“Amaba matar gente”: Revelan la brutalidad con la que actuaba “El Z-40”, líder de Los Zetas

A Miguel Ángel Treviño, alias “El Z-40”, le gustaba ver a la gente sufrir y asesinaba casi a diario, incluyendo a su propia suegra, según detalló uno de sus exsocios

Miguel Ángel Treviño

Miguel Ángel Treviño se encuentra en una prisión de máxima seguridad en México librando una batalla legal para evitar su extradición. Crédito: Secretaría de Marina | Cortesía

Aunque el cártel de Los Zetas está prácticamente desintegrado y sus remanentes se unieron a otras organizaciones criminales, fue uno de los más sanguinarios y dejó a su paso una ola de violencia como no se había visto antes en México.

Su surgimiento como un brazo armado del Cártel del Golfo evolucionó hasta convertirse en una organización criminal independiente, responsable de miles de muertes en prácticamente todo el territorio nacional.

Uno de sus líderes, Miguel Ángel Treviño, alias “El Z-40”, destacaba por la brutalidad con la que mataba a sus rivales, a tal grado que sus propios hombres temían ser castigados por su jefe.

Así lo reveló José María Guízar Valencia, alias “El Z-43”, uno de sus exoperadores de confianza y quien rindió declaración ante las autoridades estadounidenses tras llegar a un acuerdo de culpabilidad el pasado mes de septiembre.

“Amaba matar gente… Le gustaba ver a la gente sufrir. Y más que nada, hacia la gente que era cercana a él, causar miedo y psicosis para que no lo traicionáramos”, señaló el narcotraficante.

Gracias al acuerdo de colaboración de Guízar Valencia, la DEA conoce cada detalle de las operaciones de Los Zetas durante su apogeo en la primera década de los años 2000, así como lo sanguinarios que llegaron a ser sus líderes.

Era una persona sin emociones. No tenía emociones. No tenía empatía. Mataba personas todos los días y experimentaba. Era un sicópata. Estaba enfermo”, agregó el Z-43 sobre su exsocio.

Mandó matar a su suegra

Como ejemplo, mencionó el caso de una joven de 18 años que salía con un sicario del cártel y que al mismo tiempo salía con un soldado. Cuando Treviño Morales se enteró, la secuestró a ella y a su madre.

“La llevaron a Allende, Coahuila, de donde eran estas personas. Se la llevaron detrás de un hotel y le quitaron la nariz. Primero asesinaron a su madre frente a ella porque estaba dando información a los soldados de los movimientos de los Zetas. Le volaron la nariz con una MP5. Después la golpearon en los oídos. La golpearon en el rostro, en sus mejillas. Y la joven rogaba para que la mataran porque estaba sufriendo. Y gritaba de dolor”, señala parte de la declaración a la que el diario Milenio tuvo acceso.

Pero eso no es todo, pues el Z-40 también ordenó asesinar a su propia suegra luego de que la mujer les aconsejara a sus nietos no subir al mismo vehículo de su padre por temor a que les sucediera algo.

Esto causó la ira del líder zeta, quien engañó a su esposa haciéndole creer que policías mexicanos habían matado a su madre, cuando en realidad él la mandó matar.

En la actualidad, Miguel Ángel Treviño se encuentra en una prisión de máxima seguridad en México librando una batalla legal para evitar su extradición. En tanto, las autoridades estadounidenses continúan recopilando pruebas en su contra a la espera de que algún día enfrente a la justicia del país.

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