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¿Está resuelta la crisis del límite de la deuda?

Cuando se le preguntó a los estadounidense su opinión sobre el aumento del límite de la deuda, el 60%, apoyaría aumentarlo solo si se combina con recortes en el gasto

El líder de la Cámara, Kevin McCarthy, y el presidente Joe Biden.

El líder de la Cámara, Kevin McCarthy, y el presidente Joe Biden. Crédito: SAUL LOEB | AFP / Getty Images

El presidente Joe Biden y el presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy llegaron a un acuerdo sobre el límite de deuda del país. Han acordado elevar el límite de la deuda mientras controlan el gasto fiscal e impulsan el crecimiento económico.

El acuerdo del límite de deuda, la Ley de Responsabilidad Fiscal, está lejos de ser perfecto, pero cada aspecto individual del proyecto de ley se mueve en la dirección correcta. Cuando se le preguntó a los estadounidense su opinión sobre el aumento del límite de la deuda, el 60%, apoyaría aumentarlo solo si se combina con recortes en el gasto.

La Ley de Responsabilidad Fiscal honra esta preferencia al incluir el mayor recorte de gastos que el Congreso jamás haya aprobado. En los primeros dos años, la Ley de Responsabilidad Fiscal ahorraría más de $200 mil millones de dólares debido a los topes que la ley impone a los gastos discrecionales. En el futuro, la moderación del gasto es crucial, particularmente después de que el gobierno federal inyectó miles de millones de dólares en la economía durante la pandemia.

Los estadounidenses vieron las consecuencias del gasto público excesivo. Como resultado de esta ola de gastos financiados con deuda, se produjo la inflación más alta en décadas, lo que provocó aumentos en las tasas de interés e inestabilidad financiera que afectaron negativamente a todos los estadounidenses y perjudicaron de manera desproporcionada a la comunidad hispana.

La Ley de Responsabilidad Fiscal, más allá de sus recortes de gastos, también hace reformas modestas a ciertos programas de redes de seguridad social que colocan al país en el camino correcto hacia cambios más sustanciales en el futuro. Estas son buenas noticias: reducciones en el gasto, evitar el incumplimiento y alguna reforma programática.

La clave es mirar hacia el futuro más allá de este inmediato acuerdo del límite de la deuda que por sí solo no puede resolver los problemas de fondo ni detener la acumulación de la deuda.

¿Cuáles son las soluciones a largo plazo que evitarían que el país enfrente potencialmente una crisis económica cada año?

Necesitamos políticas gubernamentales que proporcionen una base estable para una economía próspera.

Necesitamos políticas que recompensen el trabajo duro y no castiguen el éxito. Necesitamos valorar la innovación y la experimentación. Y debemos dar a las familias y las empresas la libertad de ir tras sus sueños y ambiciones. Estos objetivos aparentemente lejanos se pueden alcanzar con un proceso presupuestario real que responsabilice a los legisladores, arreglando los programas gubernamentales en riesgo de colapso y evitando los cierres del gobierno.

La creación de un presupuesto real que sea integral e incluya todos los ingresos y gastos aumentaría la transparencia y disminuiría la polarización. Establecer objetivos presupuestarios a mediano plazo en lugar de simplemente anuales traería un efecto estabilizador para la economía estadounidense. Garantizar que los programas de ayuda en los que confían las familias puedan funcionar de manera adecuada y eficaz sin declararse en quiebra nos permite seguir empoderando a los más vulnerables de la sociedad. Hacer que sea más difícil que ocurran los cierres del gobierno crea espacio para que se dé una colaboración y negociación reales en lugar de enfrentamientos políticos que cuestan miles de millones de dólares en dinero de los contribuyentes y ponen en riesgo los medios de subsistencia.

El objetivo de reformar el proceso presupuestario de nuestro país no es solo una economía más estable. La moderación del gobierno y la libertad individual son ingredientes clave para una prosperidad ampliamente compartida. Un sistema que funciona como debería significa que las familias pueden ahorrar con confianza, las empresas pueden invertir en puestos de trabajo y los padres pueden forjar una vida mejor a sus hijos.

Con la Ley de Responsabilidad Fiscal como primer paso y el conocimiento del trabajo adicional que debe hacerse, podemos salir del ciclo del gasto imprudente y arriesgado.

(*) Wadi Gaitán es analista político y el director de comunicaciones de La Iniciativa LIBRE.

NOTA: El presente artículo de opinión refleja la postura del autor, no la posición editorial oficial de este medio.

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