Soldados en México, los “empresarios clave” pero sin transparencia

El Centro de Investigación y Docencia Económica calcula que si el Ejército mexicano fuera una empresa privada sería la tercera más poderosa del país por el presupuesto público e incluso el magnate Carlos Slim consideró que “es un exceso” la cantidad de empresas en manos de los soldados

Soldados en México, los “empresarios clave” pero sin transparencia

A mediados del 2023 que los activos en poder del Ejército fueron tasados en 15,000 millones de dólares. Crédito: Rebecca Blackwell | AP

MÉXICO.- El papel de los militares como empresarios en México durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador pasó de la construcción de carreteras e infraestructura a las actividades más disimiles: construir y administrar hoteles, saunas, albercas y aeropuertos; manejar la aerolínea Mexicana de Aviación; distribuir medicamentos, controlar farmacias e investigaciones biológicas y hasta las turbinas.

El Centro de Investigación y Docencia Económica calcula que si el Ejército mexicano fuera una empresa privada sería la tercera más poderosa del país por el presupuesto público e incluso el magnate Carlos Slim consideró que “es un exceso” la cantidad de empresas en manos de los soldados.

Slim monopolizó las telecomunicaciones con sus empresas de telefonía fija (Telmex) y celular (Telcel), dos empresas que, sin competencia, lo catapultaron como uno de los hombres más ricos del mundo.

El estudio de la organización no gubernamental México cómo vamos, documentó a mediados del 2023 que los activos en poder del Ejército fueron tasados en 15,000 millones de dólares, pero la cifra es un cálculo aún impreciso porque la rendición de cuentas de los militares ha sido opaca.

El mandatario mexicano defiende la incursión de los soldados como una política de protección de áreas estratégicas, consideradas de seguridad nacional, que deben estar en manos del Estado mexicano y no en la Iniciativa Privada.

Durante el periodo de la venta de empresas nacionales a particulares, que arrancó en los años 80 del siglo pasado, durante el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988), empresas que estaban en manos de las secretarías de Turismo o de Comunicaciones y Transportes fueron privatizadas, Telmex y Ferrocarriles Nacionales entre ellas.

Para evitar este tipo de cambios en lo que AMLO considera clave para el bien común, las puso en manos de la Defensa Nacional y les dio el rango de seguridad nacional.

“Tomamos la decisión de entregar estos bienes en custodia a la Sedena, por ejemplo, el Tren Maya, el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, el aeropuerto de Palenque, de Chetumal, el de Tulum, porque van a formar parte de una empresa manejada por la Sedena”, informó en una de las visitas a la construcción del Tren Maya, uno de sus proyectos prioritarios.

El presidente justificó que estos bienes no pueden quedar en manos del Fonatur o de la SCT ya que al cambiar de gobierno en 2024 pueden ser susceptibles de ser vendidos como en otros regímenes se hizo.

“Acuérdense lo que hicieron con Fonatur, que vendían terrenos a siete pesos el metro cuadrado en zonas turísticas, ni lo que cuesta un metro cuadrado de alfombra y así remataron todo”, dijo.

LA JOYA

Los presidentes que precedieron a López Obrador transfirieron parte de la construcción de obra pública a empresas privadas como una política de salvación en tiempos de crisis económicas.

Particularmente Felipe Calderón (2006-2012) incrementó los proyectos de infraestructura durante la crisis inmobiliaria de 2007 desatada en Estados Unidos como un blindaje contra el desempleo que se ceñía en el mundo, una estrategia similar a la que ocurrió en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

En tiempos de Calderón empresas constructoras fincaron muchos de  sus negocios en el presupuesto federal y siguieron el mismo camino con Enrique Peña a tal punto que el 11% del valor de la producción de empresas constructoras es de obra civil relacionada a carreteras, caminos y puentes, según ha reconocido la Confederación Patronal de la República Mexicana

Por ello, la reasignación del presupuesto de 2024 al Ejército para fines de mantenimiento de carreteras puso una alerta en el gremio que recientemente se lanzó contra el cambio de política oficial.

 “El PIB de la construcción está 22% abajo de lo que era a finales del sexenio pasado y se han cerrado entre 2,000 de 9,000 empresas que eran socias de la cámara”, advirtió la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.

La participación de la Secretaría de la Defensa Nacional, los proyectos de infraestructura no son recientes pero sí su magnitud. De acuerdo con su titular, entre 2019 y 2023, el número de obras en las que ha participado la Secretaría asciende a 2,823, tres veces más de lo que participaron en los dos sexenios anteriores en los que sumaron 851 obras.

Para algunos analistas, el cambio de estrategia de López Obrador está fincada en lo que éste ha explicado sobre las obras estratégicas pero también en que actualmente México tiene una economía laboral ha sido más favorable, beneficiada por el traslado de empresas estadunidenses desde China para acá bajo el del esquema Nearshoring que exenta de impuestos al invertir en el esquema del Tratado México- Estados Unidos- Canadá (T-MEC).

“No se puede aplicar la misma fórmula para siempre, los tiempos del mundo van cambiando y en cada periodo los gobernantes toman decisiones según la economía del momento a nivel internacional y bajo sus propias convicciones”, observó Javier Legarreta, analista económico de la Universidad Nacional Autónoma de México.

“Recordemos que México se debate siempre entre la liberación de la economía y el control estatal”.

OPACIDAD

Para los críticos más moderados, la faceta multiempresarial de los soldados para proteger los proyectos emblemáticos del sexenio podría entenderse y hasta aplaudirse de no ser porque el Ejército no es transparente con las cantidades multimillonarias que se le han asignado.

La Sedena ha denegado información a  diversos medios de comunicación bajo el argumento de que se trata de proyectos de seguridad nacional, por lo que se ha satirizado al respecto, ¿qué tiene que ver  el temazcal o el glamping con la seguridad nacional?

Por otro lado, le anteceden denuncias sobre el mal manejo de recursos. Con Enrique Peña realizó 17 obras militares y civiles y contrató a 100 empresas que incumplieron requisitos legales: no contaban con el personal ni la capacidad técnica para realizar los trabajos o eran empresas fachada sin direcciones fiscales o domicilios.

Para el analista financiero, Luis Manuel González, hay una advertencia que el presidente debería tomar en cuenta. “La sabiduría popular recomienda estar alertas, “nadie resiste un cañonazo de miles de pesos, decía un general: Álvaro Obregón (quien fue presidente después de la Revolución)”.

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