Hurgarse la nariz podría estar relacionado con el alzheimer: qué dicen un estudio

Un estudio revela que hurgarse la nariz podría aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer al permitir que bacterias y virus ingresen al cerebro, provocando inflamación. Investigadores sugieren que mejorar la higiene de manos podría ser crucial para prevenir este riesgo potencial

Hurgarse la nariz podría estar relacionado con el alzheimer: qué dicen un estudio

Crédito: Lolostock | Shutterstock

En un giro sorprendente, un reciente estudio publicado en la revista Biomolecules revela que el hábito aparentemente inofensivo de “excavar en busca de oro” podría tener consecuencias más graves de lo que se pensaba. Investigadores australianos han encontrado un vínculo entre hurgarse la nariz y la enfermedad de Alzheimer, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo.

El estudio sugiere que cuando una persona se hurga la nariz, está permitiendo que bacterias, virus y hongos ingresen al cerebro, aumentando así las posibilidades de desarrollar demencia. Los patógenos externos introducidos en la cavidad nasal pueden viajar al cerebro y desencadenar la inflamación, un factor clave en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

La rinotillexomanía, o el hábito crónico de hurgarse la nariz, podría tener consecuencias más allá de la simple incomodidad nasal. Los investigadores destacan que este hábito podría aumentar la transferencia de microorganismos dañinos de las manos a la nariz, alterando el microbioma nasal y transformándolo de un ambiente beneficioso a uno potencialmente perjudicial.

El microbioma nasal, un conjunto de bacterias saludables en el cuerpo, podría desempeñar un papel crucial en las infecciones cerebrales leves y crónicas derivadas del sistema olfativo. Este sistema, responsable del sentido del olfato, incluye nervios, un bulbo olfatorio y un tracto olfativo en la base del cerebro. Al introducir gérmenes en la nariz, se facilita el acceso de bacterias potencialmente peligrosas al cerebro, contribuyendo así a la inflamación y al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

El equipo de la Universidad de Western Sydney, que revisó cientos de estudios, sugiere que mejorar la higiene de las manos podría ser un paso de prevención fácil, tomando lecciones aprendidas de la epidemia de COVID-19. Recomiendan que el lavado frecuente de manos y el uso de desinfectantes se conviertan en rutinas obligatorias para aquellos que tienen el hábito incurable de hurgarse la nariz.

La enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia a nivel mundial, afecta a millones de personas mayores de 65 años. Aunque los orígenes exactos de la enfermedad aún se están estudiando, los científicos han señalado la acumulación de placas amiloides y ovillos en el cerebro como características distintivas. La conexión entre la inflamación del cerebro, provocada por la introducción de patógenos a través de la nariz, y la formación de estas placas amiloides es ahora una preocupación clave.

El estudio también destaca la asociación específica de varios patógenos, como el virus del herpes simple, la bacteria Chlamydia pneumoniae y hongos como Candida albicans, con la enfermedad de Alzheimer. La investigación en ratones infectados con neumonía por Chlamydia a través de la nariz proporciona evidencia directa de cómo estos patógenos pueden propagarse al sistema olfativo y contribuir a la formación de placas amiloides.

Además, el vínculo entre el Alzheimer y el virus del herpes simple, especialmente en aquellos que portan el gen APOE4, añade otra capa de complejidad a la relación entre la salud nasal y la salud cerebral.

El coronavirus también se suma a la lista de preocupaciones, ya que puede ingresar por la cavidad nasal y atravesar la barrera hematoencefálica, lo que podría permitir que los patógenos infecten el sistema nervioso central. La conexión entre hongos comunes como Candida y la enfermedad de Alzheimer plantea preocupaciones adicionales.

Aunque hurgarse la nariz puede parecer un hábito inofensivo para muchos, este estudio destaca los posibles riesgos para la salud cerebral y ofrece un recordatorio de la importancia de la higiene personal. Más allá de los riesgos de demencia, la investigación señala que el hábito en sí mismo puede aumentar la presencia de bacterias peligrosas en las fosas nasales, lo que podría llevar a infecciones más graves. Con esta nueva información, queda claro que cuidar de la salud nasal podría ser una medida clave para mantener la salud cerebral a largo plazo.

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