Una cafetería para la comunidad de Boyle Heights

Picaresca Barra de Café y Casa Tostadora crea un ambiente familiar en Boyle Heights

Leonardo Abularach tuesta granos de cafe en Los Angeles.

Leonardo Abularach tuesta granos de cafe en Los Angeles. Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Cada miércoles, Leonardo Abularach tuesta granos de café para otros negocios en Los Ángeles y también para su propia cafetería, Picaresca Barra de Café y Casa Tostadora.

Le pone mucha atención al detalle de cada lote de café con el uso de tablas, gráficos y notas para garantizar que la calidad se mantenga alta semana tras semana.


Cuando la gente le pregunta que le gusta hacer para divertirse Abularach dice que le gusta crear diseños y gráficas para su negocio.


Hace tres años, Abularach y su novia Elisa Hoyos decidieron abrir un negocio que se enfoca en vender café de especialidad donde hacen sus propios jarabes con base de azúcar morena, tuestan sus propios granos de café y tratan de comprar su café de forma ética.


Uno de los cafés más populares de Picaresca es el Latte de Café de Olla, que consiste en un trago doble de espresso con su jarabe especial de café de olla; canela, anís, piel de naranja, azúcar morena y 10 oz de leche.


“Nosotros vivíamos antes en Boyle Heights y siempre queríamos abrir algo que fuera de nuestra comunidad y traer el café de especialidad que tostamos y traemos directamente desde otros países para proveerlo a nuestro vecindario”, dijo Abularach.


Después de encontrar un lugar en un pequeño centro comercial en Boyle Heights la zona se convirtió en un lugar importante para la comunidad donde cada mes invitaban a diferentes vendedores de comida.

Algunos de los vendedores fueron Brute Tenacity que especializa en comida mexicana y pasteles, La Novia que vende comida mexicana contemporánea inspirada por comida coreana y Tortas Águila que es reconocido por las tortas ahogadas.


De acuerdo con un reporte de Boyle Heights Beat, la pareja se inspiró en la novela española “Don Quijote” y en el género de ficción picaresca para el nombre de su tienda.


Francisco Valderrama trabajaba en carros clásicos cerca del sitio original de Picaresca y cada mañana se compraba un café negro y después de un tiempo se hizo amigo y socio de negocio con Abularach, Hoyos y su esposa Maribel Valderrama.

Coproprietario Francisco Valderrama posa para un retrato en Picaresca Barra de Cafe.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia


Valderrama creció en Boyle Heights y nota que la comunidad ha cambiado demasiado desde que nació y dice que le encanta tener un vecindario donde ve a muchas de las mismas personas.


“Me gusta poder caminar a un café, me gusta poder caminar a una panadería y me gusta ver las mismas caras todos los días y decirles buenos días a todos”, dijo Valderrama.


Abularach creció en León, Guanajuato y ha vivido en Chicago, Nueva York y varios vecindarios en Los Ángeles, donde conoció a Hoyos, pero cuando llegó a Boyle Heights le encantó la comunidad de vecinos y se sentía en casa.


“Cuando vivía en East Hollywood o en esos vecindarios la gente solo se enfoca en sí mismos, no te dicen hola, no te dicen adiós y a veces extrañas poder simplemente hablar con tus vecinos, conocerlos y saber que, si pasa algo, están ahí para ayudarte”, dijo Abularach.


En cuanto descubrió que Valderrama tenía familia en León los dos se conectaron de inmediato, pero además de eso Hoyos, Abularach, y Valderrama y su esposa tienen los mismos valores.


“En el café tenemos pinturas o trabajos de diferentes artistas que admiramos, que también van al café y nos apoyan”, dijo Abularach. “Entonces es padre ver que es un lugar donde la gente puede llegar a conectar, hablar y expresarse de diferentes maneras”.

Amber De Anda prepara un Latte de Cafe de Olla en Picaresca Barra de Cafe en Boyle Heights.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia


El nuevo local de Picaresca está en la esquina de la calle Cuarta y la avenida Evergreen en Boyle Heights que anteriormente era un restaurante de mariscos llamado La Cabaña que estuvo en la comunidad por más de 30 años.


José Rivera fue un chef de La Cabaña por 15 años y ayudó con la remodelación del edificio pero después se quedó sin trabajo.


Mauricio Zapata, el dueño del edificio introdujo Rivera a los dueños de Picaresca y después de degustar de su comida estuvieron tan impresionados que decidieron contratarlo y ahora Picaresca vende chilaquiles rojos y verdes, burritos de machaca, chicharrón y más.

“Existe un aspecto nostálgico de que la gente de esta comunidad tenga una conexión con este edificio y tener a José todavía en la cocina es algo increíble”, dijo Hoyos.


Hoyos también dice que a veces la gente piensa que el tener un negocio propio es algo de lujo, pero dice que para poder tener éxito un negocio pequeño se necesita trabajar duro.


“En los tres años que llevamos en este negocio, no he asistido a ninguna función familiar y me he perdido los partidos de fútbol y baloncesto de mis sobrinas y los banquetes”, explicó Hoyos. “Así que es un gran sacrificio y mucho, mucho trabajo duro”.


Pero a pesar de los sacrificios que tiene que hacer como dueña de negocio dice que valora mucho el apoyo de la comunidad en Boyle Heights.


“No estaba preparada para la participación que tuvimos, pero fue realmente increíble ver a todos salir y entusiasmarse con el nuevo espacio”, dijo Hoyos. “Ha sido como un sueño hecho realidad”.

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