Nury Martínez: ‘El audio no fue una coincidencia, querían destituirme del Concejo’

La expresidenta del Concejo de Los Ángeles confiesa su arrepentimiento y lamenta que no merezca el perdón. “Solo quiero recuperar mi paz’, dice

Nury Martínez, expresidenta del Concejo de Los Ángeles. (Isaac Ceja/La Opinion)

Nury Martínez, expresidenta del Concejo de Los Ángeles. (Isaac Ceja/La Opinion) Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Segunda y última parte

El domingo 9 de octubre del 2021, un día después de que se filtró el audio de una conversación privada grabada de manera secreta, en la que participaron la expresidenta del Concejo de Los Ángeles, Nury Martinez, el exconcejal Gil Cedillo, el concejal Kevin de León y el líder sindical Ron Herrera, decenas de manifestantes arribaron en sus autos, armados con megáfonos a la casa de la primera latina en ser líder del Cabildo Angelino en el barrio de Sun Valley.

“Ese mismo día, como a las seis de la tarde, llegaron entre 40 y 50 policías que duraron horas para desalojarlos”, recuerda.

A un año del escándalo que provocó su renuncia intempestiva al cargo de Presidenta del Concejo de Los Ángeles, Nury se observa aún muy afectada emocionalmente y arrepentida por los comentarios ofensivos que expresó, pero también se halla muy dolida porque está convencida que todo fue un plan para destituirla.

Nury Martínez a un mes de haber sido electa, la primera presidenta latina del Concejo de Los Ángeles, (EFE/ Iván Mejía

En una entrevista con La Opinión, Nury recuerda que la prensa se mantuvo fuera de su casa durante 35 días esperando a que saliera. 

“Las Vans de las televisiones ponían hasta sus sillas y traían sus congeladores para el agua”.

Mientras tanto dice que lo único que ella quería era poder llevar a su hija de regreso a su casa.

“La pudimos traer a casa un día a la medianoche cuando se iba la prensa, pero regresaban a las 5 de la mañana”.

Su hija estaba tan destrozada que una trabajadora social de la escuela la contactó para ofrecerle ayuda psicológica para la menor. 

“Ella tuvo la sabiduría para decirme que mi hija iba a necesitar mucha ayuda y puso a nuestra disposición todos los recursos de la escuela”.

Un año después, Nury dice que a su hija de 12 años le afectó mucho lo sucedido no solo en lo emocional sino académicamente.

“Ella entendía lo que estaba pasando y estaba muy preocupada por lo que era su mamá, lo que ya no era y lo que se decía”.

Dice que ella no salió por casi tres meses, aterrada por no saber con quién se podía encontrar y por miedo a ser víctima de un ataque o insultos. 

Nury Martínez junto a su hija el día de juramentación como Presidenta del Concejo de Los Ángeles. (Cortesía)

‘No me iré a otra ciudad’

  • ¿No ha pensado en irse a vivir a otra parte?

“No, esta es mi comunidad. Han sacado chismes de que me mudé a Arizona. No tengo a nadie allá. Han dicho que me voy a mudar a Sacramento, tampoco tengo familia.

“Mi mamá vive a siete minutos de mi casa, tiene 85 años. Mi papá murió hace 7 años. Vemos por mi mamá. Mis suegros viven a 10 minutos, están en sus 80. Entonces mi esposo y yo no nos vamos a ir a ninguna parte”. 

  • ¿Cómo se sintió cuando se vio forzada a renunciar?

“Los primeros cuatro días me sentía bloqueada. Lloré tanto. He ayudado a tanta gente con trabajo, con sus carreras, a elegirse y postularse. Esas mismas personas me hablaron para decirme que me iban a pedir que renunciara. 

“No entendía que no se me diera la oportunidad de explicar el contexto de la grabación o que alguien dijera, hay que darle un tiempo para que se reúna y hable con la comunidad afroamericana para saber de qué se trata, entender su frustración y ver cómo vamos a superar esto juntos.

Nadie nos dio esa oportunidad de buscar una reconciliación. Eso es liderazgo. Eso es ser un líder. Nadie que me conoce y que he ayudado, salió a decir esta mujer no es racista, ha trabajado con todas las comunidades incluyendo la afroamericana. Nadie dijo, Nury se equivocó. Nadie nos otorgó esa oportunidad del perdón y una segunda oportunidad”.

Nury Martínez comparte que el escándalo le ha afectado mucho a su pequeña hija. (Cortesía)

¿Por qué los líderes latinos la dejaron sola?

