Cómo se relacionan los sueños con la salud de tu memoria
Soñar ayuda a procesar mejor las experiencias emocionales intensas y disminuye su impacto negativo al día siguiente
Un reciente estudio realizado por la Universidad de California en Irvine revela que pasar la noche soñando puede ayudar a las personas a olvidar las trivialidades diarias y a procesar mejor las experiencias emocionales intensas.
Este trabajo, llevado a cabo por investigadores del Laboratorio de Cognición y Sueño de UC Irvine, examina la relación entre el recuerdo de los sueños, el estado de ánimo y la consolidación de la memoria emocional, ofreciendo nuevas perspectivas sobre cómo los sueños influyen en nuestras emociones al día siguiente.
Los resultados de este estudio, publicados en Scientific Reports, sugieren que los sueños priorizan los recuerdos cargados de emociones y, al mismo tiempo, disminuyen su intensidad emocional. Según Sara Mednick, profesora de ciencias cognitivas y directora del laboratorio en UC Irvine, “descubrimos que las personas que informan haber soñado muestran un mayor procesamiento de la memoria emocional, lo que sugiere que los sueños nos ayudan a superar nuestras experiencias emocionales”.
La investigación involucró a 125 mujeres, con una edad promedio de 30 años, que participaron en el estudio tanto de manera presencial en el Laboratorio de Sueño y Cognición como a través de Zoom. Estas participantes formaban parte de un proyecto más amplio que examinaba los efectos del ciclo menstrual en el sueño.
Las sesiones de estudio comenzaron a las 7:30 pm, momento en el cual se les pidió a las mujeres que completaran una tarea de imágenes emocionales. Durante esta tarea, vieron una serie de imágenes que representaban experiencias tanto negativas como neutrales, tales como un accidente automovilístico o un campo de césped, y calificaron la intensidad de sus sentimientos en una escala de nueve puntos.
Posteriormente, se les administró una prueba similar que incluía nuevas imágenes y una muestra de las imágenes vistas previamente. Además de calificar sus respuestas emocionales, las participantes debían indicar si cada imagen era antigua o nueva, lo que permitió a los investigadores establecer una base tanto para la memoria como para la respuesta emocional.
Los sueños y el estado de ánimo
Después de esta tarea, las mujeres se fueron a dormir en sus casas o en habitaciones privadas del laboratorio. Se les colocó un anillo que monitoreaba sus patrones de sueño-vigilia. Al despertar al día siguiente, evaluaron si habían soñado y registraron los detalles de sus sueños y su estado de ánimo general en un diario del sueño, utilizando una escala de siete puntos que iba desde extremadamente negativo hasta extremadamente positivo.
Dos horas después de despertarse, las mujeres completaron nuevamente la tarea de imágenes emocionales de la noche anterior para medir el recuerdo y la reacción ante las imágenes.
Según el autor principal del estudio, Jing Zhang, quien obtuvo su doctorado en ciencias cognitivas en UC Irvine y actualmente es investigador postdoctoral en la Facultad de Medicina de Harvard, “nuestro trabajo proporciona el primer apoyo empírico para la participación activa de los sueños en el procesamiento de la memoria emocional dependiente del sueño”.
Los hallazgos mostraron que los participantes que recordaban haber soñado tenían una mejor memoria y eran menos reactivos emocionalmente a las imágenes negativas en comparación con las neutrales. Este patrón no se observó en aquellos que no recordaban haber soñado. Además, se descubrió que cuanto más positivo era el contenido del sueño, más positivamente calificaban las imágenes negativas al día siguiente.
“A diferencia de los estudios típicos de diarios de sueño que recopilan datos durante semanas para ver si las experiencias diurnas aparecen en los sueños, utilizamos un estudio de una sola noche centrado en material cargado emocionalmente y preguntamos si la capacidad del sujeto para recordar su sueño estaba asociada con un cambio en la memoria y respuesta emocional”, explicó Zhang.
Estos resultados sugieren que los sueños juegan un papel activo en cómo procesamos nuestras experiencias diarias, transformando nuestras respuestas emocionales al priorizar los recuerdos negativos sobre los neutrales y reduciendo nuestra reacción emocional a ellos al día siguiente.
Según Mednick, “esta investigación nos brinda una nueva perspectiva sobre el papel activo que desempeñan los sueños en la forma en que procesamos naturalmente nuestras experiencias cotidianas y podría conducir a intervenciones que aumenten los sueños para ayudar a las personas a superar las experiencias difíciles de la vida”.
Este estudio pionero ofrece una visión innovadora sobre la función de los sueños en la regulación emocional y la consolidación de la memoria, abriendo la puerta a nuevas formas de intervención para mejorar la salud mental y el bienestar emocional mediante la manipulación y el fomento de los sueños.
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