en él está plasmado el testimonio de 181 presos de conciencia, incluidos menores de edad, así como de activistas por los derechos humanos y familiares.
Penetraciones de los dedos en la vagina de una menor, quemaduras con cigarro en los brazos, interrupciones del sueño, situaciones de pánico y personas transexuales lanzadas escaleras abajo esposadas, es algo de lo que la organización documentó en su informe.
Y es que la tortura se ha hecho presente en varios momentos del gobierno de Miguel Díaz-Canel, pues aseguró que detrás de las protestas había funcionarios estadounidenses, por ello el método se usó para obtener confesiones.
La lista de presos que han sufrido la mayor cantidad de malos tratos la encabeza uno de los menores de 18 años, Jonathan Torres Farrat, cuya madre, Bárbara Farrat Guillén, vive también acosada por la Seguridad del Estado por denunciar la situación que vive su hijo, según señala el sitio 14 y medio.com.
El adolescente, para quien la Fiscalía pidió 8 años de prisión por manifestarse el pasado 11 de julio, es hipertenso, según recuerda el informe, “y debe medicarse asiduamente con enalapril”, un fármaco que no toma desde el 13 de agosto “siguiendo órdenes de la Seguridad del Estado”. Además, fue esposado una vez a una reja, con los pies colgando, “en un cuarto frío y posteriormente golpeado”.
“Los resultados son descorazonadores sobre la situación de los detenidos y presos políticos en Cuba y la situación de maltrato degradante, vejatorio y torturador a la que de forma general son sometidos, tanto en las detenciones como en las prisiones”, recalca el informe.
Otro tipo de torturas documentadas son la privación de la atención médica, trabajos forzados fuera de su condena penal, obligación a mantener posturas incómodas o dañinas, amenazas sexuales, confinamientos de castigo en solitario y variaciones de la temperatura como mecanismo de tortura.
El documento también refiere agresiones físicas, traslado a localizaciones desconocidas, privación de agua, alimentos y del sueño, amenazas a su integridad y a la de sus seres queridos, despliegue de armas o elementos de tortura, sometimiento intencionado a la angustia y a la incertidumbre por la situación de algún familiar y humillación, degradación y maltrato verbal.
Con esto, se demuestra que ejercer el derecho a la libertad de expresión es algo que se paga muy caro en Cuba, pues incluso los civiles que participaron en las movilizaciones fueron castigados.
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