“Alguien los amenazó o no querían que los tacharan de racistas. La presión del liderazgo afroamericano, de que tenían que pedir mi renuncia era muy fuerte.

  • ¿Qué le daba fuerza en esos momentos en que todo estaba en contra?

“¡Dios! He sido una persona muy espiritual. Soy católica. He visto milagros en mi casa, con mi familia. Sé que Dios existe. Yo nomás me acuerdo, que Dios me cobijo, me dio el valor y la fe para que no hiciera nada en contra mía, y atentara contra mi vida.

“Yo tenía unos pensamientos horribles, pero pensaba, qué va a hacer mi hija sin su mamá, cómo va a ser que mi madre me tenga que enterrar. Nomás me acuerdo que veía imágenes de la Virgen; y decía me tengo que cobijar del Espíritu Santo, que es mi fe, mi Dios me perdonó, y sabe que cometí un error, y que no soy una racista. 

“Todos los días me acostaba con ese pensamiento. Pero era una de llorar y llorar, de ver que no podía salir de mi casa e ir a ver a mi madre. No podía físicamente vestirme, comer, bañarme, por el trauma que esto me causó.

“Yo no entendía, Dios sé que no me has abandonado, sé que tú existes, pero por qué los otros me abandonaron. Qué hice para merecer este tipo de abandono, para recibir este tratamiento”.

  • ¿Quién planeo todo esto? ¿Quién los grabó secretamente; y un año después, a un mes de las elecciones, difunde públicamente el audio?

“Son personas que no estaban conformes con mi liderazgo, que manejan otra política que no es la mía. Había muchos desacuerdos en el Concejo; ya estaban planeando algo para sacarme.

“La persona que grabó y le dio el audio a mis enemigos, sabía que tenían problemas conmigo. Lo siento por Gil y Kevin, creo que a ellos no los querían perjudicar.  

“A los que querían destituir era a Ron Herrera, que era el líder del sindicato más poderoso del país y a mí, como presidenta, yo era la mujer más poderosa de la ciudad. Ellos querían quitarme para poner a alguien a quien pudieran manejar o que esté de acuerdo con sus iniciativas”.

Nury Martínez dice que toda la campaña para destituirla comenzó a partir de que pidió la suspensión del exconcejal Mark Ridley-Thomas. (Isaac Ceja/La Opinión)
Crédito: Impremedia

El factor Ridley-Thomas

  • El hecho de que suspendieran a Mark Ridley-Thomas del Concejo después de las acusaciones por cargos criminales federales, ¿cree que fue un factor determinante para su salida del Concejo?

De ahí salió la narrativa de que yo soy racista de la misma gente que lo apoya. De ahí surgió que era antiafromericana, cuando usé el mismo poder y protocolo para suspender a José Huizar por cosas similares

“Los cargos eran muy serios. Como presidenta del Concejo, tienes el poder para pedir la suspensión. Nos perjudica a todos que las personas acusadas de delitos federales estén trabajando en la Ciudad manejando millones de dólares. 

“Para mí, lo mejor era suspenderlos, que arreglaran su situación legal y regresaran a sus cargos, si salían inocentes. Y ya van cuatro hombres en el Concejo que han sido acusados de un tipo de corrupción que simplemente es una nube negra sobre el Ayuntamiento”.

Nury subraya que le dio varios meses a Ridley-Thomas para que arreglara sus asuntos legales.

“Después de tantos meses no se me hizo justo que su distrito no tuviera quien abogara por ellos en el Concilio y nombré a una afroamericana Heather Hutt para reemplazarlo”.

Aclara que en la misma moción que ella presentó para pedir su suspensión del Concejo, se especificaba que  “si lo hubieran declarado inocente, ella (Hutt) se tendría que salir y él (Ridley-Thomas) debía regresar”.

  • ¿Crees que personajes como el exconcejal Ridley-Thomas estuvieron detrás del audio?

“No sé, no tengo ningún tipo de pruebas. Pienso que hubo más de un actor y una persona que compartieron el audio, y planearon por un año como usarlo en mi contra”.

  • Usted dice que el golpe era para usted y Ron Herrera, pero igual han pedido la renuncia de todos, de Gil Cedillo y Kevin de León

“Yo sé que Kevin no es racista. No estoy para justificar lo que dijo. Lo que sí sé es que Kevin solo estaba en esa reunión para apoyar a la comunidad latina, y entender lo que estaban haciendo con el distrito de Gil”.

  • ¿Ha puesto alguna denuncia por esa grabación?

