Meta cumplida: 156 adolescentes que crecieron en hogares de crianza se gradúan
Celebran su éxito académico y se enfilan a la universidad
Víctor León, de Los Ángeles, se enfila para ser un maestro de matemáticas; Aleena Ortega, de West Covina, tiene como meta ser periodista y Emily Lesage, de Van Nuys, aspira a convertirse en una enfermera.
Los tres adolescentes latinos se graduaron con alto índice de rendimiento académico en sus respectivas secundarias.
Tanto Víctor como Aleena y Emily vivieron en hogares de crianza, pero ello no fue un impedimento para trazarse metas significativas para sus vidas.
Ellos fueron parte de los casi 160 estudiantes honrados en el Walt Disney Concert Hall, en el centro de Los Ángeles por autoridades del Departamento de Niños y Servicios de Familias del condado de Los Ángeles.
Con mucha ambición
De sus 18 años, Víctor, nacido en Los Ángeles, ha vivido 11 de ellos con su abuelita, a quien él llama “mamá”. Dos hermanos más pequeños también han sido criados por la abuela.
“Soy un muchacho con mucha ambición y quiero salir adelante en mis estudios”, afirma Víctor, graduado de Alliance Patti & Peter Neuwirth High School, una escuela chárter del sur centro de Los Ángeles, donde el 95% de sus estudiantes son aceptados en algún colegio o universidad.
Víctor, quien se graduó con un promedio académico de 3.82, planea atender a la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) para continuar sus estudios de matemáticas. Quiere ser maestro o mentor en esta materia.
De hecho, ser un mentor de los niños es el ejemplo que quiere seguir y el cual quiere emular de su abuelita.
“Sí, mi mamá, que es también mi abuelita me dio todo su amor y cariño”, dijo. “Ella también fue mi papá, y aunque ella ya es mayor, decidió criarme y asumir esa responsabilidad”.
En sus palabras y en su rostro, Víctor dibuja el agradecimiento que tiene por su abuelita, quien no solamente le dio amor a él y a sus hermanitos de 7 y 11 años, sino que les ofreció un hogar estable.
“Ella me dio un ejemplo de cómo ser un hombre responsable y humilde”, dijo.
Y, aunque considera que la carrera que ha elegido será difícil, “yo digo que a veces muchas cosas son difíciles, pero todo se puede conseguir en la vida; yo me estoy preparando para que, Dios guarde la hora, cuando ella ya no esté, yo, como papá y mamá pueda sacar adelante a mis hermanitos”.
Becas para todos
La edición anual número 36 de graduación de los estudiantes que son parte del sistema de hogares de crianza incluyó a estudiantes que fueron aceptados en la Universidad de Utah, la Universidad Estatal de Luisiana, Universidad de Atlanta, Universidad de Stanford, la Universidad del Sur de California (USC) y la Universidad de California Berkeley, entre otras.
Durante el evento se otorgaron más de $200,000 en becas. Cada uno de los estudiantes recibió al menos $2,000, de donantes como Los Angeles County African American Employees Association (LACAAEA), Foster Care Project, Foster Care Counts, Connecting a Caring Community, Emerson Wahl So Good Fund y Terriel Cox Memorial Fund.
“Todos los estudiantes han superado desafíos y adversidades importantes para llegar hacia donde se dirigen ahora”, dijo a La Opinion, Cynthia McCoy Miller, subdirectora principal del Departamento de Servicios para Niños y Familias del Condado de Los Ángeles.
“Ellos pueden volar y van a algunas de las mejores escuelas, y deben asegurarse de que siempre tienen un sistema de apoyo y que nunca deben tener miedo de acercarse y perfeccionar sus habilidades. Eso lo han aprendido a través de tu programa de transición y simplemente solo tienen que poner en práctica lo que se han propuesto ser”.
McCoy Miller reconoció que, al igual que todos los niños o jóvenes que van a la universidad, es posible que los estudiantes graduados quizás no tengan el mismo nivel de apoyo familiar, “pero saben que cuentan con nosotros”.
“Estos muchachos saben que pueden utilizar los desafíos que han superado como sus fortalezas. Ahora, a seguir adelante y tener éxito en lo que están haciendo y en lo que persiguen. Ellos son fuertes y pueden lograrlo”.
De acuerdo con los datos más recientes de los Servicios de Bienestar Infantil, el Departamento de Servicios para Niños y Familias atiende a un total de 21,281 niños en hogares de crianza en el condado de Los Ángeles.
De ese total, 13,216 son niños hispanos (60.4%); afroamericanos, 5338 (24.4%) y blancos, 2,224 (10.2%).
Al celebrar con los estudiantes, la supervisora del condado, Lindsey Horvath expresó que los jóvenes no son el futuro, sino el presente y sus historias, experiencias, sueños y esperanzas importan ahora, “no dentro 50 años ni después que se jubilen o que hayan tenido hijos”.
“Su experiencia es importante en este momento”, dijo a los graduados. “Todo su arduo trabajo y esfuerzo han resultado en este momento que los lanzará al próximo capítulo y graduarse de la escuela secundaria es uno de los grandes hitos de la vida”.
Rumbo a una carrera en periodismo
“Mientras crecía mis padres sufrieron adicción”, cuenta Aleena Ortega, de 18 años, quien planea estudiar comunicaciones en la Universidad de California Santa Bárbara, en el otoño.
Ortega, quien desea ser periodista, ha recibido apoyo de padres de crianza, además de su tía, a quien considera como una madre, y su prima, a quien se refiere como su hermana.
“Estoy feliz de completar el bachillerato e incluso asistir a la universidad, que es un sueño que no veía claro”, expresó Aleena, quien se graduó con un GPA de 4.6 en West Covina High School.
Aleena es una chica extrovertida, que sonríe en todo momento se describe como una persona que es constante en el establecimiento de relaciones con sus profesores.
“Mis maestros son quienes me han motivado a mantener el rumbo”, manifestó. “Siempre he tenido curiosidad por aprender y recuerdo con gran aprecio a mi maestra de inglés; estoy muy agradecida con ella, porque fue como una motivación y un pilar para que yo tuviera éxito, pues el ambiente académico era muy competitivo”.
Aleena subrayó que, en la secundaria, ella quería mostrar a sus compañeros de clase que solo porque su historia era diferente, eso no significaba que fuera menos brillante o talentosa.
“La parte más difícil fue intentar navegar en la escuela con una mentalidad diferente; hubo ocasiones en que se aprovechaban de mí y hubo momentos en los que los estudiantes simplemente no podían comprender mi situación y así luchaba; si bien lo académico es una responsabilidad de la que me hice responsable, hay más cosas más importantes en mi vida que lo académico”.
Con la meta de ser una enfermera
En el otoño, Emily Lesage se muestra contenta porque irá a UCLA para estudiar la carrera de enfermería.
“Mi madre es mi modelo, y, aunque es difícil, pienso que lo puedo lograr”, afirma. “Quiero empezar a tener grandes experiencias en hospitales para lograr la experiencia y trabaja en una clínica”.
Emily recibió toda la ayuda posible de parte de su madre y su abuelita para salir avante en la secundaria.
Adelantó que, en 10años se vislumbra como toda una mujer que tiene su propia casa y ganando mucho dinero.
Y, a todos los jóvenes que están en el sistema de crianza del Departamento de Niños y Servicios de Familias del condado de Los Ángeles les envió un mensaje de aliento.
“Yo les digo a los niños que no están solos, que tienen familia y ayuda en las escuelas y que hay gente que te quieren ayudar y apoyar”, dijo. “Tienen que saber que no están solos”.