“El Tiradito”, un santuario de latinos y migrantes en Arizona con una polémica historia
El Tiradito es un santuario al aire libre en el que se recuerda a los migrantes fallecidos, aunque el origen del lugar revela una historia diferente
Una pared de adobe de una vieja edificación es el marco de “El Tiradito”, un popular santuario al aire libre en un barrio histórico de Tucson (Arizona) al que se acogen hispanos y migrantes, que además recuerdan allí a aquellos que han fallecido a lo largo de la frontera con México.
Aunque siempre hay veladoras de Jesucristo, la Virgen María y santos católicos, no es un lugar de culto de esta religión; por el contrario tiene una historia oscura.
“Este es el único lugar en los Estados Unidos donde creemos se venera a un pecador”, relató a EFE la escritora Elaine Romero, que se inspiró en el improvisado altar para una obra de teatro que estrenará allí mismo en septiembre próximo.
Se refiere a una de por lo menos una docena de historias urbanas sobre el origen del santuario, que data de la década de 1870 y que es considerada la más aceptada por los historiadores.
El santuario sería el lugar donde Juan Olivares murió a manos del esposo de su suegra, de la cual se enamoró, tras un ataque de celos.
Debido a que se trataba de un “pecador” no se le permitió ser enterrado en un campo santo, por lo que su cuerpo fue abandonado allí. Una placa en el lugar dice que la definición de El Tiradito es “el rechazado”.
Se trata de una historia que ha pasado de generación en generación entre los hispanos del sur de Tucson, que con frecuencia acuden allí para colocar veladoras o pedir “favores” a Olivares.
El Tiradito está en Barrio Viejo, uno de los más antiguos de la comunidad latina, rodeado de restaurantes, escuelas y un centro de convenciones.
Es un lugar sagrado para la comunidad migrante y para muchos latinos aunque no pertenece a ninguna iglesia o religión, subrayó Romero, profesora de escritura teatral en la Universidad de Arizona (UA) en Tucson.
Conocida también como la “Capilla de anhelos”, el santuario parece estancado en el tiempo y representa también el “corazón” de activismo y las denuncias de la comunidad hispana ante las constantes muertes a lo largo de la frontera.
Cada jueves y por más de dos décadas, grupos como la Coalición de los Derechos Humanos de Arizona han llevado a cabo una vigilia en este lugar para recordar a los migrantes fallecidos.
Con flores de plástico y papel adornan el santuario, y colocan botellas de agua en memoria de los fallecidos por hambre y sed en el desierto de Arizona.
De acuerdo a grupos defensores de los migrantes, se estima que desde la década de 1990 unos 8,000 migrantes, incluyendo niños, han perdido la vida al cruzar la frontera.
El Tiradito también es sede de protestas en las que denuncian abusos de poder por parte de la Patrulla Fronteriza y las autoridades locales.
“Este lugar se ha convertido en un sinónimo de lucha, una historia que busca ser transmitida a las nuevas generaciones”, expresó Romero.
En “El Tiradito”, cada noviembre la comunidad coloca un gigantesco altar por el Día de los Muertos para recordar a los migrantes fallecidos. Hay también comida, dulces, bebidas y pan en su memoria.
A diario, el lugar es visitado por personas que rezan por un ser querido o que colocan entre los agujeros de la pared un “papelito” con un deseo o agradeciendo favores recibidos.
Sigue leyendo:
– Son inmigrantes el 14% de las mujeres en Estados Unidos.
– Realizan funeral de Anadith Reyes, niña migrante que murió bajo custodia de la Patrulla Fronteriza en Texas.