“Al mes me sugirió un amigo, poner un reporte policiaco porque la grabación ilegal es un crimen en contra de mí. Vinieron dos detectives a mi casa. Tomaron una declaración sobre los detalles, y sobre quién pudo poner un device (un aparato de grabación). Después de eso nunca supe nada, hasta que hace unos meses salió publicado que tenían a un sospechoso”. 

  • ¿Cree que vamos a saber algún día quién los grabó y quienes estuvieron detrás de todo esto?

“No lo sé, pero le pido a Dios que me dé mi paz y tranquilidad para poder salir de mi casa y trabajar otra vez. Me da pánico salir. Pienso que alguien me puede insultar, y no sé qué voy a hacer. Solo he salido a visitas con el doctor”.

La cultura de la cancelación

Nury dice que tras el escándalo del audio, a ella le aplicaron la cultura de la cancelación.

Lo califico como una sentencia de muerte, donde no sabes como vas a comer mañana, no sabes qué vas a hacer, cómo vas a salir a la sociedad”. 

Dice que sus únicas salidas durante mucho tiempo fueron a la iglesia, pero no se quitaba la mascarilla para evitar que la identificaran.

“Las personas que me reconocieron, fueron muy amables y me dijeron que estaban orando por mi. Cuando me sentí más tranquila, dejé de usar la máscara”.

Pero admite que aún vive con temor. “No sé si cuando vaya a mi cita médica, el doctor o las enfermeras me puedan reconocer, y tengo que ir porque estoy sufriendo problemas de salud. Es un agobio cada vez que salgo”.

  • ¿De qué ha vivido este año?

“De mis ahorros. Mi esposo también está en la política, tiene una compañía, pero le cancelaron todos los contratos. Hemos ayudado a tanta gente sin pedir nada a cambio; y se nos hace tan triste que nadie se preocupe por saber cómo estoy pagando la renta, si estoy comiendo, qué ocupa mi hija. Nadie, nadie. Ninguna de mis mejores amigas a las que he ayudado y que me han visto sufrir, han venido a mi casa. Me dejaron completamente sola. Solo Ron Herrera, mi esposo y mi hija han estado ahí”.

Eso sí, Nury muestra una caja repleta con tarjetas de gente de la comunidad que le ha enviado mensajes de apoyo.

  • ¿Qué va a hacer en el futuro? ¿En qué piensa trabajar?

“No tengo idea. Tengo 50 años. Lo único que he hecho toda mi vida es política. ¿Dónde me voy? No voy a dejar a mi madre. Prefiero quedarme en la calle, antes de dejarla. No puedo pensar lo que va a hacer mañana. Ni se me apetece ni se me ocurre nada, como que me robaron mi carrera, mi pasión, mi alma por mi comunidad”.

  • ¿Qué le gustaría decirle a la gente que no haya dicho antes?

No nomás que estoy arrepentida sino pedir el perdón de mi comunidad por haberlos dejado abajo. Me equivoqué al usar un tono y unas palabras que no debía, insulté a personas. No era mi intención y defraudé, y cargo la culpa de haber decepcionado a mi comunidad”.

Eso sí – dice – que le duele que algunos medios pongan su retrato junto a tres hombres que han sido convictos de corrupción.

“Yo nunca he tomado una mordida, nunca me he vendido por dinero. No soy esa clase de persona. Me quieren involucrar con otro tipo de personas que han sido juzgadas y declaradas culpables”.

¿Qué le gustaría que dijera esta historia?

“Para mi lo más importante, es que no me califiquen solo por un momento de mi vida en el que me equivoqué como cualquier ser humano que no es perfecto. Y ya he pedido perdón muchas veces, pero a mi no se me concede el perdón. Muchas de las personas y organizaciones que salen a juzgarme trabajan para dar segundas oportunidades a otras personas, una oportunidad que a mí me niegan. 

“Ojalá un día se llegue a saber quién estuvo detrás de esto para hacerme a un lado. Cuando esto suceda, se va a poder contar toda la historia de lo que hicieron conmigo. Se lo voy a dejar a Dios”.

Nury reconoce que ella ha pagado con creces las consecuencias de su equivocación, pero también dice que se cometió un crimen en contra de ella al ser grabada ilegalmente.

“Luego ese audio lo usaron un año después para destituirme. Y a nadie se le ocurre decir que eso no fue una coincidencia”, pregunta

Sin embargo, Nury dice que a diferencia del exconcejal Gil Cedillo y el concejal Kevin De León no planea entablar ninguna demanda. 

“Lo único que quiero es recuperar mi paz”.

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