Los humanos nos enfermamos más debido al cambio climático: qué dice un nuevo estudio
El cambio climático está facilitando el salto de patógenos entre diferentes especies, lo que aumenta el riesgo de brotes de enfermedades emergentes en humanos, animales y plantas, según advierten expertos
A medida que las temperaturas globales fluctúan, los ecosistemas experimentan transformaciones significativas, dando lugar a un fenómeno preocupante: el aumento de enfermedades emergentes. Los animales migran hacia nuevas regiones mientras que los patógenos encuentran más oportunidades para propagarse entre distintos huéspedes.
Con el deshielo del hielo ártico y el calentamiento de los mares y el aire, nuevas formas de vida están emergiendo en el Ártico. Especies como los cachalotes minke, mulares y aletas se desplazan hacia el norte, mientras que osos pardos, venados de cola blanca, coyotes y otros animales amplían su área de distribución hacia los bosques boreales del sur.
Sin embargo, este cambio en la geografía también está dando lugar a la propagación de nuevos patógenos que afectan tanto a plantas como a animales, incluidos los humanos.
En regiones como Alaska, donde las temperaturas invernales han aumentado casi 4°C en 60 años, los ecosistemas están experimentando cambios drásticos. El deshielo del hielo marino está alterando la cadena alimentaria, afectando a poblaciones de fitoplancton, peces y aves.
Los lagos cambian de tamaño, las olas de calor marinas son más frecuentes e intensas, y los mamíferos se ven obligados a buscar nuevas fuentes de alimento. Estos cambios están acompañados por una proliferación de enfermedades mortales y debilitantes que afectan a especies como los renos en Escandinavia y Rusia, los bueyes almizcleros en las islas árticas de Canadá, y los osos polares y focas en la costa de Alaska.
Brotes impredecibles de enfermedades
El Dr. Daniel Brooks, bacteriólogo del Laboratorio de Parasitología Harold W. Manter de la Universidad Estatal de Nebraska, advierte que el cambio climático está facilitando el salto de patógenos entre diferentes huéspedes.
Esta situación podría alimentar una sucesión de brotes impredecibles de enfermedades en humanos, animales y plantas. Brooks subraya que, en un mundo hiperconectado y densamente poblado, los patógenos tienen una mayor capacidad para propagarse rápidamente.
Históricamente, las pandemias han surgido en momentos de cambios climáticos que desestabilizan poblaciones humanas y forzan migraciones, hambrunas y conflictos. El cambio climático actual, con su tendencia a aumentar la volatilidad ambiental, crea el escenario perfecto para que los patógenos se muevan entre humanos, animales domésticos y vida silvestre.
Los expertos advierten que el planeta se encuentra en un campo minado de accidentes evolutivos, con una alta probabilidad de que aparezcan nuevas enfermedades o resurjan antiguas.
Colin Carlson, del Centro para la Seguridad y la Ciencia de la Salud Global de la Universidad de Georgetown, señala que el cambio climático y los cambios en el uso de la tierra crearán nuevas oportunidades para que los virus salten entre especies y lleguen a los humanos.
Los modelos de Carlson predicen la aparición de nuevos puntos críticos de riesgo de contagio, especialmente en regiones con alta biodiversidad y densidad de población.
La interacción entre el cambio climático y la salud pública está generando una crisis de enfermedades emergentes, con patógenos que se vuelven más peligrosos y cambian sus patrones de dispersión. Es fundamental abordar esta compleja problemática de manera integral, adoptando medidas para mitigar el cambio climático y fortalecer la capacidad de respuesta ante futuras pandemias.
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