Gringos se multiplican en México y… ¡chocan con las costumbres!
Antes de la pandemia, la presencia de estadounidenses en México oscilaba entre los 700 mil y un millón; en 2022, el Departamento de Estado en la Unión Americana reconoció a 1,6 millones y creciendo
MÉXICO- Se quejan de la música y el ruido en la Ciudad de México, en Mazatlán, Cancún o Manzanillo; obligan a los negocios locales a hablar en inglés; empujan las rentas a precios que no pueden pagar los mexicanos y algunos tienen preferencia en los bares porque portan dólares.
No son todos los gringos, pero destacan por la confrontación social que se hace cada vez más evidente en México conforme aumentó la migración de norte a sur: antes de la pandemia, la presencia de estadounidenses en México oscilaba entre los 700 mil y un millón; en 2022, el Departamento de Estado en la Unión Americana reconoció a 1,6 millones y creciendo.
En todo caso, hay un choque cultural que divide opiniones y está empujando algunas a acciones agresivas del mexicano contra el extranjero; del extranjero contra el mexicano y de los extranjeros contra los extranjeros que ofenden a los locales.
Uno de los episodios más recientes que muestran el nivel de desencuentros, ocurrió en la Ciudad de México este año.
Una pulquería quitó la mesa a una pareja mexicanos para dársela a clientes “gringos” en la colonia Tabacalera y, en represalia, otros comensales capitalinos, dedicaron una canción a los estadounidenses que empezaron a bailar hasta que entendieron la estrofa en inglés de la canción “Frijolero” de Molotov, según compartió la usuaria de TikTok @Olivioletta.
Don’t call me gringo, you fuckin’ beaner, stay on your side of that goddamn river, don’t call me gringo, you beaner (No me llames gringo, maldito frijolero, quédate en tu lado de ese maldito río, no me llames gringo, frijolero).
Aunque la letra retrata el racismo y xenofobia hacia los mexicanos estadounidenses a principio de los 2000, los estadounidenses captaron la indirecta y se retiraron del lugar, según se observa en el video compartido.
En la Era postpandemia, la CDMX se volvió un sitio atractivo para los nómadas digitales, principalmente de EE.UU., que incrementaron las rentas hasta casi el doble, según cifras oficiales del INEGI. Así la metrópoli pasó a ser una de las más caras del mundo: en el lugar 16 según el ranking del Índice Mundial del Costo de Vida, de la publicación The Economist.
“El problema es que este fenómeno cada año desplaza a 20 mil familias a las orillas de la ciudad porque en sus colonias los precios son impagables y eso ha generado cierto resentimiento”, explicó Jafet Quintero, investigador y profesor de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En febrero pasado se volvieron virales algunos carteles que aparecieron pegados en algunas taquerías con imágenes de un sacrificio prehispánico en el que se observa a un hombre sacando el corazón a otro que representa a Airbnb.
“If you gentrify my home, this will happen, you irresponsible foreigner. We are more” (si gentrificas mi hogar, esto te va a pasar. Nosotros somos más”).
QUE SEA MÉXICO, PERO NO PAREZCA
La gentrificación es un proceso de transformación urbana en el que una zona previamente degradada o de bajos ingresos en una ciudad experimenta un aumento en la inversión, la revitalización y el interés por parte de personas con mayores ingresos; en el caso de algunas ciudades de México (las playas, Oaxaca, Querétaro, Guadalajara), el de los estadounidenses.
El proceso de su arribo ocurre más o menos así: llegan a las colonias, se instalan, pagan lo que sea por las rentas y servicios (en la colonia Condesa, por ejemplo, un departamento pasó de 18 mil pesos en promedio a 50 mil por alquiler) y, con el paso del tiempo descubren que no les gusta el ambiente callejero o la forma de vida de México.
Breanna Claye, una modelo estadounidense radicada en la CDMX, generó controversias en redes sociales al criticar negativamente a los organilleros que van por la calle dando vueltas a una manilla para sacar música pedir cooperación. Vestidos de uniforme caqui y gorro tipo capitán de embarcación, son toda una tradición.
“Son un ruido molesto“, reviró Claye en redes sociales.“Darles dinero a estas personas es como decirles que está bien que contaminen con su ruido, por eso yo no lo hago. Además, ni siquiera suena tan bien“, afirmó.
Estas declaraciones provocaron una oleada de indignación entre los internautas mexicanos, quienes le sugirieron que regresara a su país y hasta le costó el despido de la agencia para la cual trabajaba.
En otro caso, con el argumento de que la música mexicana “afecta su calidad de vida”, una familia de gringos presentaron una demanda para cerrar el restaurante Gaby’s, en Puerto Vallarta, Jalisco, propiedad del chef Julio Castillón con más de 35 años de historia.
En un video que se hizo viral, el chef denunció que los demandantes compraron un inmueble cerca de su restaurante y luego manifestaron su inconformidad por la operación del mismo. “Ahora resulta que vienes a mi país o vienen a mi país y uno tiene que acoplarse a lo que estamos en zona turística”, subrayó.
“Hijo piénsalo, es zona turística, estos son restaurantes con mucha historia, si vienes a México tienes que saber tienes que entender que nuestra cultura es color, es tradición, es música es baile”.
En Mazatlán ocurrió algo similar cuando por quejas por parte de turistas extranjeros, empresarios hoteleros de Mazatlán buscaron prohibir la música de banda sinaloense en algunas zonas de las playas de Mazatlán y provocaron protestas y movilizaciones de músicos.
Este tipo de actitudes han provocado polémica entre los mismos extranjeros: incluso miembros de la NASA volaron recientemente a Mazatlán y se pusieron a bailar en la playa en una especie de exculpación por otros compatriotas.
Por separado, una tiktoker de nacionalidad estadounidense @DivineSophia65 se viralizó a principios de abril al criticar a sus compatriotas por no respetar la cultura de los mexicanos en su propia nación.
“Sé que muchos nacionales dicen que realmente es molesto y esas cosas también, pero eso es parte de la cultura de México y si te guste o no, no depende de nadie más, ya sea que suceda en este país, es hermoso, es asombroso, es apasionado”, agregó.“Respeten la cultura de los mexicanos y si no lárguense”.
Hasta el momento ningún político se ha manifestado sobre el tema.