México, se estremece ante el calor y la muerte de personas, plantas, animales…
El incremento de las temperaturas han tomado por sorpresa la vida cotidiana con consecuencias mortales y alimentarias
MEXICO- Una mujer en Sonora salió, como siempre, a dar un paseo al cerro para ejercitarse. No regresó a casa. Mientras caminaba, la piel se le puso caliente, roja, seca. Un dolor de cabeza pasó de una molestia ligera a las punzadas insoportables; de la fatiga a la hiperventilación, las náuseas, vómitos y diarrea hasta que se desvaneció.
En Nuevo León, donde han muerto la mayoría de las víctimas por deshidratación y golpes calor, ante temperaturas de hasta 45 grados centígrados (113 farhrenheit), una familia ha intentado dormir más de cuatro horas por noche, sin éxito ni ventilador ni aire acondicionado y el refrigerador sin trabajar porque no hay corriente eléctrica o es intermitente: la Comisión Federal de Electricidad no da abasto a la demanda de energía.
A finales de junio, el consumo por día sobrepasó una cifra inédita de 51.368 megawatts por hora por la necesidad de enfriar lugares donde antes no era necesario, según las cifras del Centro Nacional de Control de Energía, que emitió una alerta debido a que su reserva quedó en menos del 6% cuando la recomendación es mínimo de10%.
Los mexicanos la pasan mal al enfrentar el incremento de temperaturas en este verano. En 22 de los 32 estados se han superado los 40 grados centígrados (102 fahrenheit), un incremento de alrededor del 20% en comparación con periodos similares, cuando la temperatura promedio apenas rebasaba los 30 grados centígrados (86 F).
Según el último recuento de la Secretaría de Salud a mediados de julio, el calor ha provocado 167 muertes en el país y se prevén más por otras olas de calor y la canícula que se avecina y ya se llevó las habituales lluvias del verano en el centro y sur del país que cada año abastecen las presas y cultivos de temporal.
La Unión Ganadera Regional del Estado de Jalisco alertó sobre síntomas atípicos: toros enfermos, vacas delgadas, becerros que nacen muy pequeños y, en general, animales que van dando tumbos, desequilibrados, hasta que mueren exhaustos uno a uno hasta contar varios cientos en algunas regiones. En Jalisco, por ejemplo, suman más de 400 cabezas caídas.
En Puebla una productora de aguacate y tejocote, en el municipio de Huejotzingo, ha tenido que usar sus ahorros por una mala temporada que se ha reducido hasta en un 50% la producción y la poca fruta que hay es demasiado chica o no maduran por la falta de agua. Una situación generalizada en el país.
Sin herramientas
Las temperaturas extremas tomaron por sorpresa y han trastornado la vida de la población, los animales y la agricultura. “Todavía el año pasado tuvimos buenas cosechas, las lluvias fueron más o menos regulares”, recuerda Agustín Castañeda, un campesino del Estado de México que intercala cosechas con agua de riego y de temporal.
“Ahora tenemos que usar la que almacenamos para usar en diciembre y apenas es julio”.
En días pasados, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el mundo debe prepararse para olas de calor más intensas por el cambio climático y el fenómeno de El Niño en el Pacífico que modifica las temperaturas mundiales.
“Este tipo de situaciones continuará creciendo”, señaló a la prensa en Ginebra un experto en calor extremo de la ONU, John Nairn.
En el caso de la agricultura mexicana, que depende en un 74% de la temporada de lluvias que inician en abril y terminan a principios de octubre, a excepción de los estados del norte, los agricultores no están preparados.
“Durante mucho tiempo he promovido la construcción de pequeñas presas, pero no pensaban que fuera necesario”, comenta Castañeda.
“Yo construí un bordo que ahora está a la mitad de su capacidad, cuando debería estar lleno en esta época, sin embargo, he podido regar el maíz que sembré hace unas semanas; a otros agricultores se les está secando la plantación”.
En la día a día, la gente tampoco sabe qué hacer o ni siquiera tiene consciencia. La tercera ola en México se cobró la vida de Francisca Amparano Reyes, la sonorense de 78 años de edad que salió como siempre a hacer ejercicio el 4 de junio.
La fiscalía del estado la buscó por cuatro días porque los familiares pensaron que se trataba de una desaparición por razones de seguridad y, al final resultó víctima de una golpe de calor por deshidratación
En Baja California, un niño de cinco años que acostumbraba a jugar libremente en el patio de su casa se encontró muerto en la parte trasera del coche en el que él mismo se metió y ya no pudo abrirlo. Se quedó encerrado y cuando la madre se percató fue demasiado tarde.
Más al noreste, Víctor Alexis, un niño con cardiopatía y síndrome de Down en Guadalupe, Nuevo León, murió después de que los padres decidieron llevárlo a una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social en el transporte público porque no llegó la ambulancia de emergencia para que lo atendiera.
De frente al cambio
En junio pasado, la Tierra Caliente mexicana, tercera región más calurosa del país, con picos similares a Sonora, vivió tres días electricidad mientras un incendio forestal cerraba la tenaza en su contra en frontal combate con alrededor de 400 brigadistas.
Por esos días había 500 incendios que los brigadistas no pudieron apaciguar hasta que la lluvia sirvió de remanso. Pero fue sólo unos días.
Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México advierten que el país necesitará pronto tomar consciencia de las necesidades que acarrea el cambio climático.
“Es un problema mundial sobre el que no hay prevención”, detalló un comunicado en el que también advirtió sobre el cuidado personal que va desde el uso de bloqueador y ropa adecuada al manejo de alimentos y hasta la economía. Por ejemplo: los puestos de comida tan populares en México pueden resultar afectados por la rápida descomposición y provocar enfermedades.
Desde su trinchera, agricultores han hecho un llamado urgente a enfrentar el cambio climático con medidas políticas como revertir algunas concesiones de agua o prohibir monocultivos que provocan la deforestación y los cambios en el uso de suelo porque derivan en la pérdida de los ecosistemas.
“Las altas temperaturas son efecto del cambio climático y desgraciadamente pueden dar como resultado afectaciones en la producción, plagas y otros problemas que afectarán la vida a la que estamos acostumbrados”, dijo Luis Alberto Villarreal director del Colegio de Postgraduados.
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