Científicos muestran cómo la música “se siente” en difrentes partes del cuerpo

Un estudio revela que la música evoca sensaciones corporales similares en culturas occidentales y asiáticas, destacando la universalidad de la conexión entre la música, las emociones y las respuestas físicas

Científicos muestran cómo la música "se siente" en difrentes partes del cuerpo

Crédito: Mouy_Photo | Shutterstock

Un estudio del Centro PET de Turku en Finlandia ha demostrado que la música tiene el poder de evocar sensaciones corporales similares en diversas culturas alrededor del mundo. Este estudio, realizado en colaboración con la Universidad Aalto de Finlandia y la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónica de China (UESTC), ha arrojado luz sobre la conexión universal entre la música, las emociones y las respuestas físicas.

La investigación, liderada por la investigadora de la Academia, Vesa Putkinen, reveló que la música capaz de evocar diferentes emociones, como felicidad, tristeza o miedo, desencadena distintas sensaciones corporales. En el estudio participaron 1,500 personas de diversas culturas occidentales y asiáticas que evaluaron las emociones y las respuestas físicas provocadas por canciones de ambos estilos musicales.

Un dato sorprendente que emergió del estudio es que la música alegre y bailable generaba sensaciones principalmente en los brazos y las piernas, mientras que las piezas más tiernas y melancólicas resonaban en la zona del pecho. Estas respuestas fueron consistentes tanto en oyentes occidentales como asiáticos, revelando una sorprendente uniformidad en la experiencia musical a nivel mundial.

“La influencia de la música en el cuerpo es universal. Las personas se mueven con la música en todas las culturas, y las posturas, movimientos y vocalizaciones sincronizadas son un signo universal de afiliación”, explica Putkinen.

“La música puede haber surgido durante la evolución de la especie humana para promover la interacción social y el sentido de comunidad mediante la sincronización de los cuerpos y las emociones de los oyentes.”

El profesor Lauri Nummenmaa, quien también participó en el estudio, señala que las emociones inducidas por la música parecen ser independientes de la cultura y el aprendizaje, basándose en mecanismos biológicos heredados. Esta revelación desafía la noción de que las respuestas emocionales a la música son moldeadas exclusivamente por el entorno cultural y destaca la conexión innata entre la música y la biología humana.

Además, el estudio identificó que ciertas características acústicas específicas están asociadas con emociones similares en oyentes occidentales y asiáticos. La música con un ritmo claro fue percibida como alegre y bailable, mientras que la disonancia musical se vinculó con la agresividad, revelando patrones comunes en la interpretación emocional de la música en diferentes culturas.

El método utilizado para la investigación fue una encuesta en línea en la que los participantes evaluaron las emociones y sensaciones corporales que evocan las canciones occidentales y asiáticas. La colaboración entre instituciones académicas de Finlandia y China permitió obtener una muestra diversa y representativa de la población, ampliando así la validez y la aplicabilidad de los resultados.

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